TEATRO

Banal comedia romántica

Sergi Belbel dirige su propio texto "Si no te hubiese conocido" en un superficial montaje impropio del Centro Dramático Nacional

Si no te hubiese conocido ABC

EVA DÍAZ PÉREZ

Una historia que podría haber sido conmovedora y emocionante, un autor de prestigio dirigiendo su propia obra, autores solventes y una producción del Centro Dramático Nacional (CDN) que en principio serviría para confirmar un trabajo bien hecho y un montaje de riesgo y de excelencia artística. Y, sin embargo, nada de eso ocurre con "Si no te hubiese conocido" , un melodrama romántico, meloso, edulcorado y costumbrista que en ningún momento está a la altura de una producción del CDN.

Sorprende que haya tantas compañías privadas y con escasísimos recursos que están haciendo montajes valientes y de gran calidad escénica, mientras una compañía pública nacional con un amplio equipo y dotación económica se dedica a hacer producciones simplonas, aburridas y superficiales que parecen una mala serie de televisión .

El reconocido autor catalán Sergi Belbel firma un texto cuyo argumento, unido a la excelente trayectoria del dramaturgo, despertaba expectativas porque aborda el sugerente tema del destino, los azares y las bifurcaciones de la vida . Eduardo y Elisa son una pareja feliz y con hijos, pero Elisa muere en un accidente por culpa de una decisión desafortunada de Eduardo. A partir de ahí se plantean las razones del azar que les llevaron a conocerse, las que sucedieron y las que no en un mismo plano de posibilidad verosímil. Una trama de decisiones, de ucronías y de historia contrafactual que tiene una larga tradición en la literatura teatral y cinematográfica. El pretencioso subtítulo de la obra - Fantasía romántica cuántica en once escenas y un epílogo - desvela una intención de originalidad que en ningún momento se alcanza por muchos bucles de tiempo, sueños concéntricos, analepsis y prolepsis que se planteen en este experimento escénico de ciencia física.

"Si no te hubiese conocido" propone una trama aburrida, sin fondo ni trascendencia, sin profundidad , sin que interese lo más mínimo la historia de amor -con encuentros y desencuentros- de Elisa y Eduardo.

Los actores ( Unax Ugalde , Marta Hazas , Marta Santandreu y Óscar Jarque ) resultan planos, pero porque la obra lo es. No hay atmósfera teatral que cautive y duele que el CDN presente una iluminación nefasta y un espacio escénico insulso como de representación teatral de fin de curso.

En una historia que da saltos en el tiempo molesta los constantes textos que se proyectan para indicar al espectador el lugar y la fecha. ¿De verdad que Belbel no confía en los recursos explicativos de su propio texto? ¿O piensa que el espectador necesita que se lo den todo masticado porque después de ver tanta televisión es incapaz de comprender una obra de teatro?

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