El año nuevo se viene

El año nuevo se viene y el año viejo se va… y nosotros nos iremos y no volveremos más. He aquí este villancico clásico adaptado para darle la puntilla a 2019 entre luces y sombras. Ningún año es bueno o malo en términos absolutos . Ya conocen aquello del vaso medio lleno o medio vacío, según se mire. Mientras ustedes lo observan, me lo voy a beber de un trago brindando por los aniversarios ya pasados, también por los que llegarán. Hemos celebrado el de un Museo del Prado bicentenario que ya acomete las 201 añadas con más visitantes que nunca a las puertas de sus exposiciones. A la vuelta de la esquina, está Galdós con el garrote para recordarnos que, cien años después de muerto -y bien enterrado-, seguimos con nuestros episodios nacionales como si no se hubieran movido las agujas de su reloj de bolsillo.

Tanto parlotear sobre Galdós y les aseguro que a quien realmente me hubiera gustado entrevistar es a doña Emilia Pardo Bazán , que no portaba gabán sino unas enaguas bien almidonás. Sigamos con los cumpleaños entre letras de molde: festejamos los 50 de dos editoriales que nos enseñaron a leer, Anagrama y Tusquets , y llegarán los 60 de Lumen . Como su fundadora, Esther Tusquets , ya no está entre nosotros para contarlo léanse sus «Confesiones de una editora poco mentirosa». La puntilla apostilla bien el aire de estos tiempos que boquean entre tanta juventud desmemoriada: «Mi carrera de editora terminó de modo brusco e inesperado. Tenía que jubilarme, según contrato a los sesenta y cinco años, y estaba a punto de cumplir sesenta y cuatro…».

La edad ya solo luce como un divino tesoro cuando se trata de dar premios que pasan la mano por el hombro. Entre las 24 personalidades reconocidas con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en la recta final de 2019, la venerable madurez creativa apunta modos y modas flamencas. De entre todos los galardonados, me quedo con tres mujeres de fuera que bien está que se las quiera tanto dentro: Patti Smith, Omara Portuondo y Maria Bethânia .