Música

El festival Flamenco on Fire se pregunta qué es el flamenco: tenemos una respuesta

Una lista de Spotify se adentra en la música de los artistas que van a actuar en su octava edición, que se desarrollará entre el 26 y 29 de agosto

Pansequito durante un recital Raúl Doblado

Luis Ybarra Ramírez

La mejor definición del flamenco me la ofreció un veterinario: Juan Rafael Pérez-Vera , conocido entre Sevilla y Huelva por la elegancia con la que toca y canta, habitualmente en la intimidad, la bulería, la rumba y, sobre todo, la sevillana. Fue directo: «El flamenco es el detalle» . Arrancó entonces con un rosario de pormenores que hicieron flamenca su ejecución y creí entenderlo todo. Un giro concreto, la mano de Matilde Coral y la cintura de Manuela Carrasco, una alzapúa pasional, Farruquito clavado en el corazón de un escenario y un eco asomándose a un precipicio... Todo esos detalles, Aurora Vargas levantándose de la silla, El Torta interrumpiendo con genialidad una falseta, hacen, valga la redundancia, flamenco al flamenco. O esta es, al menos, una definición alternativa que propongo, uno de los objetivos principales de la octava edición de Flamenco On Fire, que se ha de nutrir con las vuestras.

La broma de llevar el arte jondo a Pamplona (26-29 de agosto), como dijo con sorna el periodista Teo Sánchez durante su presentación, se ha consolidado. Cumple ocho años y desde la dirección del festival que lleva por título un álbum de Sabicas se ha lanzado una interrogante para que el público trate de desvelarla: ¿Qué es el flamenco? El cartel, como todos, ha suscitado la polémica , pues cruza sin miramientos las fronteras de esta disciplina artística. La confusión que puede suscitar programar a Javier Ruibal y Buika con la misma etiqueta que Pansequito , la máxima figura de la cita, puede generar graves confusiones en el público curioso que está muy lejos de ser experto, incluso aficionado. Pero es también, en Pamplona, un gancho para hacer escuchar a muchos una seguirilla doliente o una bulería superdotada de ritmo. Seguro que Ruibal lo explica durante su concierto. ¿Es flamenco Falete? ¿Lo era Bambino, del que bebe? Sobre el primero, con subjetividad y en según qué momento, que cada cual decida. El segundo, evidentemente, lo era, incluso en el andar.

Los nombres de Niña Pastori , India Martínez, Juanito Makandé, Kiki Morente y Pepe Habichuela, su embajador, lucen en la fachada del cartel, como el de Israel Fernández y Antonio Reyes, quienes actuarán junto a Panseco en una noche que ha despertado el interés por el encuentro generacional que supone. Dos siglos sobre un escenario para intercambiar vivencias y estéticas. El del Puerto, que no se prodiga demasiado, ha superado los 75 años con las facultades intactas. El único que lo ha hecho, quizá, de aquel tiempo. El eco rancio que gustó a Tía Añica La Piriñaca, como expresó en la serie 'Rito y geografía del cante' en los 70, es el mismo que aterriza ahora en Navarra.

El pasado martes 13 de julio, se presentaron también algunos de los recitales gratuitos y actividades a pie de calle, una de las señas de identidad de este evento, que ha hecho de los balcones y otros espacios singulares resortes para captar la atención. Por ahí se sucederán cantaoras de eco lastimero, como Dolores Agujetas e Inés Bacán, quien porta el dolor gangoso de Lebrija. También el jerezano David Carpio, el guitarrista Yerai Cortés, Rycardo Moreno y Niño de Elche, el más 'mainstream', en el fondo, de todos ellos. La conclusión: los más populares tal vez motiven la venta de entradas, pero este festival no ofrece únicamente música que orbita alrededor del flamenco sin serlo, sino cante, como el de la Agujetas, que es puro tuétano. Algo de aquí y otro poco de allá que le hace abrir los telediarios, enloquecer puristas y despistar a los desatentos. ¿Funcionaría de la misma forma con otra línea de programación?

Niña Pastori en concierto Roldán Serrano

El flamenco es el detalle, y argumento algo más esta breve reflexión, porque reducirlo a lo estrictamente formal, como han sugerido numerosos artistas e investigadores, no es la mejor forma de entenderlo. El compás es una matemática, sí. Pero en Jerez se suma diferente al resto del mundo . Los esquemas definen los palos, pero hay algo que queda fuera de ellos que resulta radicalmente poderoso. El mundo no se ha enamorado de una letra encuadrada en un compás de amalgama de doce tiempos donde el primer verso no coincide con el primer tercio, como ocurre en la soleá 'Zarza y yo me enredo'. El mundo se ha enamorado de algo mucho más sencillo e imposible de explicar. Como lo entendamos, se acaba. Y dígame, después de todo, qué es para usted el flamenco.

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