LIBROS

«Cuídate de mí», tiempo de las mujeres

Pese a que el título, «Cuídate de mí», se inspira en un poema de Pizarnik, aquí «florece» un crimen

La escritora de literatura juvenil, María Frisa, se ha pasado a la novela negra

MARINA SANMARTÍN

«Cuídate de mí amor mío / cuídate de la silenciosa en el desierto / de la viajera con el vaso vacío / y de la sombra de su sombra». Así es como nos introduce María Frisa , consolidada autora de literatura juvenil, en su primera novela negra , cuyo título se inspira en los citados versos de Alejandra Pizarnik , que no solo actúan ante el lector como una inusual ofrenda de bienvenida, teniendo en cuenta el género más bien duro en el que se inscribe esta historia, sino también como declaración de intenciones: porque todo en «Cuídate de mí» es atípico para bien y revisita un territorio, el del «thriller» policiaco, en el que se agradecen las nuevas perspectivas.

El viernes 10 de junio de 2013, durante las jornadas medievales de la localidad aragonesa de Alfajarín, se comete un aparatoso crimen que la inspectora Lara Samper y la subinspectora Berta Guallar, del Servicio de Atención a la Mujer de la Policía de Zaragoza, tendrán que investigar. Ya desde el planteamiento de partida, las elecciones de Frisa son arriesgadas : escoge Aragón, con una tasa de criminalidad diez puntos por debajo de la media nacional -un dato que uno de sus personajes revela a la hora de manifestar sus dudas sobre el crimen- como escenario de la trama; opta por una víctima con un pasado nada loable , alejado de la postura maniquea tan habitual en este tipo de ficciones; y, por último, descarga el peso de la acción, reforzada por un amplio elenco de perfiles principalmente femeninos, sobre Lara y Berta, en las que sin duda se concentra lo mejor de la propuesta de Frisa.

Violencia machista

Escrita a lo largo de ocho años, «Cuídate de mí» aborda el tema de la violencia machista y llega a las librerías en el momento oportuno, porque su mayor baza se encuentra, por encima de una intriga más que solvente, en cómo muestra la realidad de las mujeres, con una naturalidad que a veces consigue hacernos creer que no estamos leyendo, sino espiando la verdad a través de un agujero en la pared .

Quizás la novela, en la que la narración salta de una conciencia a otra, sería más redonda si la autora hubiese optado por un único punto de vista, pero en cualquier caso brilla, porque María Frisa tiene facilidad para lograr algo bastante infrecuente en la literatura: distinguir lo excepcional en las circunstancias más corrientes y en las más íntimas, lo que la mayoría no sabe ver y, al ser detectado, siempre se agradece.

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