González-Écija gana el ciclo de promoción de Sevilla

El sevillano cortó la única oreja del festejo. Uceda Vargas queda en segundo lugar y Solalito tercero

Jaime González-Écija, triunfador este jueves en la final del ciclo de promoción Juan Flores

Lorena Muñoz

La final de promoción tenía muchos alicientes con dos sevillanos en el cartel así que el público respondió llenando la Maestranza hasta los tres cuartos. Sin embargo, el tono bajó con respecto a los festejos clasificatorios en parte por el juego de los Jandillas y a pesar de que los novilleros se entregaron, cada uno a su manera. Hubo competencia en quites y hasta en estropear con la espada las faenas.

Ganó González-Écija de la Escuela de Écija que desde el principio demostró que venía a llevarse la final. Al primero de la noche le hizo un quite por chicuelinas que tuvo como replica otro quite de Uceda de frente por detrás. No le cortó la oreja al primero de su lote porque la espada entró al tercer intento. La faena comenzó con suaves doblones después del brindis a público. El objetivo era sacar al centro del ruedo a «Operario», sin someterlo demasiado ya que iba rebrincadito a la muleta pero acabó metido en los vuelos. Tuvo momentos templados y de mucho gusto de ahí que asomaran algunos pañuelos y diera la vuelta al ruedo.

Al quinto lo recibió con un farol de rodillas en el tercio antes de templarse a la verónica ganando terreno. Con la muleta volvió a sonar la música en una faena que fue a más a medida que se fue entonando. Las series finales tuvieron mucha torería y hasta pases mirando al tendido. A pesar de usar el verduguillo, cortó el trofeo dada la insistencia del público .

Cerca estuvo Uceda Vargas , de la Escuela de Camas, que quedó segundo . Su primero fue un novillo paradete que se lo pensaba pero al que consiguió meter en la muleta a base de toques precisos. Sonó el pasodoble y a pesar de que buscaba siempre la salida, no le volvió la espalda. A final de faena y ya en las tablas, abrochó con una serie de manoletinas ajustadísimas pero el mal manejo de la espada le privó del premio .

Parecía que el cuarto iba por el mismo camino, a su aire en los engaños, pero acabó dejándose, aunque sin humillar, y Uceda demostró su capacidad. Aguantó parones y coladas, le recetó una serie de luquesinas pero esta vez la culpa fue del descabello. La anécdota la protagonizó el banderillero Juan Márquez que tropezó mientras lidiaba y solventó la situación dándole una larga cambiada de rodillas muy ovacionada.

Solalito , que había tenido una buena actuación en la segunda de promoción, no encontró apoyo en los tendidos . Con el tercero estuvo voluntarioso y queriendo hacer muchas cosas aunque no siempre le salieron. Volvió a coger los palos para poner banderillas aunque no estuvo tan acertado como en el festejo clasificatorio. Bien al natural y mal con la espada fue silenciado.

Le quedaba el sexto y tenía que echar el resto. Se picó con Uceda Vargas que hizo un vistoso quite por zapopinas y esta vez sí que se lució con las banderillas consiguiendo buenos momentos. Brindó al público un novillo que se iba suelto en cuanto veía la salida así que el de la Escuela del Campo de Gibraltar estuvo firme y dispuesto, dio alguna serie de rodillas también de circulares y se llevó una voltereta. Falló de nuevo con la espada, se conformó con las palmas de despedida .

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