LA VIDA EN NEGRO

Marlowe aparece en escena

«El sueño eterno», la primera novela de Raymond Chandler, es una obra maestra del género negro a pesar de la enrevesada trama

Raymond Chandler
Pedro García Cuartango

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Raymond Chandler había cumplido los 51 años cuando publicó su primera novela: El sueño eterno . Corría 1939 y el mundo estaba al borde de la guerra. Se había divorciado de su primera mujer y había perdido su trabajo como ejecutivo de la Dabney Oil a causa de su alcoholismo y su absentismo. Tras su despido, decidió ganarse la vida como periodista y escritor de relatos para la revista Black Mask .

Chandler tardó varios años en escribir El sueño eterno porque revisaba los párrafos y cambiaba la enrevesada historia continuamente. Era un perfeccionista que buscaba siempre la palabra justa y la metáfora perfecta . Y no hay duda de que lo consiguió en esta novela, que es la mejor de su producción junto a El largo adiós .

Ritmo trepidante

El único defecto que se le puede poner a El sueño eterno es la complicación de la trama, que, unido a su ritmo trepidante, obliga al lector a hacer un esfuerzo para no perderse en el laberinto de personajes y situaciones a las que tiene que enfrentarse Philip Marlowe , que es contratado por un anciano y millonario general al que están haciendo chantaje.

Marlowe ya había aparecido en un cuento publicado por Chandler en 1934, pero se convierte en el personaje central de su narrativa en esta novela en la que es mostrado como un detective solitario, honrado y romántico , que no vacila en saltarse la ley para hacer justicia y atrapar a los delincuentes.

En El sueño eterno el general Sternwood recurre a Marlowe porque un aventurero le está exigiendo 5.000 dólares para evitar la publicación de unas fotos en las que su hija aparece desnuda. La búsqueda de esas fotos conduce al detective a indagar en una trama de pornografía y drogas que va dejando un rastro de cadáveres . La Policía de Los Angeles no tiene especial interés en esclarecer los crímenes porque hay personas muy poderosas que podrían perder su reputación. Y mientras, Marlowe lucha por desvelar la verdad contra todos los obstáculos.

La obra fue llevada al cine por Howard Hawks en 1946 con Humphrey Bogart en el papel de Marlowe y Lauren Bacall como Vivian Sternwood, la hija mayor del general, una mujer que está casada con un vividor que la abandona y se fuga con la esposa de un gánster. Pero las cosas no son como parecen. Marlowe llega hasta el final de la trama, pero los culpables quedan impunes.

Cumpliendo con su obligación, el detective protege a Carmen y Vivian, las dos hermanas que se aprovechan de la riqueza de su padre y viven frívolamente sin ningún tipo de escrúpulo moral . Marlowe tiene que hacer un ejercicio de autocontrol para no caer en sus brazos y en las tentaciones que le surgen durante la investigación.

Denuncia social e ironía

Queda tras concluir el libro una sensación de desencanto y amargura porque los esfuerzos del detective chocan contra los intereses de una clase dirigente blindada por los medios de comunicación, la Policía y el poder judicial, que prefieren tapar la verdad antes que escandalizar a la opinión pública.

Ch andler admiraba mucho a Dashiell Hammett y quería escribir novelas con un contenido de denuncia social. Y así lo hizo con su brutal ironía, su dominio del lenguaje y su ingenio para retratar a sus personajes. No es exagerado decir que el escritor afincado en California llevó a la novela negra a la condición de gran literatura , creando las modernas bases del género. No hay ningún escritor posterior a Raymond Chandler que no reconozca su deuda con él.

Chandler se había alistado como voluntario para combatir en la I Guerra Mundial en el frente europeo, quería haber ingresado como piloto de la RAF e incluso se nacionalizó inglés. Pero volvió a California por razones familiares y fue tras la muerte de su madre en 1924 cuando empezó a pensar que podría ganarse la vida como escritor.

Tras su fallecimiento en 1951, su reconocimiento no hizo más que acrecentarse y proliferaron las versiones cinematográficas sobre sus novelas, llevadas al cine por directores tan notables como Huston, Hawks y Altman , que contribuyeron a popularizar su figura. Hoy Chandler es un grande, quizás el más grande de la novela negra.

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