¿Está de verdad Betelgeuse a punto de explotar?

Un nuevo estudio indica que el astro ha perdido luminosidad en el último año a causa del polvo estelar

Observaciones de la estrella Betelgeuse tomadas por el Very Large Telescope de ESO ESO / M. Montargès y co

P. B.

A finales del año pasado la noticia ocupó titulares a lo largo y ancho del planeta: la supergigante roja Betelgeuse, que se encuentra en su última fase de vida, había perdido un 40% de su brillo habitual repentinamente. Si bien se trata de un cuerpo condenado a morir tras convertirse en una supernova que brillará durante años para luego desaparecer para siempre, este hecho podría ocurrir mañana o dentro de 100.000 años . Y el hecho de que disminuyera su luz de forma abrupta hizo pensar a muchos que quizá el momento habría llegado...

Sin embargo, un estudio de la Universidad de Washington junto con el Observatorio Lowell afirma que aún habrá que esperar para ver el espectáculo, que será sin igual en el firmamento terrestre (se podrá observar incluso de día a simple vista y será tan potente que de noche provocará sombras). Los investigadores apuntan a que, en realidad, se trata de una eyección de material de la estrella en forma de polvo , que bloquea la luz y, como consecuencia, provoca que disminuya su brillo.

Una imagen de Betelgeuse capturada en 2017 por el Atacama Large Millimeter / submillimeter Array, que muestra células de convección probables en la superficie. ALMA / ESO / NAOJ / NRAO / E. O'Gorman / P. Kervella

«Vemos esto todo el tiempo en supergigantes rojas, y es una parte normal de su ciclo de vida», explica en un comunicado Emily Levesque , profesora asociada de astronomía de la UW, quien junto a Philip Massey , astrónomo del Observatorio Lowell firman el estudio, que ya está aceptado por la revista «Astrophysical Journal Letters» para ser revisado y puede ser consultado en el sitio de preimpresión ArXiv . «Las supergigantes rojas ocasionalmente arrojan material desde su superficie , que se condensa alrededor de la estrella como polvo. A medida que se enfría y se disipa, los granos de polvo absorben parte de la luz que recibimos y bloquean nuestra vista ». Es decir, la superficie eyecta grandes cantidades de material al espacio, una acción que también se produce en el Sol pero en mucha menor medida, ya que en las supergigantes rojas se forman una especie de «bolas» que tapan la luz que nos llega de estos cuerpos.

Una de las dos teorías que se manejaban

En realidad se trata de una de las dos teorías que se barabajan en la fluctuación repentina de Betelgeuse. Además de la que apuntaba a que esta estrella acaba de eyectar gran cantidad de material al espacio, los científicos también apuntaban a la posibilidad de que una parte de la estrella moribunda se estuviera enfriando , lo que sería sinónimo de explosión inminente, ya que indicaría que la supergigante roja estaría colapsando . Sin embargo, parece que se trata de la primera opción.

Pero, ¿cómo se han decantado los científicos por una y no otra? «Una manera simple de distinguir entre estas posibilidades es determinar la temperatura de la superficie de Betelgeuse», afirma Massey. Para ello, se tiene en cuenta su brillo, ya que no es tan sencillo como se mide la temperatura a un niño. Para ello, obtuvieron el espectro de luz empleando un filtro que amortiguara su brillo, que es demasiado fuerte para detallar el cálculo. Después de esto, pudieron detectar la firma de óxido de titanio , un componente que se forma y acumula en las capas superiores de las estrellas grandes y moribundas como Betelgeuse. Cuando esto ocurre, el material se fija en una suerte de « bolas » de óxido de titanio que se forman alrededor de la estrella y se puede determinar la temperatura de su superficie.

Y, según esos cálculos, el pasado 14 de febrero Betelgeuse e encontraba a aproximadamente 3.325 grados Celsius (o 6.017 Farenheit) . Eso serían solamente entre unos 50 o 100 grados más frío de lo que se había calculado en 2004 , antes de que comenzara la dramática caída de brillo, una cantidad bastante nimia. Es decir, la supergigante roja sigue más o menos a la misma temperatura, por lo que la opción del polvo estelar es más plausible que la del enfriamiento repentino y el colapso de la estrella.

La condena segura de Betelgeuse

Aún así, la condena de Betelgeuse es segura: explotará en un evento nunca antes visto por el hombre -se han detectado supernovas en otras ocasiones , pero nunca tan cerca-, pero su atenuación desde octubre no significa que este evento se produzca de forma inminente -esto señalaría que el núcleo está colpsando-. No al menos en términos relativos a la humanidad.

Los astrónomos ya han visto nubes de polvo alrededor de otras supergigantes rojas. De hecho, la circunstancia de que en las últimas semanas Betelgeuse haya vuelto a recuperar brillo refuta la teoría de una temprana explosión. «Las supergigantes rojas son estrellas muy dinámicas -dice Levesque-. Cuanto más podamos aprender sobre su comportamiento normal (fluctuaciones de temperatura, polvo, celdas de convección), mejor podremos entenderlos y reconocer cuándo puede ocurrir algo realmente único, como una supernova». Parece que, de momento, el espectáculo de la explosión de la supernova tendrá que esperar.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación