Pablo Carbonell: «La muerte de Carlos Marín puede considerarse un accidente laboral»

Hablamos con el artista gaditano sobre el nuevo 'súpergrupo' Toreros con Chanclas y su nueva novela, 'El nombre de los tontos está escrito en todas partes'

El cantante, escritor y actor Pablo Carbonell ABC

Nacho Serrano

«Pepe Begines y yo hemos ido labrando una amistad a lo largo de nuestros encuentros en escenarios, carreteras, películas y demás intentos por escapar del trabajo normal, y siempre nos ha parecido que, unidos por el mismo anhelo por dinamitar la pomposidad, nos habían separado al nacer. No me pises que llevo chanclas es a Los Toreros Muertos lo mismo que el mundo rural para el urbano, y aunque los márgenes están claros, la plenitud de cada propósito queda mejor redondeada si comparamos ambas identidades. Es por eso que hoy presentamos la fusión de ambas propuestas: Toreros con chanclas. Un proyecto que se mueve en el amplio espectro que va desde Fernando Esteso y su anuncio de coñac La Parra hasta Frank Zappa o los Sex Pistols». Así describe Pablo Carbonell su nueva irreverencia pop (o mejor dicho rock), un súper grupo formado por dos de las bandas más cachondas y desprejuiciadas de los ochenta, cuya primera canción, como no podía ser de otra manera, hace honor a la fusión con un «encantador engendro» fruto de la combinación de dos de sus mayores éxitos, 'Agüíta amarilla' y 'Bolillón', llamada 'Agüíta agropop'. El 15 de enero se podrá escuchar en el Wizink Center dentro del festival 'revivalero' Locos por la Música, punto de partida de la gira de Toreros con Chanclas en 2022.

¿Hay más engendros en camino?

¡Sí! Estamos montando 'Escuela de idiomas', que es la mezcla de 'On the desk' y 'Washuwarugui'. El videoclip también se grabó en Cádiz y es igual de divertido o más. Pepe y yo nos vamos a reunir para hacer canciones nuevas y así tener temas propios.

Zappa es referente por sus inyecciones de teatralidad y humor en la música, e imagino que también por su defensa a ultranza de la libertad de expresión.

Desde luego, la libertad de expresión es uno de los mayores logros de la sociedad. Cuando el estado toma decisiones en este campo, poniéndose en el papel del padre que protege a sus niños, subestima nuestra inteligencia y nuestra capacidad de elegir, y eso tiene consecuencias graves. Prefiero decirlo así, en abstracto, y que cada uno saque sus conclusiones.

Esa libertad está en peligro por el hecho de que ahora, parece que hay muchas personas que construyen su identidad haciendo exhibicionismo de los que les ofende.

Ahora los artistas tenemos que lidiar con un montón de gente que, si no haces lo que les gusta, te convierten en un 'ídolo caído'. Cuando en realidad yo no tengo ningún interés en que me idolatren, sino en que me respeten. Creo que la persona que me idolatra, se ha perdido el respeto a sí misma, porque el hombre que hace un edificio, o el que monta un mueble o cava una zanja, es exactamente igual que yo. Que me idolatren me resulta incómodo. Y de la idolatría al desprecio, o a la decepción, hay un camino muy corto. Los Toreros Muertos salimos con muchas ganas de reírnos del star-system, de estos artistas que parece que están blindados, protegidos por gafas de sol y sombreros tejanos. Queríamos quitar pomposidad al mundo del espectáculo.

La alineación de Toreros con Chanclas ABC

Pero a usted también le será difícil no idolatrar a algunos artistas, ¿no?

He conocido a muchos de los que admiro, y les he hablado de tú a tú porque sé que es lo que les gusta. Y he podido ser amigo de ellos porque he descubierto que tienen las mismas inseguridades que cualquier otra persona. O incluso más, porque las expectativas que hay sobre ellos son muy altas y a veces se convierten en algo asfixiante.

Esto me recuerda a lo ocurrido con Verónica Forqué.

Y también te puede recordar a lo que le ha pasado a Carlos Marín, de Il Divo.

¿Sabe lo que le ha pasado? No se ha comunicado la causa de la muerte...

Era una persona con una presión muy alta. Y eso pasa factura a nivel de salud. No quiero entrar en más detalles. Pero si alguien piensa que estoy diciendo que Carlos Marín no cuidaba su salud, o que recurría a ciertos estimulantes, va muy desencaminado. No va por ahí. Podríamos considerar su fallecimiento un accidente laboral, porque el estrés y la exigencia que sufría... En fin, no quiero entrar más en este jardín.

Entendido. Todo esto tiene que ver con su libro, 'El nombre de los tontos está en todas partes'. Lo escribió durante el confinamiento, ¿no?

Sí, lo cual viene muy bien para escribir un libro sobre un tío que está en el corredor de la muerte. Es una novela que llevaba treinta años en mi cabeza, pidiéndome que la escribiera. Al venir la pandemia dije, 'este es el momento'. Trata sobre lo que estamos hablando, sobre la humanidad de los ídolos, sobre las inseguridades de las personas que se exponen, sobre las exigencias que el mercado les exige para amoldar su personalidad a lo que les exige el público. Es una novela negra con mucho dolor y mucha verdad, que según tengo entendido, son los elementos imprescindibles para una buena comedia.

Hay que tener el síndrome del impostor bien controlado.

Pues yo lo tengo muy exacerbado. Intento doblegar esa sensación con mucho trabajo, e intentando mejorar constantemente, ya sea en una obra de teatro, un libro, una canción o lo que sea.

En libro hay una frase que dice: '¿cuánta gente ha cogido una guitarra eléctrica como sustituto de una metralleta?. Ahora mismo, tal como está de feo el mundo, deben estar formándose muchas nuevas bandas de rock o tendremos comandos terroristas por doquier, ¿no?

¡Jajaja! Bueno, el mundo siempre ha estado mal. Ahora tenemos un problema de índole mundial que debería haber servido para que dejáramos de llevarnos tan mal. Era una buena ocasión para dejar de enfrentarnos tanto. Pero es una lástima lo mal que nos llevamos los seres humanos.

Para terminar, vuelvo al tema de la libertad de expresión, está claro que ahora sería complicadillo entrar en el negocio de la música con el nombre de Los Toreros Muertos. ¿Cuando nació el grupo tuvo algún problema al respecto?

No pudimos actuar en una fiesta en la que entregaban tres discos de oro a Isabel Pantoja por tener ese nombre. Pero más allá de eso, no llegó la sangre al río nunca. Hay que recordar que no somos 'Toreros Muertos', sino 'Los Toreros Muertos'. No es ofensivo contra la fiesta, aunque para mi gusto le sobre mucha sangre. Ese 'los' es básico.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación