Dos obras de Picasso en una de las salas del museo
Dos obras de Picasso en una de las salas del museo - AFP

Humedades y moho en el Museo Picasso de París

Hace tres años reabrió sus puertas tras una rehabilitación que costó más de 50 millones de euros

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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Han comenzado a aparecer manchas de moho y humedad en todas las ventanas de la planta noble del Museo Picasso de París, apenas tres años después de la reapertura, en 2014, tras un lustro de trabajos, que costaron más de 50 millones de euros. Un estudiante de Historia del Arte ha sido el primero en advertir y denunciar la situación, ante el silencio embarazado de la dirección del museo y el Ministerio de Cultura, incapaces de ofrecer una explicación de cualquier tipo. La dirección del Museo Picasso, con el fondo picassiano más importante del mundo, se ha limitado a comentar que, a su juicio, «el moho y la humedad no hacen correr ningún riesgo a las obras del museo».

El vespertino «Le Monde» y el matutino popular «Le Parisien», que ha descubierto el problema, evocan el riesgo de una «catástrofe» con un efecto «devastador» para la imagen de la institución: la sala noble del museo, la más importante, en el primer piso de un legendario hotel particular del siglo XVII, manchada por el moho y la humedad en todas las ventanas que dan al jardín.

Un especialista en instalación de ventanas describe el problema del Museo Picasso de este modo: «En ausencia de una circulación de aire equilibrada, que puede facilitarse con sencillas perforaciones, el calor de una habitación muy hermética, o el interior de un coche, producen efectos de condensación en las ventanas, particularmente sensible en tiempos de gran frío. Los automovilistas y propietarios de pisos mal ventilados conocen el problema». La condensación acumulada, durante días y semanas, en el caso del Museo Picasso, ha producido las manchas de humedad y moho.

Un problema no previsto

Wandrille Potez, estudiante de Historia del Arte, primero en denunciar la situación
Wandrille Potez, estudiante de Historia del Arte, primero en denunciar la situación - LE PARISIEN

Stéphane Thouin, arquitecto en jefe de los monumentos nacionales de Francia, declara al vespertino «Le Monde»: «Se trata de un problema que no se había anticipado ni previsto. Por cuestiones de seguridad, las ventanas del museo fueron aisladas, desde el interior, con dobles ventanas herméticas. Existe un mecanismo de aireación entre las ventanas interiores y exteriores. Pero quizá no ha sido suficiente. Se trata de fenómenos complejos». Jean-François Bodin, arquitecto responsable de la última rehabilitación del Museo Picasso, estima que, a su modo de ver, «una solución pudiera consistir en introducir aire exterior en el espacio que existe entre las ventanas exteriores e interiores».

Paradójicamente, la dirección del museo y el Ministerio de Cultura guardan silencio, a la espera de un «estudio» por realizar y del cambio de la meteorología parisina. Afortunadamente, los partes meteorológicos anuncian relativo «buen tiempo» para los próximos días.

Se trata del penúltimo incidente en los trabajos de reformas que comenzaron en 2009 y estuvieron salpicados por problemas, técnicos, burocráticos y políticos, que culminaron con un cambio en la dirección del museo. Entre 2009 y 2014, mientras se realizaban transformaciones por valor de 50 millones de euros, el Museo Picasso osciló entre el ostracismo y el «alquiler» de algunos de sus fondos, con el fin de financiar parcialmente la restauración de un edificio construido por un noble y financiero del siglo XVII. Embajada de la República de Venecia, más tarde, el edificio fue adquirido por la alcaldía de París en 1964. Diez años más tarde, el monumento nacional reabrió sus puertas como Museo Picasso. Hasta hoy.

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