LIBROS

Una dura muestra de literatura carcelaria

«La sala Marte», de Rachel Kushner, retrata la sordidez de la vida de unos personajes sin mañana

Rachel Kushner (Oregon, Estados Unidos, 1968)

Marina Sanmartín

«Amábamos la vida más que el futuro», escribe Rachel Kushner (Oregon, 1968) en las primeras páginas de La sala Marte . La afirmación, pronunciada por Romy, protagonista absoluta de esta excepcional historia y voz de la misma, nos remite de inmediato a una de las premisas fundamentales de la novela negra, principalmente de los relatos estadounidenses de Hammett , Chandler y todos los que se han dedicado a seguir su rastro: para la mayoría de sus personajes, anclados en la precariedad, no existe el mañana y la vida discurre sin esperanzas ni planes que no sean de riesgo, abocados al cataclismo.

En el caso de Romy, cuya infancia y adolescencia transcurrieron en las calles menos turísticas de San Francisco , y se perfilaron, al contemplarlas con cierta perspectiva, como un preámbulo inevitable de su paso por la Sala Marte, uno de los locales de striptease más sórdidos de la ciudad, su existencia parece sentenciada de antemano a las dos cadenas perpetuas a las que, ya de adulta, debe hacer frente.

Encadenada a otra reclusa y amparándose en la resignación, Romy aprovecha un incómodo trayecto en autobús no sólo para cincelar los retratos de sus compañeras de viaje, sino también para reconstruir los acontecimientos responsables de su propia desgracia. Así es como en un tono nada compasivo y más bien neutro -la clase de cadencia fría que se utiliza para grabar las observaciones de una autopsia-, desgrana ante nosotros las cuentas de una realidad nada amable, germen de la cuestión sobre la que la novelista reflexiona y levanta su trama: ¿Puede el contexto condicionar sin remedio el lugar que debemos ocupar en el mundo? Y, dando un paso más, gracias a la presencia de unos secundarios brillantes: ¿Podemos llegar a considerar «inocentes» de un acto criminal a quienes previamente han sido víctimas de la extorsión, el acoso y la miseria?

Autora, entre otras, de la aclamada Télex desde Cuba , las ficciones de Kushner resultan a primera vista muy distintas entre sí, pero tienen un factor común, una dureza de estilo que en La sala Marte empasta a la perfección con la absoluta ausencia de piedad de los hechos narrados y contribuye a reforzar la calidad de esta buena muestra de literatura carcelaria, a la altura de títulos como Falconer , de John Cheever , Dura la lluvia que cae , de Don Carpenter , o En el patio , de Malcolm Braly .

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