CRÍTICA DE TEATRO

«Tebas Land», en el nombre del padre

Natalia Menéndez dirige en El Pavón Teatro Kamikaze la obra de Sergio Blanco, interpretada por Israel Elejalde y Pablo Espinosa

Pablo Espinosa e Israel Elejalde, en «Tebas Land» Vanessa Rabade

JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN

La obra de teatro « Tebas Land » es el relato de cómo se ha elaborado una obra de teatro llamada «Tebas Land», de tal manera que conforma la pieza en sí ese relato en el que se inscriben tanto las entrevistas con el personaje en torno al que se vertebra la pieza -un joven que mató salvaje y sañudamente a su padre- como con el actor que lo interpretará en escena. Pero «Tebas Land» es también una exploración de los territorios de Edipo , pues el curso del relato está salpicado de referencias a padres terribles, como el de Mozart , evocado junto a las notas de su «Concierto para piano número 21», o el de Dostoieveski , amarrado al personaje del tremebundo Fiódor Pávlovich Karamázov, padre de los hermanos de la conocida novela que el escritor ruso concibió a partir de la historia de un presunto parricida injustamente condenado. También el padre baloncestista del narrador está presente, asociado a la cancha de basket de la prisión donde tienen lugar las entrevistas con el joven asesino.

El personaje del autor y director demiúrgico se llama S., inicial del nombre de quien firma la función, Sergio Blanco (Montevideo, 1971), y con quien el recluso intenta establecer una suerte de relación paterno filial, entre la desconfianza y la ternura, que contiene un punto de atracción y resulta muy turbadora para el primero, que intenta preservar todo lo personal al margen; otro plano que añadir a ese conjunto en equilibrio sostenido por el talento dramático de Blanco. Un texto autorreferencial que se asoma a la metateatralidad explicitando el curso de los mecanismos creativos y perfila un panorama de laberintos psicológicos; un sugestivo trabajo, compuesto por sutilísimos y significativos planos interconectados, en el que están en permanente tensión lo trágico, lo ético y lo poético. Tal vez me esté poniendo estupendo para explicar una obra compleja y de una claridad cegadora al tiempo. Lo intentaré con una imagen vagamente aproximada: podría ser una muñeca rusa pero con conciencia de que lo es y de su autoembarazo múltiple. «Tebas Land» es, sin más rodeos, una de las obras más inquietantes, arriesgadas, originales, atractivas y bien construidas que he podido ver en las últimas temporadas.

Natalia Menéndez sostiene el pulso con inteligente sobriedad, sin aspavientos de firma, en una puesta en escena que delimita con limpieza ese juego de planos; un peliagudo ejercicio de dirección que permite apreciar las complejas dimensiones de un texto salpicado de urgencias morales y momentos de terrible crudeza. La escenografía de Barajas -un pequeño campo de baloncesto entre rejas- acota espléndidamente la confluencia de realidades, el dentro y fuera de la acción y el desdoblamiento continuo en el que vive el personaje del autor, un humanísimo y apesadumbrado Israel Elejalde , que sabe matizar con maestría el vaivén temporal y emocional de S. Junto a él, Pablo Espinosa está también estupendo en el doble papel del parricida y el actor que lo encarna.

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