El campo magnético solar sale de la superficie y genera poderosos arcos, visibles en la imagen
El campo magnético solar sale de la superficie y genera poderosos arcos, visibles en la imagen - NASA/sdo

Científicos españoles encuentran el polo norte del Sol

No coincide con el polo geográfico del astro, al igual que ocurre en la Tierra, lo que cambia mucho de lo que se sabe acerca de la estrella

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La dinamo de una bicicleta puede encender una bombilla gracias al esfuerzo de las piernas del ciclista. Para ello, aprovecha el «truco» de que al mover unos imanes en torno a una especie de cable de cobre enrollado se genera una corriente eléctrica. Curiosamente, este efecto también ocurre al revés. Cuando son los electrones de esa corriente los que se mueven, también se genera un campo magnético. Por eso, entre otras cosas, las estrellas, unas enormes esferas de plasma y gases ardientes que rotan y que están cargadas eléctricamente, generan enormes campos magnéticos.

Pero las estrellas son mucho más complejas. Sus procesos internos no son del todo conocidos, y provocan que los campos magnéticos que generan sean en parte impredecibles.

De hecho, los polos, los lugares por donde «sale» y «entra» el campo magnético, no suelen coincidir con los polos geográficos, esos puntos por los que «sale» y «entra» el eje alrededor del cual gira la mole de una estrella. Tal como ocurre en la Tierra. De forma reciente, un equipo de investigadores españoles ha confirmado que los polos magnéticos del Sol están desviados en comparación con lo que se pensaba hasta ahora y han publicado sus hallazgos en la revista « Monthly Notices of the Royal Astronomical Society».

«Hasta ahora se creía que el Sol era una estrella común con una peculiaridad: que sus ejes magnético y geográfico estaban alineados, (esto quiere decir que los polos coinciden), mientras que en el resto de las estrellas que se parecen al Sol ya se sabía que no ocurre así. Pero ahora, hemos averiguado que el Sol es como el resto de estrellas», explia María Jesús Martínez, investigadora del Instituto de Astrofísico de Canarias y coautora del estudio.

Imagen térmica del Sol, obtenida en marzo de 2010. Las partes oscuras son más calientes (NASA/SDO)
Imagen térmica del Sol, obtenida en marzo de 2010. Las partes oscuras son más calientes (NASA/SDO)

Según dice, esto tiene importantes implicaciones en la física de las estrellas y en particular la del Sol. Si hasta ahora se pensaba que el campo magnético solar se generaba sobre todo gracias al movimiento de rotación de la estrella, debido al principio de las dinamos, ahora hay que buscar una nueva teoría: si el eje magnético no coincide con el eje de rotación, podría ser que no fuera solo el movimiento del Sol el que generase su campo magnético.

Eyecciones de masa coronal

Más allá de la mera curiosidad, este conocimiento puede tener implicaciones directas. Una vez que se ha «detectado la posición» de los polos magnéticos, se puede entender mejor qué dirección tomará el viento solar, esa poderoso flujo de energía que llega a la Tierra y que es frenado por el escudo del campo magnético terrestre. O incluso, se puede llegar a entender mejor la evolución de las «eyecciones de masa coronal», unas repentinas sacudidas de materia y radiación que pueden impactar sobre nuestro planeta y generar auroras boreales, incluso apagones en las redes eléctricas o problemas en los satélites de comunicaciones.

El hallazgo se ha producido al analizar datos obtenidos por medio del satélite « Solar Dynamics Observatory» (SDO), con los que se ha estudiado la evolución temporal del campo magnético del Sol durante aproximadamente cinco años. Así, se detectó una débil señal relacionada con un curioso efecto que ocurre en el Sol y que podría estar relacionado con este desajuste de los ejes: la parte ecuatorial de la estrella gira más rápido que las partes del Sol más cercanas a los polos.

Ciclos de 22 años

Mientras se intenta averiguar por qué, y se sigue vigilando cada día que transcurre en el Sol (un día solar dura casi un mes terrestre), la investigación en física solar continuará analizando un astro apenas conocido en sus capas superficiales. De momento, una de las cosas básicas que se sabe es que el Sol invierte la polaridad de su campo magnético (cambia el polo norte por el polo sur) cada 22 años, y que tiene mínimos y máximos de actividad magnética cada 11 años que tienen repercusión sobre el clima de la Tierra.

Ya en 2018, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzará la misión « Solar Orbiter», cuya «misión es ver muy de cerca los polos magnéticos del Sol. Saldrá de la eclíptica (el plano en el que giran y orbitan los planetas del Sistema Solar y podremos entender mejor muchas cosas», añade Martínez.

Como si de un dron se tratase, la nueva sonda tendrá una perspectiva envidiable para entender la dinámica del Sol.