Muere a los 84 años Christo, el artista que envolvía las ciudades para refutar la historia

Famoso por sus monumentales obras de arte, tenía prevista la inauguración de «L’Arc de Triomphe, Wrapped» el 18 de septiembre de 2021 en París

Las intervenciones más espectaculares realizadas por Christo alrededor del mundo

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Fallecido en Nueva York, donde vivía en un quinto piso sin ascensor, en el Soho, el domingo día 31, «de muerte natural», Christo (Christo Vladimirov Javacheff, Bulgaria, 1935) deja la huella colosal de uno de los grandes patriarcas del « land art », quizá el más trágico, cuya obra y vida florecieron en la tierra ensangrentada por los totalitarismos del siglo XX, nazismo y comunismo.

Christo nació en Gabrovo, Bulgaria, en el seno de una familia donde se confunden muchos de los mestizajes danuvianos: alemanes, búlgaros, macedonios, entre otros. De padre empresario y madre artista, Christo creció y comenzó su formación en una situación muy dramática: asesinato de partisanos demócratas, ocupación militar comunista, padre perseguido por la policía política, madre marginada por la burocracia ideológica, joven estudiante de pintura perseguido por sus ideas, a quien sus «profesores» encomiendan un primer trabajo: «decorar» algunos vagones del legendario « Orient Express », para hacerlo «atractivo» más allá del público «abrevado» en la tiranía del realismo socialista… Toda la obra de Christo, sus legendarios proyectos de «envolver» grandes monumentos, con «sábanas» de plástico transparente, nace de esa matriz, dramática.

Christo consiguió huir e instalarse en París , donde encontró a la mujer de su vida, Jeanne-Claude Denat de Guillebon , en 1958. No se separarán nunca. Christo será la «firma» para buena parte de la obra común, desde hace décadas. El primer Christo, emigrante, comenzó trabajando con la escuela francesa de los Nuevos Realistas, una versión crítica y local del «pop» USA. Con la intervención militar rusa en Berlín, en 1961, y la construcción del legendario Muro, comenzó el primer proyecto de «land art» de la pareja que formaban los Christo: propusieron «cerrar» e «incendiar» la parisina rue/calle Visconti, una calle con muchas galerías de arte. Aquel proyecto no pudo realizarse. Pero comenzaba una carrera internacional.

Los Christo terminaron huyendo a Nueva York, desde donde trabajaron en varios continentes, en la magna estela de un «land art» que tuvo muchos otros teóricos y activistas, Robert Smithson, Robert Morris, Nancy Holt, Dennis Oppenheim, Walter De Maria, Michael Heizer, entre otros. Jean-Claude y Christo terminaron por rechazar la apelación, estimando que su obra escapaba al sentido último de esa «apelación» de la crítica artística. Durante medio siglo corto, sus proyectos tomaron proporciones monumentales, definitivamente.

Hasta la muerte de Jeanne-Claude, en 2009, Christo y su esposa consagraron su vida a concebir y realizar, en muchos casos, proyectos espectaculares. «Envolver» parte de una costa australiana (1968-69), un valle en Colorado (EE.UU., 1970-72), un espacio público en California (1972-76), el parisino Pont-Neuf (el puente más antiguo de París, 1980-83), el Reichtag de Berlín (1972 y 1995), puentes del Central Park neoyorquino (2005), un «lago» londinense (2016-18), entre un muy largo etcétera.

Si la pandemia y su muerte no lo hubiesen impedido, Christo hubiese podido «empaquetar» el Arco del Triunfo , en la parisina plaza de la Estrella, construido a mayor gloria de las ambiciones imperiales de Napoleón. Aplazado, el proyecto no podrá realizarse.

El parisino Centro Pompidou , debiera presentar, en fecha todavía desconocida, una suerte de «retrospectiva» de las maquetas de los grandes proyectos realizados y no realizados de los Christo. ¿Cuál fue, era, y pudiera ser el «sentido» de su visión íntima del «land art», apelación rechazada por la pareja?

Los Christo también rechazaban las nociones convencionales de «arte», «mercado», incluso «cultura». Para ellos, sus creaciones eran algo así como «acciones» efímeras: envolviendo monumentos públicos en plástico o «mantas» de otros materiales, los creadores tenían la secreta aspiración mesiánica de refutar la historia. «Envolver» el Reichtag no dejaba de ser una manera de «refutar» durante una temporada las sombras negras que se ciernen sobre los fantasmas de ese edificio. «Envolver» el parisino Arco del Triunfo podría recordar a Francia y los franceses la dimensión ensangrentada de esa epopeya militar. El coronavirus impedirá tan ambicioso proyecto.

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