CIGARRAL DE LAS MERCEDES

Cita del PP, los que son y deciden, ayer sábado en el Cigarral de las Mercedes de Toledo. Un lugar singular, con vistas a la monumentalidad de la capital regional y con un ambiente recogido para disfrutar de paz y concordia entre una arboleda que ofrece tonos verdes al entorno medioambiental. Como anfitriona, la secretaria general de las siglas, María Dolores de Cospedal, que conoce el enclave a la perfección ya que allí contrajo matrimonio con Ignacio López del Cerro, y que se encuentra a muy corta distancia de otro cigarral donde tiene domicilio habitual.

Era necesario un encuentro de pesos pesados del partido para intercambiar opiniones, corregir conductas, estrechar lazos y discutir comportamientos del pasado inmediato. Y todo bajo la mirada sosegada de Mariano Rajoy que deseaba un entorno de parecida índole para dar órdenes, difundir consejos de unidad y alertar al personal con despacho escogido para que se ponga las pilas y transmita confianza ante las próximas elecciones generales que están a la vuelta de la esquina.

Me comenta quien pudo poner oídos al encuentro, que en líneas generales todos prometieron hacer piña y dejar de lado pequeños enfados y confrontaciones; saben que se la juegan, ya lo creo que sí, y que tan solo en la confianza mutua y el impulso del conjunto se puede encontrar ese toque especial que pueden advertir los ciudadanos para depositar su confianza en las urnas. Y para ello es obligado afanarse al máximo, comuncándolo con mayúscula para que la oferta positiva se entienda y comprenda con facilidad, siendo imprescindible un poco de autoridad, quizás un mucho para que se sepa que el Gobierno es fuerte y está dispuesto a cumplir a rajatabla con los postulados judiciales que algunos pretenden tomar a choteo.

Aquí la mayoría estuvo de acuerdo: no se puede ni debe dar sensación de debilidad porque perjudica a un electorado fiel que es partidiario de que quien la hace la pague.

En opinión de los presentes en el Cigarral de las Mercedes se ha trabajado con ahínco para salir de la crisis heredada y escapar de la presencia de «los hombres de negro» y de esto es consciente el ciudadano que todavía espera que esa autoridad deseada haga acto de presencia para poner a cada uno en su sitio. Y entonces si se puede ganar, aunque sea por los pelos.