Tokischa, la bomba dominicana de la escena urbana: «Elegí el trap porque es lo más cercano al rock»

Hablamos con la nueva sensación del dembow, una cantante que ha provocado una enorme controversia en su país y que tiene a Bad Bunny, Ozuna o Anuel Aa entre sus seguidores más acérrimos

Nacho Serrano

«¡En sus videoclips salen mujeres que se besan! ¡Que se besan!». Así, poniendo el grito en el cielo con todo el histrionismo del mundo, y sumándonse a la cultura de la cancelación desde el conservadurismo más reaccionario, es como uno de los 'opinadores' de la televisión dominicana advierte a sus compatriotas de los 'peligros' de escuchar la música de Tokischa , probablemente la artista más controvertida e iconoclasta del Caribe en la actualidad. Todavía no ha lanzado ningún disco, tiene veinticinco años, y en apenas tres de carrera 'oficial' ha conseguido conquistar a popes urbanos como Bad Bunny, Ozuna o Anuel Aa, que ya han hecho subir su número de seguidores de forma exponencial al declararse fans en las redes sociales. Suficientes credenciales como para contactar con ella a través de un zoom transoceánico y averiguar qué demonios está pasando en la escena musical de República Dominicana.

Empezó su carrera musical casi por casualidad, en una sesión de fotografías con el productor y diseñador Raymi Paulus (fundador del sello Paulus Music).

Sí, fue haciendo vídeos y fotos. Él me dijo: 'Oye, ¿te gustaría hacer música? Me llevó a un estudio, y desde entonces no hemos parado.

Pero antes algo habría hecho por su cuenta.

Había tenido una pequeña formación artística, porque siempre me gustó el arte. Había hecho teatro y baile, y he estado alimentando mi propio arte desde niña. Ahora comprendo para qué (risas).

¿Qué referentes tuvo en sus primeros pasos profesionales?

Elegí hacer trap porque es lo más cercano que hay ahora al rock, que siempre ha sido mi género favorito. El trap es el rock moderno. En esa época estaba muy desatada, y me expresaba de esa manera.

Ha hecho trap, rap, dembow, dancehall, siempre con esa enorme fuerza expresiva. ¿De dónde sale esa necesidad de expresarse con tanta contundencia y deshinibición?

Siempre he sido así, desde niña, muy expresiva, muy sincera y muy clara. Eso influencia mi expresión musical.

Las drogas y la libertad sexual son temas centrales de su obra en estos tres años. Las drogas cada vez menos, pero la libertad sexual cada vez más. Eso es lo que realmente ha molestado a tanta gente, ¿verdad?

Sí. Las drogas ya no aparecen en mis letras porque hace un año que me retiré de ellas, pero el sexo es algo de lo que no creo que me retire nunca. Ahora le doy a eso (risas).

Las críticas furibundas desde algunos medios de comunicación, ¿le han llegado a causar problemas personales?

No, al contrario. Cuando quisieron prohibir 'Desacato escolar', se volvió una ola. La tumbamos de YouTube y la gente la necesitaba escuchar a todas horas. En lugar de censurarla, lo que consiguieron fue que la gente la quisiera más, porque a la gente le gusta lo prohibido. Cuanto más tratan de prohibirme, más me quiere la gente.

Cuando habla de libertad sexual y de derecho al aborto, habla de política. La colombiana Karol G lo ha hecho en su país recientemente con el tema de la reforma tributaria, y el puertorriqueño Bad Bunny en el suyo, cuando el pueblo se movilizó para exigir la renuncia de su gobernador. ¿Cree que en República Dominicana puede surgir una sinergia similar entre músicos y ciudadanos para exigir el fin de alguna injusticia en concreto?

Claro. Hay que unirse. Nosotros somos del pueblo, somos la gente, y siempre que haya una buena causa y uno se identifique con ella, hay que apoyarla.

¿Cree que la contribución de Bad Bunny a las protestas en Puerto Rico fue decisiva para que éstas tuvieran éxito?

Fue un apoyo muy bonito. También Calle 13 estuvo ahí, y se unieron de una manera mágica. Se veía mágico desde fuera, así que imagino lo bonito que se sintió desde dentro. Todos los que lucharon, incluso los que no son artistas, influyeron para que se lograra ese cambio.

Su carrera cuenta con el apoyo de su familia, especialmente de su madre.

Sí, mi madre siempre me ha apoyado. Hemos sido muy amigas, y ella me ha influenciado mucho. Mi padre también. Él ha estado siempre presente en mi carrera, y de hecho sale en algunos videoclips conmigo, como en el de 'El rey de la popola'. Le encantan esos 'jangueos'. Es un 'rulay' mi padre.

¿Cuándo cree que el rock perdió su potencial transgresor?

No sabría decirte un punto exacto. Pero ahora hay muchas personas que amamos el rock, que somos fieles, que somos celosos con esto. Pero la música se ha vuelto muy digital, y eso lo ha invadido todo. A mí me encanta tocar con una banda de rock que tengo, para un público muy específico, porque es algo muy, muy mío. Lo hago en un lugar aquí en La Vera (en el centro del país) que se llama La Aldea, donde hacen actividades. Voy cada año para dar un concierto con mi banda. Y eso es otro mundo.

¿Ha grabado algo con esa banda de rock?

¡Pues mira, sí! Recientemente me los traje a la capital, y grabamos una canción que quedó bellísima. Para esto me estoy preparando, porque eso es lo que a mí más me gusta. Yo me veo en un futuro con mi banda por ahí. Poco a poco. Empecé en la música urbana, súper metida, y me voy desarrollando hacia otros géneros, pero no me desvío de lo que mi corazón realmente anhela.

Cuando un músico lanza su música al mundo, se convierte en un personaje artístico. ¿Usted tiene claro cómo quiere que sea el suyo?

Yo soy todo lo que muestro, y hay muchas cosas que también soy, y no las muestro, que son mis cositas especiales para mí, como esa banda de rock, o esas pinturas que a veces hago. Me guardo cosas para mí, y mi persona va cambiando. No soy la misma que era cuando empecé, porque mis hábitos son distintos y ahora veo el mundo de una manera muy distinta. Todo eso progresa naturalmente, y eso se plasma en mi 'performance'. Me siento agradecida porque lo que muestro es lo que soy, con ese morbo, con esa sexualidad, con esa agresividad, porque yo soy así, porque en mi vida he tenido un pasado muy agresivo. Lo de los personajes no va conmigo, yo soy como yo me quiero ver.

¿Cómo fue su infancia en ese entorno 'agresivo'?

Yo era una niña muy traviesa, me iba por ahí, y siempre fui muy sexual. Con las amiguitas hacía cositas, y en casa fui muy rebelde. Hay familias que conversan contigo, que te dan consejos, pero hay otras que son agresivas, que golpean, que hablan duro, que te dicen palabrotas, y a mí me tocó eso. Pero en un momento de mi vida yo también fui así, por esa crianza agresiva. Fui agresiva con mi pareja, con mis amistades, pero he ido creciendo y he ido por una camino muy pacífico. Hoy en día estoy súper tranquila, y no siento que aquello fuera una experiencia tan horrible, sino que me dio una fuerza que hoy puedo poner en un rap. Lo que ha vivido una persona, es lo que la alimenta a ella y a su arte.

¿Esa misma familia que era agresiva con usted, es la que ahora la apoya en su carrera?

Es que no deja de haber un amor. Aunque haya cierta agresividad, aunque te griten. Esa agresividad era mutua. Cuando yo desobedecía, mi familia no tenía otra manera de resolver las cosas. Pero no dejó de haber un cuidado, de 'aquí hasta tu comida, tu ropa limpia'... es como cuando tienes una pareja y te peleas. Es algo mutuo.

¿Cuál será su siguiente paso?

Hay muchos traps que todavía no han salido, y también dembows y hasta algún R&B. Lo de grabar se ha complicado porque estamos actuando en muchas fiestas, y nos acostamos muy tarde. Levantarse al día siguiente es para activarse para la siguiente fiesta, y eso no da margen a la creatividad. Esta rutina no me está permitiendo ser muy creativa.

¿Muchas fiestas? ¿Cómo ha afectado la pandemia a la escena musical dominicana?

Estos últimos tiempos han soltado un poco la soga, porque el año pasado estábamos amarrados. Ahora se pueden hacer fiestas, pero el otro día me 'jalaron' porque a mí me encanta meterme entre el público, es algo que me fascina. No puedo estar ahí arriba en una tarima, necesito sentir a la gente. Y muchas chicas... ya raramente me piden fotos. Me piden un beso. Y me 'jalaron' del Ministerio porque vieron ese contacto. 'Si no te calmas, te vamos a prohibir las fiestas'. El coronavirus es una realidad y hay que tomar medidas y respetarlas, hay que batallar contra él... pero la pasión no se puede evitar (risas).

¿Qué tipo de pintura hace?

Son mis garabaticos, no los muestro a nadie. Son mis creaciones personales, son para mi satisfacción, para yo mirarlas y decir 'es una creacioncita mía', y me encanta. Son detallitos muy bonitos.

Tiene perfil de Onlyfans, ¿qué partido le saca?

Lo abrí en diciembre de 2019, porque siempre me ha gustado el contenido explícito, la sexualidad, lo sexy, el morbo. Eso me traía problemas en casa porque me veían haciéndome fotos sexis, 'que tú eres una niña, ¿que tú estás haciendo?'. En Instagram me borraron algunas fotos, así que cuando llegó Onlyfans, vi la forma de tirar todo lo que quiera sin rendir cuentas, y sin censuras. Conocí a un equipo de trabajo que me dijo que podía sacarle dinero a eso, y me enseñó cómo hacerlo. Eso me ayudó mucho en pandemia. Me sustentó. Casi toda la inversión que hecho en mi música en los últimos meses la he sacado de Onlyfans.

Cuando Bad Bunny dijo que era fan suyo, ¿lo notó en las redes sociales?

Fue una experiencia muy bonita, porque fue como el cierre de un ciclo. Fue en Año Nuevo, estaba cerrando el año con la primera y última fiesta de 2020, tocando música como pidiendo que viniera la abundancia. Y que esa noche Bad Bunny dijera en las redes sociales que era mi fan, yo, que soy muy espiritual, lo vi como una bendición. Fue como: '¡Santo Benito, me bendijo el año'!

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