Marky Ramone: «Las guitarras no se venden, pero se siguen tocando»

Una de las figuras más legendarias del punk-rock, lleva sus clásicos al festival Tsunami Xixón

Nacho Serrano

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Este fin de semana se celebra en Gijón otra de las grandes citas festivaleras de la temporada: Tsunami Xixón . El evento se desarrollará a lo largo de hoy y mañana en cuatro escenarios: uno en la Plaza del Ayuntamiento, dos en Laboral Ciudad de la Cultura y otro en el Skatepark Cimadevilla, por donde pasarán grupos como Bad Religion , The Hives , The Prodigy , Gogol Bordello , Lagwagon , Millencolin , The Vintage Caravan , Los Coronas , Viva Belgrado , Futuro Terror , Dead Bronco o Green Desert Water , entre muchos otros.

No se sabe aún cuál de ellos se alzará como triunfador de esta edición del festival, pero es muy probable que varios de sus integrantes se vean las caras en el concierto de Marky Ramone , al que sin duda acudirán con el «modo fan» activado.

No es un miembro fundador de Ramones, porque no queda vivo ni uno sólo de ellos, pero sí se trata de una de las figuras más legendarias del punk-rock , ya que fue su baterista oficial en su segunda etapa (desde el disco « Road to Ruin » de 1978 hasta el « Subterranean Jungle », de 1983), y después en la última etapa de la formación (1988-1996).

«Johnny, Joey y Tommy me habían visto tocar con Dust, una banda que estéticamente, incluso se adelantó un poco a los Ramones», cuenta por vía telefónica. «Cuando yo les vi a ellos, no me parecieron especialmente buenos. Pero había una cosa que estaba clarísima: nadie podía tocar de esa forma. Tenían algo especial, sin ninguna duda, así que cuando Tommy decidió marcharse y me propusieron unirme a ellos, no lo dudé ni un segundo».

Antes que los ingleses

Cuando se le pregunta por el nacimiento del punk-rock estadounidense , que se adelantó un lustro al británico, Marky insiste en hacer repaso de todos los «residentes» del mítico club CBGB, ahora convertido en una tienda de ropa para «hipsters» forrados de pasta. «Blondie, Talking Heads. Richard Hell & The Voidoids, Johnny Thunders y sus Heartbreakers, nosotros... todos fuimos corresponsables de aquella locura», dice entre risas. «¿Que qué queda ahora de todo eso? Es una de las preguntas que más veces me han hecho durante los últimos años, y nunca sé qué decir exactamente. En realidad, poco o o nada, si de lo que estamos hablando es de bandas que llegan a trascender. Pero en las catacumbas del rock sigue habiendo grupos de chavales que se unen para hacer ruido a toda velocidad. Ese impulso lo seguirán sintiendo muchas generaciones chicos y chicas, estoy seguro».

Marky sabe que mientras dice esas palabras, la fábrica de guitarras Gibson sigue despidiendo empleados a docenas . Pero para él,de lo que se trata no es de mantener un modelo de negocio, sino un espíritu. «Sé que las guitarras ya no se venden y que los fabricantes lo están pasando muy mal, pero joder, ¡las guitarras se siguen tocando! Quizá es que ya hay demasiadas en este mundo (risas). Y oye, las viejas suelen ser las que mejor suenan. ¿Así que para qué comprar una nueva si tu padre, tu hermano o tu tío tienen una estupenda en el armario? De lo que se trata es de seguir haciendo que gire la rueda del rock’n’roll. El cómo ya no importa tanto».

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