La desbandada de socios amenaza a la SGAE
Mañana acaba el plazo de autores y editores para rescindir contratos de gestión de sus derechos en enero de 2020. Muchos ya han firmado la carta
La semana que termina puede ser «horribilis» para la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). La Asamblea celebrada el lunes no aprobó los Estatutos, condición del Ministerio para empezar a dar por buenas las reformas de la entidad. A pesar del empeño puesto para negociar por la presidenta de la SGAE, Pilar Jurado, la votación, 62,78% de votos a favor y 36,07% en contra (1,14% de abstenciones), no alcanzó los dos tercios que manda la ley para validar el texto.
Pocas horas después de encajar ese fracaso, y apoyándose en el hecho de que la Asamblea sí aprobó sus cuentas e informes de gestión, Jurado se lanzó a convocar una mesa de diálogo a la que quería sentar a las editoriales multinacionales, las de las TV y al propio Ministerio de Cultura , que sigue pendiente de intervenir judicialmente la entidad.
Esta convocatoria, que pretendí abrir una nueva época, no ha caído bien entre al menos dos de las tres partes convocadas , sino más bien todo lo contrario. Tanto los autores como los editores contactados por este periódico mostraron extrañeza y desagrado por la manera en la que la presidenta de la SGAE ha puesto en marcha la iniciativa, sin un contacto previo «a la desesperada».
Cartas de salida
Por si esto fuera poco, el viernes acaba el plazo para que aquellos que quieran abandonar la entidad comuniquen sus intenciones (con los 6 meses de adelanto preceptivo) para que esa salida se haga efectiva el 1 de enero de 2020 . Y ante el estancamiento de la situación en la entidad, sin estatutos legalmente aprobados, con la mesa de diálogo rechazada y el Ministerio de Cultura apretando el paso hacia la intervención, muchos autores -aunque casi ninguno quiere figurar- han comenzado a hacer circular modelos de carta.
ABC habló ayer con varios músicos que confirmaron su decisión de registrar la carta antes del viernes en la entidad. Muchos no quieren ser citados, pero dos de ellos al menos lo reconocen públicamente. Patacho Recio, portavoz de la asociación Coalición Autoral (CoA) , y Amaro Ferreiro comentaron con este periódico que ya han firmado o entregado en la SGAE sus cartas y que están al habla con numerosos músicos que piensan llevarse su repertorio fuera de la entidad. ¿Adónde? «A la competencia, que saldrá, aunque todavía pueden pasar muchas cosas antes de 2020», dice Ferreiro. Patacho afirma: «Si se arregla siempre podemos dar marcha atrás, pero si no presentamos la carta no podremos dar marcha alante, y no podemos depender de gente así. Solo si hay un cambio drástico reconsideraremos sacar nuestro repertorio».
Patacho pone el dedo en la llaga de la gestión de la deuda que se debatió en la asamblea es otro motivo para dar el salto. «Dijeron 14 millones pero un socio dijo 27», dice Ferreiro. «La ley no deja ya cubrirla con la música pendiente de identificar -asegura Patacho- y tendrán que subir, y mucho, el gasto de administración . Si fuera así, la SGAE ya no compensa», añaden ambos. Varios grupos de músicos trabajan ya en la creación de una entidad solo de música porque «la gestión de derechos de distintos tipos ha generado un conflicto que está siendo irresoluble».
También editores
Varios e ditores multinacionales también han confirmado que informarán de que se llevan el repertorio . Aún no han decidido a qué entidad. Al parecer son todos los miembros de UCI, OPEM y AEDEM. El repertorio que retirarían de SGAE es enorme, aseguran, si no se reconduce la situación. Por eso han firmado ya las cartas de adiós a la SGAE, listas para ser presentadas .
Los editores añaden que no acudirán a la mesa propugnada por la presidenta, porque no consideran adecuado sentarse con Nuria Rodríguez, la responsable de la editora Musica Aparte , de Atresmedia, porque «está imputada» en el caso de la Rueda de las TV, origen del conflicto.
Por su parte, el Ministerio de Cultura anunció ayer que tampoco participará en la mesa de diálogo. José Guirao declaró ayer en Barcelona que su departamento no puede ser «juez y parte» . «Nosotros no podemos estar en una mesa de negociación que tiene que ser necesariamente entre los socios», ha dicho el titular de Cultura durante la inauguración de Gamelab, en L’Hospitalet (Barcelona).
