Oreja a la casta de Cayetano en San Isidro

Hace lo más destacado y pasea un trofeo entre la división de opiniones

Cayetano echó las dos rodillas por tierra en el inicio de faena al sexto toro de Victoriano del Río Paloma Aguilar

ABC.ES , ABC.ES y ANDRÉS AMORÓS

Crónica

Hace días se ha puesto el «No hay billetes» . No es por huir de la preocupante situación política (con amarga ironía, comenta Baroja, en sus «Memorias», que los madrileños estaban en los toros cuando llegaron las noticias del Desastre del 98), sino por un cartel atractivo, que despierta gran expectación. Por segunda vez, se lidian reses de Victoriano del Río , que no dieron buen juego, la tarde anterior; esta vez, dan un juego desigual: son buenos tercero y cuarto; otros, se rajan; todos tardan en caer, se amorcillan y llegan a sonar tres avisos. Es una tarde de muchos gritos: siempre se ha dicho que las Plazas de toros son el termómetro de cómo está España. Destaca Cayetano, en su única actuación: con el mejor lote, muestra su casta y su torería, corta una oreja en el tercero, en medio de una fuerte división de opiniones, y se entrega por completo, en el último.

Vuelve Castella , después del percance del miércoles. Viene magullado pero con la moral por las nubes y bien acogido por el público. El primero, enseguida, se para, queda muy corto, tropieza los engaños. Mata mal y el toro tarda mucho en caer. La gente habla del Corpus de Toledo, de la dimisión de Zidane, de lo que sea, con tal de olvidar la situación política. El cuarto hace honor a su nombre de toro bravo, «Duemevelas». Saluda Viotti, en banderillas. El toro va largo, repite incansable; Castella, muy quieto y vertical, es el eje alrededor del cual giran las encastadas embestidas, en buenas series por los dos lados. Cuando la faena pierde intensidad, recurre al arrimón, alarga y pincha: ha perdido el trofeo. Igual que sus hermanos, el toro tarda en caer y llegan a sonar dos avisos.

Sebastián Castella prologó con el pase cambiado por la espalda su labor al cuarto Paloma Aguilar

En su última actuación en la Feria, Manzanares no tiene fortuna . El segundo, cercano a los seis años, sirve de ejemplo de un toro cambiante: mansea y huye, en varas; se viene fuerte, en banderillas, parece que va a embestir largo pero, sólo después de tres buenos muletazos, se raja por completo, barbeando tablas. El quinto rompe el palo y derriba pero se pega una costalada; derrota y protesta, al final de los muletazos. José María luce su habitual solemnidad y empaque pero no logra redondear faena. Un espadazo lo arregla todo.

El muy popular Cayetano vive, quizá, su tarde más feliz en Las Ventas. El tercero no es nada «Maleado» (su nombre) sino bravo y noble. Comienza sentado en el estribo, sigue con ayudados por alto, cargando la suerte. Dibuja muletazos con más gusto y valor que mando. Agarra una gran estocada, con salto; le pierde la cara al toro, que hace por él, y reacciona con casta, en un desplante muy torero. El comienzo y el final de la faena han sido brillantes. Se concede una oreja, en medio de una gran división de opiniones. En la vuelta, le tiran hasta un móvil, que un banderillero recoge y finge quedárselo: gajes de la «modernez». Busca por todos los medios redondear el triunfo en el último, muy serio. Lo recibe con larga cambiada a portagayola, gallea por chicuelinas, intenta el quite de Ronda. (Muy bien, Iván García) . Comienza por alto, enlazando toreramente con el de pecho; logra algunos naturales templados pero el toro se viene abajo, se defiende. Vuelve a agarrar otra gran estocada. Aunque buena parte del público estaba con él, no ha logrado la segunda oreja, que le hubiera permitido salir a hombros, pero deja una buena impresión. Ha pasado con éxito el trago, siempre duro, de esta Plaza. Su último toro se llamaba «Soleares». He recordado yo una soleá de Antonio Mairena: «Yo he pasao fatigas dobles/ pero va a llegar la hora/ de que mi gusto se logre». Cayetano ha rozado ese final feliz, esta tarde.

Postdata. En los últimos tiempos, varias veces me han preguntado: «¿Le preocupa la situación actual de los toros?» Suelo contestar: «Me preocupa más algo que es muchísimo más importante: la situación actual de España». No me va a hacer falta variar mi respuesta.

Sexto toro

Soleares, número 36, castaño, de 550 kilos, nacido en septiembre de 2012. A por todas Cayetano, que se va al portón de los miedos a recibir al cinqueño último, el más serio de la corrida, con algunos ejemplares muy justos. Continúa enfibrado con el capote. Gallea por chicuelinas para ponerlo en el caballo y se marca un quite prologado con una larga de pie y seguido de una gaonera y verónicas. Locura en la plaza. Está crecido el menor de los Rivera Ordóñez. Durante el tercio de banderillas, una voz corea "¡Viva España!" y otro replica con un "¡Viva Rajoy!", en una tarde en la que, aunque no se ha perdido detalle del festejos, no han faltado los corrillos hablando de política. "Que si usted es de Mariano, de Pedro o de Pablo". De todos han hablado en mi tendido, menos de Albert. Porque solo se hablaba de Rivera (Ordóñez). "Silencio", manda callar uno, "que es el hijo de Paquirri y el nieto de Ordóñez, y eso no es mala sangre". Cayetano, con valor y arrojo (y torería personal, que la tiene), echa las dos rodillas por tierra entre el 7 ey el 8, pero tiene que ponerse en pie al ver que el toro, ya no es que se abra mucho, es que se pira.... Hasta que lo recoge. El toro embiste con buen son, con ese abrirse que permite que el torero pueda recolocarse. Sin estrecheces la faena, con el animal más apagado y rajado. Mansos, tónica general de la tarde. Ganas no le faltan al matador, pero no hay materia... Estocada. Petición insuficiente y saludos.

Quinto toro

Caminero, número 80, negro, de 578 kilos, nacido en septiembre de 2013. Mientras una voz grita, "¡hay que traer toros!", este Caminero derriba al picador. Luego cabeceó mucho, pese a su querer humillar, pero esa flojera le hace defenderse como a la mayoría de sus hermanos. Cuando Manzanares va a por la espada, suena el grito del 7: "Pum, petardo". Y el alicantino pega un puñetazo: espadadazo.

Cuarto toro

Duermevelas, número 43, castaño, de 574 kilos, nacido en agosto de 2013. Fantástico el banderillero, que se desmontera. Brinda Castella, que ha salido ahora descalzo, y comienza con el pase del péndulo de modo vibrante. Liga luego, pero el toro pierde las manos. Tranquilidad... El toro repite y embiste con transmisión y buen son. ¿Cómo no le iba a embestir un toro a Castella? ¡Menuda baraka la del francés! A vece le protesta y acaba ahogándolo un poco. Eso sí, valiente el de Beziers, metido entre los pitones. Las palmaditas para que el toro le haga caso no agradan... Alarga demasiado. Pincha y suena un aviso. Media atravesada. Otro aviso. Saluda una ovación.

Tercer toro

Maleado, número 159, negro listón, de 540 kilos, nacido en agosto de 2013. Iván García se resarce en el último par del desacierto en el primero. Cayetano se marcha a los medios a brindar al público. Crecido, comienza sentado en el estribo con cuatro ayudados muy emocionantes. Tira Rivera de su raza. Y sobre la derecha trata de dibujar los muletazos con gusto. El toro, con el hierro de Cortés, también anda justito, aunque es es mejor que sus hermanos. Al hilo de las tablas, con la inercia del mansito, liga una ronda con su aquel. Centrado el torero, aunque la faena no toma vuelo. Entierra una estocada en el rincón, y al perder la cara el toro hace amago de ir tras él. Aunque tarda en doblar, se le pide la oreja y es concedida. Ante las protestas de un sector, aguanta casi un minuto el chaparrón antes de recoger la peluda de manos del alguacilillo. Despaciosa la vuelta al ruedo, en la que un espectador (¿o espectadora?) le arroja el móvil. "Para que le llame", suena entre el público. Se lo guarda su banderillero Joselito Rus en la chaquetilla, pero finalmente lo devuelve entre las risas del personal. División de opiniones para el palco, aunque la oreja se pidió con fuerza (no de esas de las mayorías aplastantes).

Segundo toro

Azor, numero 77, negro listón, de 558 kilos, nacido en julio de 2012. Manzanares deja una sabrosa media en los medios y luego lo lidia bien para ponerlo en el caballo. El cinqueño (nada del otro jueves y ningún dechado de trapío ni belleza), aunque sale suelto, quiere humillar. El segundo puyazo acaba siendo del picador que guarda puerta. También blandea mucho este animal. Una lástima, porque no permite que el alicantino redondee una segunda serie rociada de empaque. Otra entre las guasas inoportunas de la gente. Este espectáculo, en el que se presume de respeto, es a veces de los más irrespetuosos. A todo esto, el manso se raja descaradamente. No quiere pelea: descastadísimo total. Media. Silencio.

Primer toro

Epicentro, número 92, negro bragado meano, de 560 kilos, nacido en enero de 2013. Castella vuelve al escenario donde hace 48 horas resultó herido y salió a hombros. Se mueve el toro, sin exageraciones de presencia... El francés se dobla, mete la cara este Epicentro aunque a veces cabecea por no andar sobrado de fuerzas. Y esa embestida descompuesta va a más, sobre todo cuando le toca las telas. Cada vez más acobardado y rajado, se defiende. La gente se impacienta. Labor sin frutos del galo, al que a veces se le nota la cojera por el pie herido. Dos pinchazos y media caída y tendida. Suena un aviso. El toro, aculado en tablas y muerto en vida, está para echarse y es complicado descabellar. Silencnio.

Paseíllo

Con llenazo, hacen el paseíllo Castella, de teja y oro; Manzanares, de sangre de toro y oro, y Cayetano, de habano y oro. Ovacionan a Castella, con un vendaje especial pero sin infiltrar.

Ambiente

Mucha expectación desde primera hora de la mañana. Este fue uno de los carteles en colgar el primero de los seis «No hay billetes» que, de momento (incluido este), ha habido en la Feria. Vuelve Castella 48 horas después de su percance y su Puerta Grande; Manzanares cumple su segunda cita y Cayetano hace su primer y único paseíllo.

Sorteo

Esta mañana se han sorteado los toros de Victoriano del Río (el tercero con el hierro de Toros de Cortés). Los sobreros son del Torero y Conde de Mayalde.

Cartel

¡Buenas tardes! Bienvenidos a la vigésima quinta corrida de la Feria de San Isidro. Último cartel de los de mayor expectación del ciclo, con toros de Victoriano del Río para Sebastián Castella, José María Manzanares y Cayetano Rivera Ordóñez.

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