Los Pixies proponen un viaje nostálgico en el Bilbao BBK Live

Subir anoche a las campas de Kobetamendi, a las afueras de Bilbao, donde se erigen los escenarios del BBK Live, para presenciar el concierto central, a cargo de los Pixies, se convirtió en un viaje cargado de nostalgia de la mano de uno de los grupos de rock alternativo más influyentes de los años 90, aunque con cuerda todavía para rato. No en vano, el 30 de septiembre lanzarán su nuevo trabajo, «Head carrier».

Como el día anterior, en Portugal, la banda liderada por Black Francis abrió repertorio con «Bone machine», del mítico álbum «Surfer Rosa». Mientras sonaba, pasados unos minutos de la medianoche, aún se incorporaban algunos rezagados que habían observado las evoluciones de la canadiense Grimes, que ofreció una actuación a mitad de camino entre el concierto y la performance.

Francis y los suyos -David Lovering, Joey Santiago y el último fichaje, Paz Lenchantin-, mucho más sobrios, saludaron con la mano y se metieron en faena.

El arranque brindó un repaso a sus distintos trabajos con canciones como «Wave of mutilation», «Indie Cindy», «Monkey gone to heaven» y «Classic Masher». Viejos temas entre los que se abrió hueco uno nuevo, «Um chaga lagga», primer sencillo del que será el segundo álbum de los Pixies desde que en 2004 volvieron a juntarse.

En la segunda jornada, a la que acudieron más de 33.000 personas, según datos de la organización, también se dejó ver Love of Lesbian, referente del «indie» patrio, amén de Ocean Colour Scene y Underworld, estos ya en el último turno. Belako, que son de Munguía, municipio de Vizcaya, demostraron que sí se puede ser profeta en la tierra de uno y le «robaron» un buen puñado de público a Love of Lesbian, a pesar de actuar en el escenario más pequeño del recinto, con un derroche de intensidad y un potente sonido.

Hoy el festival bilbaíno echa el cierre con una jornada en la que destacan las actuaciones de los australianos Tame Impala (21.30), banda de rock psicodélico, y los ingleses Foals (0.20).