EN MUCHAS PALABRAS

Adolfo Serra: «La ilustración es el código visual más efectivo en nuestra época»

El ilustrador turolense busca construir historias mediante dibujos evocadores de una fantasía poética y de gran sensibilidad

Adolfo Serra durante su estancia en la Real Academia de España en Roma

Pablo Delgado

Adolfo Serra (Teruel, 1980) se considera un explorador de hojas en blanco. Un intrépido buscador creativo, que va dejando su huella a través de la pasión y el ingenio que impregnan su obra, mediante los pigmentos de las acuarelas que salen de sus pinceles y van cubriendo y dando formas y significados a esas hojas inexploradas.

Estudió Publicidad y Relaciones Públicas, pero pronto volvió a su pasión de la infancia: dibujar, retomando los lápices y las acuarelas en la Escuela de Arte 10 de Madrid . Desde entonces su mesa se ha llenado de colores, papeles y texturas. Le gusta experimentar, jugar y sobre todo contar.

Trabaja principalmente en el campo de la ilustración infantil y juvenil . Sus ilustraciones han sido seleccionadas en Bologna Children's Book Fair (Italia), Bienal de Ilustración de Bratislava (Eslovaquia), Sharjah Childrens Book Fair (Emiratos Árabes), Catálogo Iberoamericano de Ilustración (México), CJ Picture Book Awards (Corea), Mostra Internazionale d'Illustrazione per l'Infanzia Sàrmede (Italia).

Además parte de su actividad profesional la dedica a compartir su conocimiento y experiencia con el desarrollo de talleres y laboratorios vinculados con la ilustración y el dibujo , tanto para niños como adultos.

Su versión sin texto de Caperucita Roja ha sido publicada en España, Alemania, Francia y México, obteniendo diversos premios. Ha resultado ganador con El bosque dentro de mí del XIX Premio de álbum ilustrado 'A la orilla del viento' de Fondo de Cultura Económica. México. Y ha formado parte de la generación 2019/ 2020 de la Real Academia de España en Roma.

¿Cuándo y cómo surge su interés por la ilustración? ¿Qué significa para usted dibujar?

El dibujo me ha acompañado siempre, mi madre cuenta que de pequeño podía llenar páginas con garabatos y estar feliz y tranquilo. Es cierto que a medida que crecemos parece que el dibujo se asocia a dos extremos, o bien una habilidad infantil sin importancia o bien un conocimiento muy técnico para desarrollar una profesión vinculada al mundo de las artes. Para mí el dibujo es otra forma más de comunicarnos, una capacidad para plasmar nuestras ideas en el papel, incluso una manera de entendernos a nosotros mismos.

¿Qué requisitos considera necesarios para ser un buen ilustrador?

Es fundamental mirar lo que te rodea. En el acto de mirar siempre hay algo muy poderoso, eliges, aunque sea de forma inconsciente, lo que te llama la atención, te fijas en unos detalles, un gesto, una persona o una combinación de colores.

«Cuando dibujo tengo que escuchar a la vez tres voces, la del escritor, la del lector y la mía propia»

Y usted, ¿cómo se define? ¿Cuál diría que es su mayor habilidad y cómo la ha ido perfeccionando?

Creo que soy un explorador de hojas en blanco, hay algo bello en la idea de explorar lo desconocido, de no saber qué vas a encontrar o qué va a surgir a partir de una mancha o un trazo. He aprendido a dejarme llevar, a sorprenderme con los errores y entender que la incertidumbre también hay que valorarla.

¿Tiene ilustradores de referencia que puedan llegar a inspirarle? ¿Quiénes son?

Al estudiar uno siempre tiene muchos referentes, incluso un cierto «canibalismo ilustrado». Después, con el trabajo resulta más interesante tener otras fuentes y referentes más vinculadas al mundo del arte, de la fotografía, el cine o la música incluso.

«Memoria de la Nieve». Julio Llamazares. Nórdica Libros

¿La capacidad de dibujar se tiene o se adquiere?

Todos tenemos algún talento o habilidad, algo en lo que fluimos o nos sentimos cómodos. Por encima de eso creo en el trabajo, en el día a día. Un futbolista se pasa todo el día entrenando, un violinista igual. Al final, conocer un talento implica muchas horas de dedicación y esfuerzo.

¿El estilo es algo que se elige, o se llega a él?

Con los años soy más consciente de que el estilo no es una técnica, resolución o un color en concreto. El estilo consiste en la forma en la que cuentas las cosas, sin importar el medio que uses.

¿Qué no soporta ver en un dibujo?

Es difícil que una ilustración me provoque rechazo. Me gusta que una imagen me sorprenda, buscar un click, una sonrisa en el cerebro.

Cuando empieza un proyecto nuevo, ¿cómo afronta su día a día a la hora de ilustrar? ¿Cuál es su proceso creativo?

Cada proyecto es diferente. Los procesos creativos también cambian. Hay proyectos o libros que son muy mentales, implican creación de bocetos o análisis. Otros vienen a partir de un garabato o una mancha, son más irracionales.

«Me gusta que una imagen me sorprenda, buscar un click, una sonrisa en el cerebro»

¿Le condiciona dibujar para un público concreto? ¿Tiene total libertad cuando interpreta los textos?

Suelo tener libertad creativa. Pero cuando dibujo tengo que escuchar a la vez tres voces, la del escritor, la del lector y la mía propia.

De los proyectos que ha realizado, ¿hay alguno del que se sienta más orgulloso?

El bosque dentro de mí publicado por Fondo de Cultura Económica y ganador del premio 'A la Orilla del Viento' es uno de mis proyectos más personales. Es un libro sin palabras en el que el lector ya sea niño o adulto debe construir el relato a partir de su interpretación de las ilustraciones. Me gusta la idea de que un libro no se agote en una primera lectura, sino que cada vez que se cuenta la historia puede aparecer algo nuevo.

La elección del color es un elemento importante que forma parte del dibujo ¿cuál es su criterio a la hora de poner color o no, en un proyecto determinado?

Es difícil explicar o poner palabras a procesos que tienen que ver con la intuición o la experimentación. A veces no se trata de un criterio, sino de un sentimiento.

¿En donde podemos encontrar la belleza de una ilustración? ¿Qué hace grande a una ilustración en particular?

Imagina una ilustración que habla del silencio y realmente captura ese concepto. Para mí lo importante no es la perfección técnica sino ese click, esa magia.

¿Ilustrar es un arte?

¿Cocinar es un arte? Supongo que depende de cómo, quién y cuándo se haga. ¿El cine, la moda, son arte? Durante mucho tiempo la ilustración ha sido considerada un arte aplicada, con una finalidad comunicativa. Pienso que las barreras y etiquetas cada vez se diluyen más. Artistas que ilustran, ilustradores que exponen, grafiteros en museos. Así que sí, ilustrar es un arte.

Ilustración para la Revista Eme21magazine

¿Cree que se valora la ilustración y a los ilustradores lo suficiente? ¿Qué papel juega la ilustración en la cultura visual actual?

La ilustración es probablemente el código visual más efectivo en nuestra época, sin duda está de moda. Puedes ver una ilustración en una parada de autobús, en una camisa, en un paquete de azúcar. En la ilustración todo es posible.

El pasado año concedieron a Memoria de la nieve de Julio Llamazares, ilustrado por usted y editado por Nórdica Libros, el Primer premio al Libro Mejor Editado en la categoría de Obras Generales y de Divulgación «por estar perfectamente confeccionado y ajustar debidamente las acuarelas al texto». ¿Qué supuso para usted este reconocimiento?

Me alegra este premio porque llevamos un año muy complicado en el sector del libro. Libreros, editores, autores lo están pasando mal. Este premio supone un empujón a este libro y ayuda a darle visibilidad.

Cuéntenos, ¿cómo surgió el proyecto y cómo fue el proceso?

Diego Moreno de Nórdica me confesó que uno de los poemarios que más le habían marcado fue Memoria de la nieve de Julio Llamazares publicado originalmente en 1982. Nórdica tenía la intención de volver a publicarlo en una edición ilustrada y contaban conmigo para llevarlo a cabo. Recuerdo que nos reunimos con Julio en el café del Círculo de Bellas Artes. Julio llevaba una edición antigua del libro y dentro un dibujo suyo realizado cuando era niño. Me pareció bonito poder verlo. Tanto Diego como Julio me dieron total libertad para «iluminar» los poemas. Desde mi perspectiva intenté crear una atmósfera real e imaginada para las palabras de Julio, él habla de memoria, recuerdo, ensoñación y mi objetivo fue crear un paisaje emocional con mis ilustraciones. Como un paisaje de la memoria.

¿Cuál es su mayor satisfacción cuando termina un proyecto?

Aunque es un proceso que ya he realizado muchas veces, siempre me sorprende cómo una idea se transforma en una imagen y una imagen en un libro. Al final ese libro deja de ser del autor y es de los lectores.

¿Se arrepiente de haber hecho alguna ilustración que se haya publicado? ¿Por qué?

El arrepentimiento tiene que ver con la culpa. Incluso con cambiar de idea. Creo que el arrepentimiento no debería estar en ningún trabajo que sea sincero. Cada obra se crea en un momento concreto con unas limitaciones materiales o conocimientos determinados, incluso en un momento histórico o vital único.

«Me gusta la idea de que un libro no se agote en una primera lectura, sino que cada vez que se cuenta la historia puede aparecer algo nuevo»

¿Cree que mediante el dibujo podemos despertar cosas invisibles como emociones y todo tipo de sensaciones y sentimientos? ¿Qué busca transmitir al lector a través de sus dibujos?

Lo que más me gusta es que el lector de una imagen se genere preguntas. Las experiencias, vivencias o forma de entender el mundo es lo que nos define y es la mochila que llevamos. Ahí es donde buscamos para decodificar una ilustración, un poema o una obra de arte. Me interesa mucho cómo el lector superpone sus emociones o ideas utilizando la ilustración como guía.

¿Qué texto clásico o contemporáneo le gustaría ilustrar?

Me gustaría ilustrar alguna obra de Sylvia Plath.

¿Cree que las editoriales cuidan el diseño a la hora de elaborar sus catálogos?

Normalmente las editoriales con las que trabajo lo cuidan mucho.

¿Qué es el libro para usted?

Para mí cada libro es una posibilidad.

¿Está actualmente trabajando en un nuevo proyecto?

Siempre trabajo en varios proyectos a la vez. Me gusta y me funciona mejor en términos de procesos creativos. Un par de libros, un proyecto expositivo, una obra de teatro. También estoy dándole vueltas a un nuevo curso online de ilustración.

Para terminar, ¿qué libro o libros recomendaría leer a todo ilustrador?

El pato y la muerte , de Wolf Erlbruch. El ilustrador es también el escritor de este libro que aborda la muerte. Supuestamente es un libro para niños, pero yo creo que es más apropiado denominarlo como un libro ilustrado. Hace poco hablaba con un amigo sobre lo poco que nos educan emocionalmente para la pérdida, siendo algo inevitable. Por eso creo que los libros siempre nos salvan.

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