«Ali enfermo luchando por la vida», una obra de Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat
«Ali enfermo luchando por la vida», una obra de Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat - COLECCIÓN BISCHOFBERGER. ESTATE BASQUIAT

«El arte sólo pertenece a una dama, y esa dama es la posteridad»

Filósofos, escritores, galeristas, arquitectos y la propia SGAE responden a la pregunta «¿A quién pertenece el Arte?»

MADRID Actualizado: Guardar
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Javier Gomá: «El arte pertenece a una dama, y esa dama es la posteridad»

Hay dos maneras de contestar: desde lo jurídico, la respuesta está en la Ley de Propiedad intelectual. Por ejemplo, en un cuadro se distingue entre el propietario, que solo tiene el soporte material; el que lo ha pintado, que es su autor; y luego hay una tercera propiedad, que es la explotación del cuadro. Esas tres personas no tienen por qué coincidir.

Uno puede tener la propiedad intelectual, que es el derecho moral de ser autor, que siempre se diga que es el autor de ese cuadro. Otra cosa distinta es quien ha comprado ese cuadro, que tiene derecho a ponerlo encima de la chimenea, pero otro puede tener el derecho de reproducir el cuadro.

Desde el punto vista cultural, mi respuesta es que solamente pertenece a una dama, y esa dama es la posteridad.

El auténtico arte solamente tiene un arte, la posteridad, una dama normalmente muy despreciada. Hoy en tiempos nihilistas y vitalistas, los artistas tienden a despreciar la supervivencia del arte. Lo único que cuenta es la posteridad. La legitimidad de las obras de arte es el consenso que se va generando en torno a ellas. La ciencia tiene como criterio de validez el laboratorio o el experimento. El arte tiene el consenso, y esto necesita tiempo.

[Javier Gomá es filósofo y escritor. Es también director de la Fundación Juan March. Respondió a esta y otras preguntas para este reportaje mediante entrevista telefónica.]

Belén Gopegui: «¿Son arte los versos con que se fustigan los adolescentes en la red y que no tienen autoría concreta? ¿Los juegos hambre, son arte?»

Sugiere Barnes a través de su personaje que la música sólo pertenece a la música. Pero esta idea, al mismo tiempo gozosa y un tanto absurda -pues sería difícil precisar lo que en verdad quiere decir- pierde toda validez cuando se refiere al arte. Y es que si hay cierto acuerdo general en que sea la música -no la buena o mala música-, no lo hay en cuanto al arte. De ahí que el arte pertenezca fundamentalmente al grupo social que determina en cada momento qué es y qué no es arte. ¿Son arte los versos con que se fustigan los adolescentes en la red y que no tienen autoría concreta? ¿Los juegos hambre, son arte? ¿Las cincuenta versiones escritas en el móvil con faltas de ortografías por adolescentes que asumen el punto de vista de Katniis o de Peeta lo son? ¿Basta con que haya una sola persona al otro lado que aprecie algo nuevo, algo que le haga estremecerse ante esa versión para que lo sea, hacen falta dos, quinientas? ¿Es más arte el que provoca el cosquilleo en la columna vertebral solicitado por Nabokov que el que arranca una lágrima sencilla? ¿Más los libros de aquel poeta que dedicó su vida a hacer carrera y subir en los escalafones, o más aquel único poema de quien un día fue el medio de expresión de una verdad intacta, y siguió luego con sus trabajos y sus noches, y apenas nadie lo ha leído? ¿Es arte la narración que deslumbra a quienes hemos tenido la fortuna de vivir una vida con tiempo para leer cientos de obras parecidas y que por tanto necesitamos recursos nuevos, tópicos no usados, audacias y ambigüedades nunca transitadas para que nuestro corazón y nuestro intelecto resabiados puedan admirar? El arte más hermosamente inútil siempre fue útil siquiera a quienes mediante la capacidad de ungir o no, de permitir o no la entrada, reafirmaron su poder.

[Belén Gopegui es escritora. Ha respondido mediante correo electrónico.]

María Dolores Jiménez-Blanco: «El arte pertenece al artista y al público que esté dispuesto a disfrutarlo»

El arte pertenece al artista por una parte, y por otra al público que esté dispuesto a disfrutarlo. El arte tiene que ser esencialmente libre, lo que ocurre es que siempre ha estado de alguna forma limitada por la tradición, por la academia, por las enseñanzas previas, por el oficio, por el comercio, por las normas del buen gusto y en muchos casos por la falta de libertad política, social o económica del medio en el que se mueve el artista. Pero idealmente si tomamos el arte como sinónimo de creación, el arte debe ser libre.

[María Dolores Jiménez Blanco es historiadora del arte. Es también la comisaria de la exposición Campo Cerrado. Respondió a esta y otras preguntas para este reportaje mediante entrevista telefónica.]

Javier Losada: «Pertenece a la humanidad, pero la obra es de su autor»

Pensar que pagar por el arte convierte a uno en su dueño es un absurdo. Creer que comprar un libro o un disco, nos da todos los derechos del autor, es mezquino. El arte es intangible, inmaterial. Por este motivo, los artistas han de ser convenientemente remunerados por el disfrute de su obra. El resultado de la obra creada pertenece a su autor, su disfrute es un acto voluntario de las personas. La humanidad se beneficia de los aportes de las personas creativas (artistas, científicos, creadores de ideas, inventores) para mejorar la vida, el entorno o calmar el alma. La música, la belleza, las artes, nos hacen mejores personas. Pertenece a la humanidad, pero la obra es de su autor, su disfrute sin embargo, es un acto voluntario, aunque universal. En cualquier país solo el arte remunerado convenientemente puede crear un entorno artístico de nivel profesional, dedicado y competitivo. No podemos exportar arte solamente con autores o artistas aficionados, amateur. Si no conseguimos un entorno profesional, si no estamos a la altura que el arte demanda hoy a nivel mundial, habremos perdido la oportunidad de demostrar el gran valor de nuestros creadores.

[Javier Losada es vicepresidente de la SGAE. Respondió a este cuestionario vía correo electrónico.]

Emilio López-Galiacho: «El arte es invención del arte. El arte pertenece al arte»

Para contestar habría que responder antes a la eterna cuestión ¿qué es arte? El filósofo Nelson Goodman decía que esa era una pregunta inadecuada y por eso la sustituyó por su famoso ¿cuándo es arte? Puso el ejemplo de una piedra. Cuando la piedra está en el camino, es una piedra; cuando está sobre un pedestal en una galería, puede ser arte.

Algo es arte cuando ha sido acreditado como arte por el mundo del arte. Siempre ha funcionado así. El arte es invención del arte. El arte pertenece al arte. Luego están los que producen las obras y los que las estudian y los que las disfrutan. Pero esa es otra historia.

[Emilio López-Galiacho es arquitecto. Respondió a este cuestionario vía correo electrónico.[

Elba Benítez: «El arte pertenece a la comunidad de la que ha nacido»

¿A quién pertenece el arte? ¡Menuda pregunta!

La respuesta de Lenin en consonancia con el espíritu y la ideología de la época. El arte pertenece al pueblo como también le pertenecen los medios de producción, la tierra… gestionados por el estado. Pero ya sabemos cómo terminó esta visión del mundo.

Hoy, si queremos dar una respuesta acorde con la realidad, sería "el arte pertenece a quien ha pagado por él" si nos dejamos guiar por la ideología del libre mercado y del mejor postor

Como contestaríamos hoy a esta pregunta, desde una galería, que es también una empresa que opera en el mercado del arte y una de cuyas funciones es vender la producción artística actual de los artistas que representa....

Personalmente entiendo que en primer lugar, el artista tiene la propiedad intelectual y moral de cada obra que produce, y que ese ejercicio lo ostenta aunque la propiedad material esté en otras manos. Su obra pasa del estudio, del espacio de la creación, al mercado, de él vive y gracias a él puede seguir produciendo.

Creo además que el arte pertenece a la comunidad de la que ha nacido, en el sentido de que es esa comunidad la que tiene que beneficiarse de su conocimiento y su disfrute.El producto del trabajo y el talento de los artistas, el de los científicos o los intelectuales, debe revertir en la sociedad, en su progreso, en su bienestar.

En esta cadena de producción, es necesaria la intervención de agentes privados que apoyen económicamente la producción. Los coleccionistas privados, cuando adquieren una obra de arte, sin una intención especulativa, aún teniendo la propiedad particular de esas obras, apoyan y hacen posible que un artista siga produciendo. Un propietario de una obra es también un guardián, conservador de la obra, que la cuida y la transmite a las futuras generaciones.

[Elba Benítez es propietaria de la galería Elba Benítez. Respondió a este cuestionario vía correo electrónico[.

Alberto de Juan: «El arte, evidentemente, no tiene dueño»

Confieso que no le he dedicado mucho tiempo a la pregunta porque no me parece importante saber a quién pertenece. El arte, evidentemente, no tiene dueño. Ni siquiera lo es el portador de un certificado de propiedad. El que haya pagado un cuadro, por poner un ejemplo fácil, tendrá derecho a llevárselo a su casa y colgarlo en su pared. Pero a partir de aquí, por muchos pronombres posesivos que uno utilice, la obra en cuestión continuará con su labor de seducción pasiva...vendrán los amigos y la harán suya. Bueno, unos sí y otros no.

La RAE dice que pertenecer es ser parte integrante de...Entonces un vecino pasará a ver la obra y la fotografiará para después meterla en las redes sociales y democratizarla... a partir de aquí la extensión del virus se podrá multiplicar exponencialmente y la obra acabará «perteneciendo» a mucha gente. Ya dará igual quién utilizó los pronombres personales.

Llevando el tema a la primera persona del singular, yo soy de la filosofía del «hazlo tuyo». Y no sólo con el arte sino en general con todo en la vida. Las cosas que hago mías son las que me pertenecen, las que me gustan, con las que me identifico, las que me definen como individuo… en fin, las que conforman mi cultura. Me pertenecen aunque no las haya comprado, aunque estén en la otra punta del planeta...qué más da, lo importante es que te gusten las cosas, no parar de buscar.

Una última reflexión... si ya sabemos que es el individuo el que señala una obra como artística entonces todo aquel que lo descubra, que se identifique, pasará a poseerla. Anda que, vaya pregunta...

[Alberto de Juan es director de la Galería Max Estrella y Presidente del Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo. Participó de este cuestionario vía correo electrónico.]

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