Insuficiente y lenta: la cultura critica la respuesta ante la crisis

Los profesionales del sector suspenden la gestión de las distintas administraciones

Asistentes al concierto del pasado viernes de Maria Dolores Gaitán en el Teatro Góngora de Córdoba Valerio Merino

B. Pardo

Los agentes culturales españoles sienten un «desengaño profundo» por «la escasa rapidez y eficacia de la reacción de las autoridades» ante la crisis del coronavirus. Es la conclusión de la encuesta realizada por la Fundación Alternativas dentro de su informe anual sobre el estado de la cultura en España, y que tiene como objetivo analizar el futuro de este sector, sin duda uno de los que más está «sufriendo» las consecuencias de la pandemia.

Para más de un centenar de agentes culturales, la respuesta de los gobiernos ante la pandemia ha sido «lenta y deficiente». Valorando del 1 al 10, han suspendido a las distintas administraciones con un 3: un 3,36 al Gobierno central, un 3,24 a las comunidades autónomas y un 3,26 a las instituciones locales.

El cuestionario preguntaba por medidas concretas (y por su ausencia) a los diferentes profesionales del sector. En referencia a las prestaciones generales y excepcionales al desempleo, las han puntuado con un 2,96 por no atender a la singularidad del trabajo artístico. La misma nota merece la reducción del IVA online para la prensa y los libros. Son las dos peores. Tampoco satisfacen al sector el tratamiento fiscal a la cultura (3,02), el relanzamiento del consumo cultural online (3,28), las ayudas a su financiación (3,04) o los ERTE (3,12).

Un duro golpe

En resumen: «Parece evidente el descontento general sobre la prontitud y suficiencia de las acciones estatales, a todos sus niveles, frente a las duras repercusiones económicas y sociales que la epidemia ocasionó sobre la cultura, mucho más fuertes que en otros muchos sectores económicos», tal y como señala Patricia Corredor Lanas en el informe, en el que también han participado el Instituto Cervantes, Acción Cultural Española y AECID.

El estudio, además, recalca que la crisis del coronavirus en el mundo de la cultura lastra a un sector que todavía estaba recuperándose de la última crisis. «Sobre esos mimbres debilitados, llegó la epidemia y el estado de alarma y, al igual que ocurrió con la crisis general, sanitaria y económica, sucedió con la crisis cultural, porque la mayoría de los Gobiernos reaccionó tarde ante la evidencia del desmoronamiento, pese a estimaciones de pérdidas de más de un tercio de la facturación cultural del ejercicio», lamenta Enrique Bustamante, coordinador del texto.

En su opinión, solo se decidió actuar cuando la herida era muy profunda y las protestas constantes. «En medio de un mar de reivindicaciones y peticiones de ayuda por cada sector económico, la cultura fue postergada una vez más y solo se consideró con retraso cuando las reivindicaciones de sus múltiples sectores amenazaron con un cisma simbólico, especialmente grave para un Gobierno que se proclamaba progresista, pero también para la mayoría de los Gobiernos autonómicos y de grandes ciudades de las más diversas ideologías, en donde las ayudas a la cultura o a alguna de sus actividades llegó tardíamente y en cantidades insuficientes», añade.

Más allá de los daños provocados por la pandemia, el informe también recoge la oportunidad del mercado online, que se disparó durante la cuarentena, cuando la cultura llegó a todos los hogares. Según los datos del Eurostat1, más del 70% de las conexiones a internet se producen para consumir (sic) contenidos culturales, un hecho que podría ser positivo, pero que supone un gran reto, pues necesita una industria y un negocio rentable que lo sostenga.

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