El juego está ambientado en New Bordeaux, un trasunto de Nueva Orleans
El juego está ambientado en New Bordeaux, un trasunto de Nueva Orleans
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Racismo, familia, venganza y perdición

«Mafia III» aborda el racismo en la sociedad estadounidense de frente, sin cortapisas, con unos personajes repletos de matices y un diálogo valiente. Sin embargo, su apartado técnico y su diseño jugable no consiguen estar a la altura

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A finales de septiembre tuve la oportunidad de sentarme con Matthias Worch, director de diseño de « Mafia III», y nos enfrascamos en una conversación sobre los orígenes creativos del juego, y la actualidad de los temas que trata, sobre todo en unos Estados Unidos donde la división racial ha vuelto a quedar en evidencia después de años de progresos aparentes. Worch reveló que todo el equipo de Hangar 13 era muy consciente de la situación delicada que atraviesa el país en ese sentido, pero que defendían la competencia de los videojuegos a la hora de abordar el tema con garantías.

La mayor preocupación del estudio residía en ser fieles: a la sociedad de entonces, al lugar, al período, a la cultura... Sin arredrarse ante la polémica, sin blanquear nada para no herir sensibilidades.

Como ellos mismos avisan al principio, el lenguaje, las creencias y los comportamientos de muchos personajes del juego resultan aberrantes, pero vitales para narrar la historia de Lincoln Clay, y no incluirlas sería injusto con los millones de personas que padecen las odiosas consecuencias de la discriminación.

Tiempos convulsos

El juego está ambientado en New Bordeaux, una versión de Nueva Orleans que, a pesar de sus licencias geográficas, consigue capturar el ambiente de finales de los años 60, con un país asediado por la guerra de Vietnam, el trauma de los asesinatos de JFK y Martin Luther King, el persistente racismo de los estados del Sur y el ascenso de unas nuevas generaciones inconformistas, decididas a romper con la herencia moral de sus padres.

Lincoln Clay vuelve a casa, después de años en la jungla vietnamita como soldado de las fuerzas especiales, junto a su familia adoptiva, líderes de la mafia negra de la ciudad. Una disputa territorial con los haitianos les pone en deuda con Sal Marcano, jefe absoluto del hampa de la ciudad. Para saldarla, Clay acepta colaborar con los italianos en la ejecución de un complejo atraco a la Reserva Federal. Sin embargo, a pesar de que la operación resulta un éxito, los Marcano le traicionan, asesinando a todos sus amigos y dejándole por muerto después de pegarle un tiro en la cabeza. Con la ayuda del sacerdote James Ballard y su fiel contacto en la CIA, John Donovan, inicia su venganza, resuelto a conquistar todos los distritos de la ciudad y arrebatar a Sal Marcano todo su imperio antes de acabar con él.

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