Decálogo de un despropósito: las polémicas de Artur Mas en Cataluña

Cuatro años de gestión al frente de la Generalitat y un balance desolador. Centrados en promover el proceso soberanista, el gobierno de CiU se olvidó de gobernar. El Ejecutivo de Mas suma insuficientes en todas las materias: economía, servicios sociales...

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Cuatro años de gestión al frente de la Generalitat y un balance desolador. Centrados en promover el proceso soberanista, el gobierno de CiU se olvidó de gobernar. El Ejecutivo de Mas suma insuficientes en todas las materias: economía, servicios sociales...

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  1. Una sociedad polarizada

    El proceso soberanista ha tensionado políticamente a la sociedad catalana como nunca había sucedido desde la recuperación democrática. El independentismo, no mayoritario según las encuestas, se ha impuesto como la voz hegemónica, monopolizando el espacio público y el mediático. La división entre una ciudadanía favorable al proceso, muy movilizada, y el resto, contraria, o indiferente, es notoria. La imagen de los ciuddanos catalanes en el resto de España, por los suelos.

  2. Retroceso en la inversión extranjera

    Aunque la Generalitat cuestiona las cifras, el retroceso del 45% en la inversión extranjera en Cataluña entre enero y septiembe de 2014 ha disparado las alarmas. El temor a que el proceso soberanista suponga un freno a la recuperación económica, fomente deslocalizaciones y entorpezca el dinamismo empresarial en Cataluña se extiende.

  3. El divorcio con los empresarios

    El divorcio con el empresariado es notorio. Alarmados por la acción de un gobierno monotemático, las organizaciones empresariales exigen al ejecutivo de Mas que se centre en gobernar. La distancia con organizaciones como Fomento del Trabajo, que ayer denunciaba la inestabilidad que conlleva otro adelanto electoral, es cada vez mayor. La alianza con ERC y otra legislatura echada a perder han generalizado el enfado.

  4. Finanzas al límite: el rescate del FLA

    Las finanzas de la Generalitat funcionan al límite, únicamente salvadas por el rescate en forma de créditos del FLA: más de 40.000 millones desde 2012. Pese a ello, en 2014 tampoco se logrará el objetivo de déficit. Solo las nuevas medidas para reestructurar la deuda ya contraída con el FLA anunciadas por el Gobierno supondrán al gobierno catalán un ahorro de 1.700 millones en 2015.

  5. El capítulo social, el gran damnificado

    Campeón de los recortes, Mas ha tratado de equilibrar unas cuentas públicas al borde del colapso por la vía de los recortes sociales. En Sanidad, Cataluña ha reducido el gasto un 20% entre 2010 y 2014, frente al 10% de media del resto de España. El tijeretazo, análogo al de otras partidas como Educación o servicios sociales, corregía el aumento del gasto que prácticamente en la misma proporción se produjo en el periodo 2007-2010

  6. Lastrados por la corrupción

    La denuncia del cobro de comisiones del 3% rompió el mito del «oasis»; el «caso Palau» confirmó que Cataluña no estaba al margen de la corrupción institucionalizada, y la confesión de Jordi Pujol arruinó por completo el mito de una Cataluña impoluta. El derrumbe del clan Pujol retrata lo peor de una sociedad que sospechaba pero miró hacia otro lado. Con la sede embargada, la corrupción es el gran lastre de CDC.

  7. Por encima de la ley: la burla del 9-N

    Pasando por encima del veto ordenado por el Tribunal Constitucional (TC), el gobierno de Artur Mas organizó un «proceso participativo» que devino en una «consulta b» el 9 de noviembre. Pese a que el Gobierno aseguró que no se celebraría, Mas la llevó adelante, en lo que los partidos constitucionalistas han denunciado que fue la ruptura definitiva del soberanismo con el marco legal. Urnas, papeletas, recuento, 2,3 millone de votos... Mas presentó el 9-N como una victoria. Él mismo y dos de sus consejeras (Joana Ortega e Irene Rigau) han sido imputadas por ello tras la denuncia de la Fiscalía.

  8. Castellano en la escuela: desacato

    Al igual que con la consulta de noviembre, el gobierno de la Generalitat ha optado también por el desacato en otro asunto sensible como el de la lengua en la escuela. La sentencia del TC sobre el Estatuto de 2010 -que reconocía el derecho a la educación en castellano- sustenta una catarata de autos del TSJC y el Supremo ordenando al gobierno catalán que corrija, o al menos reequilibre, el sistema de inmersión. Desde el desacato, al igual que sucede con la «ley Wert», la Generalitat ha ordenado no mover «ni una coma» de su modelo lingüístico.

  9. 300 años del 1714: una visión sesgada

    La celebración en 2014 del 300 aniversario de la Guerra de Sucesión y la conmemoración del sitio borbónico de Barcelona han sido la culminación de lo que partidos como PP y Ciudadanos denuncian que es una manipulación continúa y descarada de la historia a favor de las tesis nacionalistas. Congresos como «España contra Cataluña» dispararon las quejas sobre lo que se considera es una visión sesgada y parcial.

  10. El uso partidista de los medios

    Inés Baucells

    La utilización partidista de los medios de comunicación públicos a favor del proceso soberanista, y la política de subvenciones con respecto a los privados, dibujan un panorama de escasa pluralidad mediática en Cataluña. El uso de TV3 como agente de movilización en las sucesivas «diadas», y el silencio a la hora de abordar la corrupción en la órbita de CDC, han generado incluso quejas en el seno de la cadena.

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