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El mes de la marmota independentista

¿Qué hago yo ahora con todo ese residuo intelectual?, ¿Dónde deposito esos desechos tóxicos que he almacenado?

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Cualquier persona cultivada sabe que hay que desconfiar de las lecturas de agosto, si son livianas porque son livianas y si son pesadas porque son pesadas. Y aún produce una mayor desconfianza quienes alardean de que han recargado “sus pilas” en un verano lleno de lecturas de agosto y las aplican en un septiembre de conversaciones y citas agostadas… Claro, que huir de los clásicos de veranillo y refugiarse en el mero pensamiento del papel prensa puede ser un mayor foco de conflicto con la salud mental, la propia y la del prójimo. Por no encaramarme a la montaña del éxito editorial para coger el ejemplar de arriba, he caído varias veces en el error fácil de consumir lectura del día, noticias y opiniones agosteñas, y ya a estas alturas de mes tengo que reconocer que no ha sido buena idea: ¿Qué hago yo ahora con todo ese residuo intelectual?, ¿Dónde deposito esos desechos tóxicos que he almacenado?

La idea, supongo, es que esa productora de energía que es agosto me anime a enterrar esos residuos tóxicos en una urna y en forma de voto, y aún tengo un mes justo, hasta el 27 de septiembre, para que se vayan asentando. Ya sé, por ejemplo, que Juanjo Puigcorbé y Karmele Marchante nos garantizan las pensiones y el bienestar social en caso de una Cataluña independiente, y me acabo de enterar (gracias a una información de Leonor Mayor en Economía Digital) de que un informe garantizado por Pilar Rahola y otros expertos firmantes asegura que el sistema eléctrico catalán suministrará energía un 30 por ciento más barata… Es decir, Puigcorbé, Karmele y Pilar Rahola se comprometen a que habrá mejores pensiones, mayor bienestar social y un irrisorio recibo de la luz, que para eso hay tres centrales nucleares (mayormente italianas) y un enorme poderío hidráulico, aunque el abastecimiento de agua a una Cataluña independiente podría quedarse muy dependiente.

También nos tranquiliza el señor Sánchez de la ANC al advertirnos de que inicialmente Cataluña se quedaría fuera de Europa, pero sólo el tiempo que tardase, no sé, Puigcorbé, o Karmele o Pilar Rahola en convencer a España y cada uno de los demás miembros de que todo esto no es más que para volver a entrar en Europa… Y si perniciosas son las lecturas de agosto, aún más dañinas son las relecturas: vuelvo a leer todo este superávit de inteligencia de nuestros centros difusores de energía independentista y trinco con fuerza un ejemplar de Paulo Coelho.

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