Keith Jarrett revela que podría no volver a tocar el piano tras sufrir dos derrames cerebrales
El intérprete ha confesado en una entrevista en The New York Times los graves problemas de salud que arrastra desde 2018
En 2018, el pianista Keith Jarrett, una de las figuras más importantes de la historia del jazz, anunció su retirada temporal de los escenarios. Su sello discográfico, ECM, aludió en aquel momento a un "problema de salud", pero no especificó de qué se trataba, lo que desconcertó tanto a la crítica como al público.
Desde entonces, los rumores sobre el estado de salud del prodigioso intérprete no han cesado. De ahí la magnitud de la entrevista que Jarrett, poco dado a hablar en público, ha concedido al periodista especializado Nate Chinen en "The New York Times". En ella, el pianista revela que en 2018 sufrió dos derrames cerebrales -uno en febrero y otro en mayo- que le provocaron graves secuelas, por lo que es poco probable que pueda volver a ofrecer conciertos en vivo.
“Estaba paralizado. Mi lado izquierdo todavía está parcialmente paralizado. Ahora puedo intentar caminar con un bastón, pero me llevó mucho tiempo lograrlo... un año o más. Y no voy a moverme en absoluto por esta casa, de verdad", confiesa Jarrett a Chinen, autor del libro "Playing Changes. Jazz para el nuevo siglo", publicado en España por Alpha Decay. El intérprete, que tiene 75 años, revela, además, que, pese a los esfuerzos por tocar sólo con su mano derecha, no sabe qué futuro le espera: "Ahora mismo no me siento pianista. Eso es todo lo que puedo decir al respecto".
“Al principio -continúa- no me di cuenta de la gravedad de lo que me había sucedido. Definitivamente se me escapó, y sólo ingresé en el hospital cuando fueron apareciendo más síntomas”. Tras detectar una mejora en su estado, los médicos decidieron darle el alta. Jarret se refugió en su casa de Nueva Jersey, pero sufrió un segundo derrame, al parecer más grave que el primero, y tuvieron que ingresarle de nuevo. En julio de 2018 fue dado de alta e hizo un uso esporádico del piano, tocando sólo con la mano derecha. “Estaba tratando de fingir que era Bach con una mano, pero en realidad sólo era para tocar algo”, admite el pianista, que reconoce que el momento más doloroso fue cuando quiso tocar algunas melodías bebop, muy familiares, y descubrió que las había olvidado.
En su texto, Chinen cuenta que la voz de Jarrett suena más suave que otras veces al teléfono y que en la conversación, que duró casi una hora, el pianista estuvo lúcido, salvo algunos lapsos en los que le falló la memoria. Una de sus últimas actuaciones tuvo lugar el 15 de febrero de 2017, en el Carnegie Hall de Nueva York, donde se despidió del público emocionado y con lágrimas en los ojos.
La carrera de Keith Jarrett es una de las más impresionantes del jazz contemporáneo, con incursiones en la música clásica como su versión de las "Variaciones Golberg" (1989). Con 97 discos publicados, entre ellos su célebre "Concierto en Colinia" (1975), Jarrett ha construido una leyenda de pianista infalible, especialmente en sus solos de piano.
En la década de los 90, Jarrett ya superó otro grave problema de salud, un síndrome de fatiga crónica, del que surgió un disco soberbio, "The Melodý At Night With You" (1999). Poco después, volvió a reunirse con el recientemente fallecido Gary Peacock y con Jack DeJohnette, un trío que hizo historia, y grabaron el disco "After the Fall", que ECM publicó en marzo de 2018, casi veinte años después, coincidiendo con el primer derrame del pianista. El próximo 30 de octubre, el sello discográfico publicará su álbum doble "Budapest Concert", grabado en 2016 en la sala Bela Bartok.
[Lee la entrevista completa en "The New York Times"]
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