LIBROS

Chbosky, magistral alumno de Stephen King

Guionista, director de cine, productor y discípulo natural del «rey» King, como demuestra en esta historia de terror, «Amigo imaginario»

Chbosky, dirigiendo a Emma Watson en «Wallflower», cinta basada en uno de sus libros

Rodrigo Fresán

En una hipotética Escuela de Altos Estudios Stephen King no deja de hablarse de otra cosa. De otro Stephen con ganas de ser principesco Prince. De la llegada del nuevo compañerito de Joe Hill y de Stranger Things y de Mariana Enríquez: Stephen Chbosky (Pittsburgh, 1970) a quien nadie esperaba pero que de pronto no deja de levantar la mano , pasar al frente todo el tiempo y dar la lección con una mezcla de memoria astuta y apasionado amor por la materia. Porque Chbosky -en teoría- estudiaba otras cosas. Y había descollado en ello. Chbosky había debutado en el año 2000 con lo que ya es un clásico indiscutible de lo young adult para la hiper-sensibilidad milenarista: Las ventajas de ser un marginado .

Y ahora, de pronto, Chbosky cambia de género pasándose al horror iniciático y afirmando frente a todo micrófono que Stephen King fue desde siempre su autor favorito y que It viene a ser algo así como una cruza entre Biblia y Piedra Rosetta para todo lo suyo.

Más allá de la oportunidad o del oportunismo, hay que reconocer que Amigo imaginario -subastada por tres millones de dólares- no sólo está bien hecha sino que, además, está bien escrita (digámoslo también: hay tramos del libro que provocaron el más exquisito de los escalofríos a este lector curtido en estos territorios). Y queda más que en evidencia: Chbosky ha estudiado mucho y con cuidado para rendir este examen y salir ganando . Lo suyo no sólo es buena memoria. Está claro que siente verdadero aprecio y respeto por el material escogido para su tesis.

Y, sí, de acuerdo, aquí parece hacerse un check en todos los casilleros correspondientes: niño «especial» y su banda de amigos con personalidades bien marcadas para abarcar todas las posibilidades del catálogo de la infancia ; abnegada madre con turbulenta historia sentimental; sheriff afable y entregado y enamoradizo; anciano veterano listo para una última batalla; vecinos con diferentes grados de intolerancia y fanatismo ; pueblo chico (con versión alternativa y oscura) y bosque siniestro que esconden secretos de algo sucedido hace décadas y acerca de lo que nadie quiere hablar; horrores surtidos; las constantes alusiones a hits de la cultura pop ; presencia totémica y sobrenatural que se expresa con tipografía cambiada; batalla final entre las fuerzas del Bien y del Mal y -detalle imprescindible- más de ochocientas páginas que, de acuerdo, podrían ser trescientas menos, pero que se disfrutan a toda velocidad.

Sonrisa feroz

Pequeños, inevitables reproches y defectos que -también hay que admitirlo- son los mismos que suelen caracterizar al rey Stephen: una incontenible necesidad de explicarlo/describirlo todo y un clímax que se entiende mucho, demasiado. Pero por encima de todo tic, lo que prima aquí -como en King- es la potencia de las relaciones humanas , el amor entre una madre y su hijo y la camaradería entre amigos. Y -volviendo a lo del buen alumno, a lo de alzar la zarpa y mostrar los dientes de un sonrisa feroz- lo de llegar a una última página rebosante de posibilidades y hacerle a Chbosky la pregunta más fácil para la respuesta más compleja: «¿Ya estás pensando en la segunda parte de Amigo imaginario

A ver qué responde, a leer si contesta correctamente.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación