ARTE

García Galería: el arte de exportar lo local

Este espacio artístico, dirigido por Joaquín García y ubicado en Doctor Fourquet 8, reivindica el lenguaje contemporáneo en un contexto incierto

Joaquín García, director de García Galería, en su espacio artístico en Madrid Jesús Úbera

Beatriz Lozano L. de Echazarreta

Hace casi una década, Joaquín García abría García Galería en Doctor Fourquet, la calle del arte en Madrid. Tras haber pasado por salas como Helga de Alvear , el galerista madrileño quiso desarrollar un espacio propio vinculado al territorio local. « Lo que yo quería era construir una galería que trabajara con el entorno madrileño» , comenta.

El balance después de este período de tiempo es muy positivo. García Galería ha recibido importantes premios en ferias de Milán o Turín y conserva su voluntad de «mostrar el trabajo de artistas españoles contemporáneos, tanto nacional como internacionalmente». En la actualidad, los de la galería se encuentran preparando ambiciosos proyectos para exponer en salas de medio mundo: desde el Museo de Bellas Artes de París al Witte de With de Rótterdam . «Lo estamos haciendo bien como equipo» , reconoce. Además, este espacio llevará a ARCOmadrid una selección de obra definitoria de cinco de sus artistas: Elvira Amor , Rasmus Nilausen , David Bestué , André Romão y Francesc Ruiz .

La excepción española

Hasta el final de la dictadura franquista, España era la «gran excepción dentro del contexto europeo». El galerista cree que el retraso de nuestro país provocó que muchas de las obras que surgieron en los años de marginación artística fueran juzgadas como «deficitarias». Sin embargo, aduce que en el momento actual «se han acabado las excusas» y que la mayoría de los autores de su galería han recibido una formación «igual a la de sus pares europeos». Perteneciente a una generación anterior, el director de García Galería apunta que, antes de abrir su espacio en Lavapiés, «tenía mucha curiosidad» de ver qué pasaba al trabajar con artistas que «ya no han vivido la excepción española».

Detalle de una obra de Carlos Fernández-Pello en García Galería Roberto Ruiz

García asegura que «colabora con autores a los que admira». La galería, ubicada en el número 8 de Doctor Fourquet, mantiene un vínculo de trabajo muy estrecho con sus artistas, pero también puede presumir de tener una relación «muy buena» con otras galerías vecinas. El madrileño entiende el conjunto de galerías como un total e insiste en la idea de que «entre todos, construimos un circuito» . Opina además que, de un tiempo a esta parte, el fenómeno de gentrificación que se vinculó a la calle Doctor Fourquet se ha ido difuminando: «Tienes todas las posibilidades concentradas en una sola calle, pero te vas al Barrio de Salamanca y pasa lo mismo». De igual forma ocurre con el perfil de coleccionista al que se dirige, pues, según afirma su director, su público es «verdaderamente heterogéneo».

«En un momento de nacionalismos y patria, estaría bien cuidar nuestro patrimonio»

La situación artística del sector siempre ha sido complicada. A esto se añade –apunta el madrileño– un momento de cambio a escala global en el que han nacido «nuevas formas de distribución de los productos». El espectador no consume como lo hacía hace unos años debido a una «nueva concepción del tiempo». Esto emplaza a las galerías a un contexto de incertidumbre. Por otra parte, el galerista observa una transformación notable en el tipo de público que acude a los museos en nuestros días. García considera que hay un determinado consumidor cultural que acudía a ellos y que «ha dejado de ir». En este sentido, opina que la experiencia de visitar un centro de arte se ha convertido en algo «familiar» y «espectacular», pues antes el público estaba «más especializado» y ahora busca una «experiencia más amable» .

Abandonados a su suerte

Asimismo, el director de García Galería lamenta la falta de apoyo institucional y sostiene que la industria cultural de nuestro país está muy «abandonada a su suerte». Reivindica que E spaña cuenta con un tejido artístico y galerístico «comparable o superior a cualquier otro tejido nacional» y que «esto no se dice lo suficiente». Las galerías, explica, se encuentran «en el filo», con un nivel de precariedad alarmante, pero esto no se traduce en una respuesta política.

«Existe una concepción, que se ha generalizado a nivel global, de que el arte contemporáneo es “caro” o “ridículo”, pero la gran mayoría de la clase política española no tiene ni idea de qué es una galería o de qué vive», sentencia. Al madrileño le sorprende que el bien cultural se siga «maltratando» con un IVA al 21% y considera que «en un momento de nacionalismos y patria, estaría bien cuidar nuestro patrimonio» .

Algunas de las obras que se pueden encontrar en García Galería Roberto Ruiz

García también reivindica el debate artístico en la prensa, aunque reconoce que es un sector que vive una crisis propia y que el espacio que tiene para hablar sobre cuestiones relacionadas con la cultura es «más reducido que antaño».

La personalidad de García Galería se ha impuesto en un contexto incierto donde las condiciones son «precarias». El éxito de este espacio en la calle Doctor Fourquet no se entiende sin su «compromiso con el lenguaje contemporáneo y con el territorio» . García Galería explora, a través de sus artistas, «cuáles son las posibilidades del arte en nuestro tiempo» pues, en palabras de su director, «nuestro arte dice cómo somos» .

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