Robert De Niro con su padre
Robert De Niro con su padre - efe

Robert De Niro recuerda a su padre pintor con un documental que presenta en Roma

El filme es un homenaje para «otorgarle el reconocimiento que merecía y no obtuvo, mientras vivió», manifestó De Niro

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Robert De Niro ha vuelto a sorprender y a emocionar, aunque ésta vez sin recitar. El actor estadounidense, una leyenda de Hollywood, protagonista de películas que forman parte de la historia del cine, como «Taxi Driver», «El Cazador», «Toro salvaje» y «El Padrino II», ha presentado en Roma un documental sobre la vida de su padre, un pintor figurativo de gran talento, con cuadros colgados en las salas del MoMa y del Metropolitan de Nueva York, pero que no gozó de la fama planetaria del hijo.

«Recordando al artista Robert de Niro, Senior» (Remembering the Artist Robert de Niro, Sr.) muestra el tipo de relación entre padre e hijo, el papel que ocupó el pintor De Niro en el escenario artístico neoyorquino.

La base del documental son cartas y diarios personales, imágenes familiares inéditas, entrevistas con el pintor, con amigos y expertos en el mundo del arte. El filme es breve (40’), pero suficiente para la pretensión del actor: Rendir homenaje a su padre con el fin de «otorgarle el reconocimiento que merecía y no obtuvo, mientras vivió».

Homosexualidad no declarada

En el Museo nacional de las artes del siglo XXI (MAXXI), donde se realizó la proyección, Robert De Niro, habló con los periodistas dejándose casi llevar por la conmoción al hablar de algunos episodios íntimos, como del cáncer de próstata del que murió el padre en 1993, a los 71 años: «Los dos estábamos aterrorizados de la enfermedad. El urólogo que lo curaba nos describió un panorama crudo. Mi padre se curaba poco, se saltaba las visitas al médico y yo a veces lo obligaba, pero podría haber hecho más para llevarlo al doctor. A veces me digo que si lo hubiera hecho, él estaría aquí», se lamenta De Niro, quien tampoco rehuyó referirse a la no declarada homosexualidad del padre, vivida de forma «muy conflictiva y con sufrimiento», abandonando a la mujer, también ella artista, cuando Robert tenía 12 años, viajando después a París, donde pasó cuatro años de vida bohemia.

En medio, los amantes, algunos célebres, desde Tennessee Williams a Jackson Pollock. «Mi padre y yo nunca hablamos de su homosexualidad; mi madre alguna vez hacía alguna alusión, pero solamente con los años supe cómo estaban realmente las cosas».

De Niro aceptó leer en el documental alguna página de los diarios del padre, pero reconoce que no los ha leído totalmente: «Creo que aún no me ha llegado el momento para sumergirme en esas páginas; estoy convencido de que llegará el día, aunque seguramente mis hijos las leerán antes que yo».

Desde siempre, Robert De Niro ayuda a la difusión de las obras del padre: «No soy un gran conocedor de cuadros, pero mis preferidos son los suyos, que cuelgo en casa y en mis restaurantes para que los vea la gente. Cuido también su estudio para que mis hijos y nietos comprendan quién era el abuelo y el bisabuelo», afirma el actor. En definitiva, en De Niro está el afán de mantener de «mantener vivo» el recuerdo del padre, un bello gesto para su familia y para los que aman el arte.

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