«El pueblo venezolano está secuestrado por el Gobierno»

La actriz y cantante Mariaca Semprún se presenta en España con el espectáculo «Piaf, voz y delirio»

Mariaca Semprún, como Edith Piaf Rodolfo Benítez
Julio Bravo

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La figura de Edith Piaf (1915-1963) sigue, más de medio siglo después de su muerte, ejerciendo una magnética fascinación en el mundo de la escena. El gorrión de París vuelve ahora a la vida encarnada por la actriz y cantante venezolana Mariaca Semprún . «Piaf, voz y delirio» , escrita por Leonardo Padrón , se presenta en el teatro Fígaro entre los días 7 y 29 de julio.

De formación original lírica, Mariaca Semprún es una de las más respetadas intérpretes venezolanas; ha trabajado tanto en la ópera como en el teatro musical y de texto , así como en el cine y la televisión. Hace aproximadamenteun año que la situación que vive su país la ha obligado a exiliarse, y ahora reside en Miami. «No se puede seguir allí -se lamenta-... Por todos los flancos. Por un lado la inseguridad , que te hace vivir como en una cárcel; por otro la escasez y la falta de alimentos , que te obligan a buscarlos en el mercado negro. Económicamente, el bolívar está en cero: un dólar es un millón de bolívares, la inflación es una locura. Y cuando ves que las cosas no van a cambiar, te preguntas qué haces allí . No tiene sentido».

«Peor que en Cuba»

«De hecho -sigue la cantante-, estamos peor que Cuba , porque ellos no tienen armas en la calle, en Caracas hay grupos armados por la calle que acaban con todo lo que ven. La situación es espantosa , y la parte más dolorosa es toda la gente que no tiene recursos para salir de allí».

Explica Mariaca Semprún que «todos los que estamos fuera intentamos ayudar a nuestros familiares que siguen en Venezuela, y mandamos dinero que no tenemos la seguridad de que les llegue. La gente está muy triste. Es terriblemente doloroso ; los venezolanos nunca pensamos que íbamos a llegar a esta situación. Tenemos un sistema malévolo que acaba con todo lo que hay».

«En este punto, ya no tenemos esperanza -se lamenta-; y eso es lo más duro. Yo estuve en la lucha activa como tantos; no había alternativa, o eras activista o estás en el gobierno. Y durante muchos años pensé que existía una manera de salir de la situación. Es verdad que el liderazgo opositor ha sido un desastre , han pactado con el propio Gobierno los espacios de poder y los ciudadanos estamos desprotegidos. Pero hace aproximadamente un año perdí definitivamente la ilusión; me estaba desmoronando y no tenía nada a lo que agarrarme. Fue cuando me pregunté qué hacía ahí y me fui a Miami».

Asegura la intérprete que la colonia venezolana en Miami será pronto mayor que la cubana . «En algún momento les vamos a superar; todavía no ha pasado, pero va a pasar», dice con amargura. Y continúa: «Pero estamos en todo el mundo; ciudad que tú visites, ciudad con una colonia venezolana tratando de sobrevivir».

«Es -concluye- la historia más triste que pueda vivir un país. Venezuela tiene un potencial petrolero, con minerales, recursos naturales, con la reserva de agua más grande de la región... Y mire, es como si no tuviéramos nada. Estamos secuestrados por el Gobierno... No existen ni las instituciones , ¿cómo vamos a tener esperanzas de recuperarnos si no es tumbando el régimen de raíz. Hay que sacarlos a todos; son un grupo de maleantes, y quitando al presidente solo no haces nada».

Piaf

Toca ahora hablar de algo más agradable, y que es lo que ha traído a Mariaca Semprún a Madrid: Edith Piaf . Leonardo Padrón, el autor del texto, es también el marido de la intérprete, que participó muy activamente en el proceso de creación. «Yo acababa de hacer un monólogo musical -explica- sobre La Lupe , la cantante cubana. Supuso un salto al vacío, porque el personaje es totalmente distinto a mí, tanto física como vocalmente. El espectáculo estuvo dos años y medio en cartel y al público le encantó. Al cerrar este proyecto los productores me sugirieron que hiciera otro sobre la vida de otra cantante , y me hablaron de Edith Piaf».

Confiesa Mariaca Semprún que dudó mucho ; el idioma, la particular manera de pronunciar, de expresarse, eran obstáculos que le frenaban. Pero finalmente decidió emprender el reto . «¿Qué era lo peor, que a la gente no le gustase? En todo caso sería una experiencia. Así que me metí de cabeza; durante todo un año estudié a Edith Piaf, imaginé el espectáculo, trabajé el idioma y las canciones, que para mí era la arista más compleja del personaje».

Edith Piaf ha sido la protagonista de varios espectáculos teatrales y musicales. El que interpreta Mariaca Semprún, dice, «es bastante biográfico , pero usa la tesis que empleaba en su vida ella misma: la música como refugio, el arte como forma de salvación . Para mí era necesario tener un discurso, era importante saber de qué queríamos hablar, en un contexto como la situación en Venezuela, donde se creó el espectáculo. Y ese lema sirvió para comunicarnos con el público y aliviarle al menos un poco la soledad y la tristeza».

Irrepetible

Meterse en la piel y en la voz particular de Edith Piaf fue otro de los grandes retos. «No trato de imitarla porque las voces son como las huellas digitales: irrepetibles . Pero sí la emulo, sí hago sus cadencias. Canto como ella, no como Mariaca, aunque sea mi voz, y trato de acercarme a su color de voz».

Edith Piaf, cuenta su intérprete, «vivió momentos muy duros, dramáticos, pero nunca dejó de cantar ni de subirse al escenario ; precisamente por esa idea del arte como forma de salvación. Ni siquiera cuando Marcel Cerdan , el gran amor de su vida, muere en un accidente de aviación, suspendió su actuación. Su bálsamo era la música; en ella se sentía protegida y querida».

Este aspecto de la personalidad de la cantante francesa fue lo que más llamó la atención de Mariaca Semprún. «Y cómo podía aplicarlo en mi vida; yo también vengo de un conflicto muy fuerte, un conflicto sociopolítico que además escapa de mis manos, que no tiene nada que ver conmigo pero que me rodea y me persigue. Ese canto al amor, a la libertad , es lo que más me inspira».

Es Edith Piaf, asegura, «un personaje muy interesante, a la que le ocurrieron cosas terribles. Aun asi, tuvo la capacidad de levantarse y de seguir . La suya es una historia muy triste, y al mismo tiempo muy inspiradora. Sientes que si ella pudo con todo eso, los demás también tenemos que poder».

Salvación y resistencia

¿Cómo puede ayudar el arte actualmente al pueblo de Venezuela? «Es un mecanismo de salvación y de resistencia frente a cualquier adversidad. Vengo de un lugar completamente hostil y el público, cuando entra en el teatro, siente durante dos horas que todo está bien , que nada de lo de afuera le afecta. Y lo siente también el artista. El teatro se convierte en un espacio sagrado, aislado de todo».

No es solo lugar de evasión, también lo es de reflexión y de agitación , asegura. «El teatro es nuestro espejo, tenemos que ver en él nuestros errores; tenemos que hacer que el público reflexione».

La historia de Edith Piaf, explica la cantante, es universal . «Su marco histórico es la preguerra y la segunda guerra mundial, que nos tocó históricamente a todos. Y se cuenta cómo las salas de teatro siguieron activas, cómo el público acudía mientras afuera se producían los bombardeos y trataba de reconocerse en el drama, en la risa, en el dolor, incluso en la diversión. Definitivamente, el arte no sirve solo para evadirse».

«Las autoridades venezolanas son unas bestias, y desprecian la cultura. Afortunadamente, el gremio artístico está en contra del sistema , y se están creando obras contestatarias; aun así, el Gobierno no se metía con los teatros, la censura era cero. Sí la había en la televisión, en la radio, incluso en el cine... Y los teatros eran por tanto un espacio de libertad, un revulsivo ».

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