LIBROS

Isabel Bono, una autora nada convencional

Desde el título mismo, «Diario del asco», la escritora malagueña ya muestra el complejo potencial de una historia de vida y muerte

Isabel Bono tiene en su haber numerosos poemarios

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Aunque en las traducciones al español figura El extranjero hubo quien acertadamente tituló la obra maestra de Albert Camus como El extrañ o. A lo largo de la intensa lectura de esta novela de Isabel Bono (Málaga, 1964) me ido acordando repetidamente de Mersault, el personaje principal de una de las cumbres del existencialismo literario. Más allá del argumento, más allá de la anécdota, pues difiere mucho, ya que aquí no hay asesinato de árabe ni juicio alguno, con la historia de Mateo, el protagonista de Diario del asco , descendemos al infierno de una angustia inextricable , que está hecha de una falta total de culpa, pero que recorre todos y cada uno de los elementos de una vida sin sentido. Otra obra de la que me he acordado leyendo la de Bono es la última novela de Clara Usón , titulada El asesino tímido (2018) por la presencia del gran tema del suicidio. En la novela de Bono hay suicidios, algunos con causa explicable o explicada, como es el cáncer de próstata de la madre, pero otros, como el del hermano de Mateo o de su mujer, que no aciertan a explicarse, o mejor que no necesitan ser explicados, porque vienen al lector sin transición contextual narrativa.

Quiero decir que desde el comienzo esta novela podría leerse casi como un poema en prosa que cuenta una historia que se resiste a ser historia con otra trama que la resonancia que deja en el narrador aquello que va viviendo. De ese modo la novela, en un alarde atrevido y muy arriesgado pues se dirige a un público minoritario, deja al lector sin otro contexto que una voz, la del narrador protagonista, que es un personaje sin atributos, es decir se dedica a contar como si no alcanzase a saber el porqué de las cosas que cuenta . Mejor que contarlas, lo que le habría llevado a la construcción de las explicaciones causales de los acontecimientos, emite continuadamente su no sentido por el procedimiento de un monólogo que es más expresivo que narrativo.

Irracionalidad

A este crítico no le cabe la menor duda de que Isabel Bono es una escritora nada convencional, casi se diría que insólita , pues ha planteado su novela como un tour de force con el propio lector, en las zonas comunes de aceptación de que la irracionalidad de los comportamientos no precisa de explicaciones ulteriores. Exige de ese lector la comprensión de que no puede decirse de otro modo el asco, el tedio, el vacío que vive el protagonista .

No ha nacido esta novela para soluciones, sino para la aguda y radical expresión de la extrañeza, del extrañamiento, de eso que llamamos enajenación que es la que vive este personaje que en las cuidadas entrevistas con la psiquiatra hemos sabido que no está loco, simplemente está alienado de todo sentido vital. Isabel Bono ha optado con decirlo, sin explicarlo y en esa expresividad radical tiene esta novela su lugar original.

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