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Visita a la Alpujarra granadina, un mundo aparte

Así es su propuesta turística, con paisajes, cuevas, casas rurales y una gastronomía que la diferencia

Barranco de Poqueira ABC

ABC

La Alpujarra granadina, la Alta y la Baja, es especial por su geografía montañosa y por el singular encanto de sus pueblos, con calles empedradas y de trazado sinuoso que invitan al paseo y viviendas escalonadas y orientadas al sur. Nada que ver esta comarca, cincelada a golpe de sosiego y tranquilidad, con cualquiera otra de la provincia. Es como un mundo aparte entre viñedos, almendros y bancales, un universo físico diferente al resto. Sierra Nevada ha sido declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, Parque Natural y Parque Nacional por sus endemismos botánicos y su ecocultura.

Penetrar en ese universo ebrio de contrastes es una experiencia única. Lo fue para grandes escritores como Pedro Antonio de Alarcón, Federico García Lorca, Gerald Brenan, Virginia Wolf, José Guglieri o Antonio Gala, a los que inspiró grandes obras, y lo sigue siendo para cuantos se acercan a sus pueblos y a sus gentes. El viajero puede recrearse en Lanjarón , conocido como la Puerta de la Alpujarra y famoso por sus aguas mineromedicinales, y hacer un alto en Órgiva, de marcado sabor morisco. Y puede, también, asomarse a ese gran balcón que forman los pueblos blancos de Cáñar, Soportújar y Carataunas antes de dejarse fascinar por el Barranco de Poqueira y esos sus tres tesoros que son Pampaneira, Bubión y Capileira.

Y, más allá, camino de cualquier parte, está Pórtugos, Trevélez, el municipio más alto de España, Cádiar, Ugíjar ... Pueblos y más pueblos que se miran en la nieve y se dejan acariciar por la brisa del mar y en los que la influencia árabe está presente en el paisaje agrario, en la arquitectura cúbica, en sus alfombras y jarapas, en su cerámica y en manifestaciones culturales tan populares como el trovo, una forma musical tradicional de la comarca a través de la cual se expresa el modo de ser, sentir y pensar de los hombres y mujeres de la tierra.

Pueblos diferentes, sí, con parajes y rincones en los que abundan los hoteles y los alojamientos rurales y donde la gastronomía, sencilla, sabrosa y sana, la de las tres eses, es un lujo añadido: jamones con denominación de origen (los de Trevélez y Juviles tienen fama universal), carnes de gran calidad, verduras de temporada de la zona, riquísimos embutidos, repostería de tradición morisca y, sobre todo, el plato alpujarreño, que engloba los productos más representativos de la comarca (morcilla, lomo de orza, longaniza, papas a lo pobre y jamón serrano) y que es todo un desafío para el estómago por su contundencia y aporte calórico.

De tapas

No es una exageración. Granada es una de las ciudades donde el tapeo adquiere categoría de arte. Su centro histórico y todos y cada uno de sus barrios están repletos de bares y restaurantes que convierten el tentempié o aperitivo en un verdadero regalo para los sentidos.

Granada tiene, además, infinidad de rutas para disfrutar en plenitud de este atractivo gastronómico que no supone coste alguno. En pleno centro, en la zona de la Catedral y la calle Elvira , podemos encontrar cantidad de tascas en las que el visitante tiene oportunidad de degustar gran surtido de vinos y tapas, algo que también se produce muy cerca de la calle Elvira o en Plaza Nueva, al lado de la Real Chancillería.

Si nos adentramos en el cauce del río Darro por el Paseo de los Tristes accederemos a otro lugar de singular encanto y con variedad de bares y terrazas. Es, por así decirlo, el pórtico del Albaicín , barrio declarado Patrimonio de la Humanidad, donde existen algunos de los locales de restauración más emblemáticos de la ciudad, la mayoría de ellos con magníficas vistas de la Alhambra.

Y si el visitante quiere profundizar más y descubrir otros paisajes típicos, el barrio del Sacromonte es cita obligada, con bares y rincones que no le dejarán indiferente . Como lo son también el Realejo, una de las principales zonas de tapeo de Granada, con gran número de tascas y terrazas, las plazas de la Romanilla y Pescadería, el entorno de la Catedral, los alrededores del Ayuntamiento y la calle Navas, zona peatonal en la que abundan bares y tabernas típicas.

Cada vez son más los que descubren el embrujo y el alma de Granada a través de una ruta que quedaría incompleta sin un acercamiento a los barrios del Zaidín y La Chana y en la que hay que destacar establecimientos como La Ermita y Tendido 1, en los bajos de la Monumental de Frascuelo, en Avenida Dr. Olóriz; el Restaurante Bar Ramírez, frente a la Plaza de Toros; La Posada del Duende, en Calle Duende; El Burlaero, en Calle Seminario, 4; el Restaurante Chikito, en Plaza del Campillo; el Restaurante Las Tinajas, en Martínez Campos, que tiene en su carta un menú especial con cinco de sus más celebradas tapas; el Kiosco Las Titas, en el Paseo de la Bomba; la Taberna Taurina Laly, en Glorieta de Arabial; y el Bar Provincias, en Calle Provincias, junto a Plaza Bib-Rambla, entre otros.

Cuevas La Granja Ideal Granada

De vivienda troglodita a paraíso natural

Alguien lo definió muy bien: «No se trata de una vida bajo o en la tierra, sino con ella». El interior de las cuevas ha sido la morada más utilizada por los hombres durante milenios y actualmente, en la provincia granadina, se han convertido en uno de los productos turísticos más atractivos y singulare s , con magníficas instalaciones en las comarcas de Guadix y El Marquesado y Baza-Huéscar, en el Altiplano.

El turismo en casas cueva no es una forma menor de pasar los días, sino más bien todo lo contrario. Sirva como ejemplo lo que podemos encontrar en un complejo como el de La Tala , en Guadix, donde las cuevas se agrupan en cuatro conjuntos: Granero, con cinco casas-cueva y un gran salón común; Horno, con dos casas cueva; Jardín, con tres y Luna, con una casa cueva independiente. Todas las casas cueva están dotadas de salón con cocina integrada, dormitorio y baño. Tienen unos 50 metros cuadrados, aunque algunas alcanzan los 80 , y están perfectamente equipadas en cuanto a menaje del hogar. Disponen de chimenea, TV, conexión a internet y calefacción y los los huéspedes pueden disfrutar en el exterior de piscina, aparcamiento, área para barbacoas, zona ajardinada y acceso para minusválidos.

El granadino barrio del Sacromonte es uno de los mejores exponentes del origen de las cuevas , excavadas en las grutas naturales de la montaña y convertidas con el paso del tiempo en templos del arte gitano y verdaderos museos de adaptación de la vida troglodita a las comodidades de la vida moderna, algo de lo que son claros exponentes también cuevas como la del Tío Tobas, en Alcudia de Guadix; Al Jatib, Alcobas y El Río de Baza y Tiana, en Baza. Otras de las cuevas de mayor atractivo son la de La Granja, en Benalúa de Guadix.

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