El presidente de Fecir, Carlos Marín, durante la entrevista concedida a ABC
El presidente de Fecir, Carlos Marín, durante la entrevista concedida a ABC - M. CIEZA
ENTREVISTACarlos MarínPresidente de la Federación de Empresarios de Ciudad Real (Fecir)

«Para ganar la guerra a la crisis económica necesitamos la munición del crédito»

Después de un mes en el cargo, Marín tiene claro que para reflotar la situación originada por la recesión el papel de los bancos es fundamental

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La gente ha caído a sangre y fuego y no porque hayan sido unos sinvergüenzas, sino por la situación económica, y sobre todo por los bancos»

El pasado 12 de diciembre fue elegido por aclamación, y con el respaldo de 14 sectoriales, presidente de la Federación de Empresarios de Ciudad Real, Fecir. Carlos Marín, al frente también de la Asociación Provincial y Regional de Transporte de Mercancías, tiene claro que para reflotar la situación originada por la recesión el papel de los bancos es fundamental. Es hora, dice, de que abran el crédito a los pequeños.

—¿Cómo ha sido este primer mes en el cargo?

—Corto por las vacaciones de Navidad, pero intenso. Con muchísimo trabajo y mucha gente que se quiere incorporar al proyecto.

Haciendo poco ruido. Hablando con empresas grandes y concienciando a los pequeños y también a los autónomos porque nos hemos dado cuenta en este tiempo de que ese vacío que había hay gente que ha intentado ocuparlo sin tener la representatividad que tenemos nosotros.

—El día de su elección, bajo la bandera de la austeridad y de la ética, dijo que Fecir se iba a financiar solo con las cuotas de los asociados. ¿Cierra la puerta a cualquier ayuda o subvención pública?

—No, yo en mi empresa acepto cualquier ingreso siempre y cuando sea legal y no me comprometa a nada más que a la actividad que tenemos que hacer. Aquí vamos a hacer lo mismo. Lo que sí tenemos claro es que el grueso de los ingresos tiene que venir de la actividad principal, que en una asociación de empresarios es dar servicio y cobertura a sus asociados. ¿Dentro de esa cobertura está la formación? Sí, pero la que necesiten única y exclusivamente nuestros asociados. ¿La formación es para tener un remanente y ganar dinero? No. La formación es para dar servicio. ¿Ayudas y subvenciones? Todas aquellas que nos puedan dar las administraciones, pero para cumplir con ese objetivo. Que aquí estamos para lo que estamos…

—El trabajo de recuperar la confianza no se hace de un día para otro.

—Quiero romper una lanza, al menos, por las sectoriales que sí que tienen la confianza de sus asociados. Si se han perdido asociados ha sido porque ha caído mucha gente desde el 2008 para acá. La gente ha caído a sangre y fuego y no porque hayan sido unos sinvergüenzas, sino por la situación económica, y sobre todo por los bancos. Salvando honrosas excepciones como Globalcaja y algunos más que sí han echado una mano, los grandes no han ayudado al pequeño empresario ni al autónomo.

Recuperación económica

—Decía el otro día la presidenta de Castilla-La Mancha con cierto optimismo que la recuperación económica ha llegado y ha llegado para quedarse. ¿Lo ve igual desde el punto de vista del empresario?

—Yo diría que la recuperación está llegando. Ni me gusta que se niegue, como en su momento se negó la crisis, ni me gusta el exceso de euforia y que se echen las campanas al vuelo. Hay frases que pueden herir la sensibilidad del autónomo y del pequeño empresario. La recuperación es como una lluvia fina y para que cale en las capas más profundas tiene que pasar un tiempo. ¿Nos estamos recuperando? Sí, pero muy despacito, cosa que puede venir bien porque puede reestructurar más esa recuperación, no como ocurrió con el boom de la construcción que nos hizo olvidar lo que habíamos pasado. Pero ni un extremo en el que se dice que no nos estamos recuperando porque interesa electoralmente ni el otro en el que se dice que esto ya está aquí porque también interesa. ¿Se está notando? Sí, ¿Para unos más que para otros? Sí ¿Hay gente que todavía no lo ha notado? Sí ¿Y lo van a notar en breve? Seguro.

—El 70% de las empresas que se crean no sobreviven más allá del primer año, ¿qué clase de medidas habría que poner en marcha para ayudar a esas empresas a vivir, para crear riqueza y para generar empleo?

—Sobre todo hacen falta medidas financieras; para ganar esta guerra contra la crisis necesitamos la munición del crédito. Se está abriendo muy despacito pero también es verdad que antes para los grandes que para los pequeños. Ya se ha ayudado suficiente a los bancos, y podemos estar más o menos de acuerdo en esa ayuda, pero el caso es que se ha hecho y está ahí. Ahora los bancos tienen la obligación de ayudar y los servidores públicos tienen que obligarles que ese crédito fluya y llegue a los pequeños.

—¿Cómo ve la situación en la provincia de Ciudad Real?

—Me preocupa seriamente, y creo que a todo el empresariado de Ciudad Real, lo que está ocurriendo en Puertollano, que ha sido la ciudad industrial por excelencia. Lo último lo de Elcogas, y no entro en si las empresas siempre tienen que ser rentables, aunque no estoy por la labor de que se subvencione sine die a la industria porque lo que eso genera es falta de competitividad. Aun así, lo que es cierto es que hay alternativas para ciertos sitios como Puertollano donde hay un know how, y hay un montón de empresarios que viven alrededor de esa industria.

Por otro lado, Ciudad Real también es una provincia de paso, tenemos muchas vías de gran capacidad y tenemos que aprovecharnos de eso. Y tienen que venir grandes inversiones a la provincia alrededor de las cuáles crezcan las pequeñas empresas y los autónomos. Nosotros las vamos a reivindicar.

—Decía el otro día el sindicato CC.OO. que el problema de esta provincia es, textualmente, que carece de referencia industrial con una economía basada en el sector primario y en los servicios. ¿Una visión muy contrapuesta a la suya no?

—Si les parece poco que esté basado en el sector primario y en el de los servicios les animaría a que crearan una empresa del sector secundario. Lo que no podemos pretender es que nos solucionen el problema y nos pongan una gran fábrica, ¡que nos traigan Campofrío aquí a Ciudad Real!. Es muy fácil pedir grandes inversiones, yo represento a la gente que las hace y algunos hasta llegan a ser grandes y todo.

Innovación

—Innovación, competitividad e internacionalización ¿son los conceptos de moda?

—Me gusta mucho cuando se habla de eso, pero una innovación fue ponerle a las latas de Coca-Cola la anilla. Los autónomos y los pequeños empresarios innovamos y nos reinventamos todos los días y la crisis nos ha enseñado a innovar. Pensamos todos que innovación es sacar un Iphone nuevo y no. El otro día me contaban en Tomelloso que están vendiendo melón a Inglaterra en tarrinitas porque les gusta comer mucho fuera y mucha fruta. Lo que hay que hacer es incentivar ese tipo de innovación.

—Pero lo cierto es que, a pesar de la crisis, el nivel de exportaciones no ha bajado y Ciudad Real sigue siendo líder.

—Y que continúe así, eso demuestra que tenemos gente muy valiente. Hay que ir donde hay negocio.

—Y otro dato: Ciudad Real cerró el 2014 con un 22,2% de incremento en creación de empresas.

—El dato es muy bueno, pero a mí me preocupa que de diez empresas que se crean a los cinco años solo quedan tres. Es la selección natural. Y me encanta que los chavales en el colegio piensen en ser emprendedores, en vez de pensar en ser futbolistas o funcionarios (con todo el respeto), pero no convirtamos esto en una utopía. Esto es una vocación y hay gente que lo ha pasado muy mal. Crear empresas de forma ficticia puede crear un exceso de oferta que puede ser perjudicial. Se tienen que crear empresas con cabeza.

—Lo que ocurre es que ahora parece que solo hay salida en el autoempleo.

—Si alguien de verdad está convencido, confía en su proyecto y tiene ilusión, pues entonces que se atreva, que siga para adelante y que pida la ayuda de Fecir.

—¿Tiene usted el secreto del buen empresario?

—El secreto del buen empresario es trabajo, trabajo y trabajo, echarle muchas horas y de vez en cuando rezar y tener suerte, el que no sea creyente.

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