La Cueva dek Pájaro Azul

Los 20 metros que llevan al puerto de Gadir

Las excavaciones para rehabilitar la Cueva del Pájaro Azul desvelan uno de los hallazgos arqueológicos más importantes para la historia de Cádiz

Nuria Agrafojo

Vértigo. Las escaleras que conducen a las profundidades de la antigua taberna de la Cueva del Pájaro Azul, situada en el número 37 de la calle San Juan de Cádiz, se han convertido en estos días en una máquina del tiempo que produce vértigo. Cada uno de los peldaños que permiten recorrer estos 20 metros de profundidad a los que se accede por la finca contigua simbolizan el paso de hasta 2.300 años de la historia de Cádiz . Allí, al pisar tierra firme, un Cádiz casi sin aire recupera su esplendor para trasladarnos a épocas de bonanza económica y contemplar entre restos que son tesoros una transformación que hasta ahora no recogían los libros de historia.

Las excavaciones llevadas a cabo por los arqueólogos Juan Miguel Pajuelo y Francisco Javier Ramírez para rehabiliitar y poner en uso esta antigua taberna flamenca ha deparado una sorpresa mayúscula para escribir una parte importante del pasado de esta ciudad trimilenaria. Lo que parecía una sencilla rehabilitación para dotar a este espacio de un acceso practicable para los visitantes y personas de movilidad reducida se ha convertido en una reconstrucción de las diferentes fases de ocupación de la ciudad de Cádiz y en particular del Barrio de San Juan.

El hallazgo más destacado son los restos de las estructuras portuarias fenicias del Canal Bahía-Caleta y de la Tercera entrada al Canal o Canal de Puerto Chico, teorizado por Juan Antonio Fierro Cubiella en los años 80 del siglo pasado y que configuraría un archipiélago con tres islas principales en la antigüedad. El conjunto que puede con templarse en los bajos de esta finca se encuentra bastante bien conservado a pesar de que en el siglo XIX se desmontó parcialmente por la construcción del pozo de marea de las cocinas contemporáneas, sobreviviendo también al saqueo romano al servir de cimentación y no ser tampoco localizado por las zanjas de expolio, al menos este tramo, bajo-medievales que buscaban los restos de sillares romanos.

La estructura portuaria tiene más de 1,80 metros de alzado y una longitud de unos 5,60 metos de largo , conservando cuatro hileras de sillares. Tras datar y analizar de forma pormenorizada los restos, el estudio concluye que se trata de uno de los cantiles de los muelles del puerto de Gadir-Gades en el siglo III a.C. El cantil se encontraba a la orilla del Canal y consta de una escalera para bajar al agua y de una rampa para varar los barcos, situado en uno de sus extremos.

El alcance del descubrimiento no solo se limita a la edificación portuaria sino a los rellenos de colmatación de la misma, que amortizan la estructura al mismo tiempo que ciegan la Tercera Entrada y el Canal Bahía-Caleta de manera parcial. La amortización de la estructura se constata, de forma provisional, del siglo II tras el final de la Segunda Guerra Púnica que enfrentó a Cartago con Roma y, en el caso de Gadir, se saldó con el paso de la ciudad de la esfera cartaginesa a la romana en el 206 a.C, transformándose de Gadir a Gades.

El relleno parcial del Canal que se ha identificado es comparable a los rellenos realizados en los años 60 del siglo XX para poder construir la Barriada de la Paz, ganándole espacio a la bahía. Una colmatación que permite ampliar la superficie de la ciudad a costa de la reducción del tamaño del canal, que para el siglo I d.C. ya sería similar a la descripción de Estrabón en su Geografía.

Además de estas contundentes estructuras de época fenicio-púnicas , también destacan las de época romana imperial. A esta época pertenecen precisamente los restos de una gran edificación que se encuentra cimentada directamente sobre las estructuras portuarias fenicias. Lo limitado del espacio hace que no se pueda adscribir una funcionalidad al edificio romano imperial pero sí que tuvo que tener cierta monumentalidad por los materiales a los que parece asociado.

Sin duda, un auténtico descubrimiento que será difícil de igualar ante las escasas posibilidades que existen en la ciudad de alcanzar cotas de esta profundidad. Por ello, la empresa ha propuesta la conservación de la estructura portuaria fenicio-púnica, así como su puesta en valor para revalorizar aún más esta taberna flamenca que fue un área de almacenaje construido en torno al siglo XVI y utilizado hasta la segunda mitad del siglo XVIII.

Ante la magnitud del descubrimiento llevado a cabo por , la empresa ha iniciado los trámites para declaración de Bien de Interés Cultural por su interés y singularidad y poder corregir de esta forma el PGOU de Cádiz que solo protegía su carácter etnográfico relacionado con el flamenco y no la edificación en sí.

El equipo que ha hecho posible este hallazgo ha estado formado por Germán Garbarino y Pedro Fernández Quirós , como directores del proyecto; José Manuel Garbarino, como ingeniero industrial asesor; los arqueólogos Juan Miguel Pajuelo y Francisco Javier Ramírez, así como Edmundo Delfín, Fernando García y Pedro Mejías.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación