La influencia de Susana Díaz

En las elecciones autonómicas de 1980 el PA, Partido Andalucista, obtuvo 3 diputados en el Parlamento de Catalunya. Tanto el nacionalismo como el PSC y el PP han cuidado siempre mucho sus relaciones con los andaluces residentes en Catalunya, el andalucismo y todo lo relacionado con la cultura andaluza.

El nacionalismo nunca lo reconocerá pero, en realidad, hoy en día la cultura catalana no se entiende sin la influencia de la cultura andaluza: Carmen Amaya, Peret, el Pescaílla, Picasso, son ejemplos innegables de la influencia andaluza en nuestra cultura. Pero los partidos nunca buscaron el apoyo andaluz por esto sino por mero interés electoral. Ahora que se cuestiona la gestión de la Feria de Abril por parte de García Prieto, éste podría contar, si quisiera, cómo el conseller Comas y otros tantos próceres del nacionalismo les han cuidado y subvencionado tanto como despreciado y negado a continuación.

Las elecciones andaluzas abren fuego de un año estresante a nivel electoral y marcarán el devenir de futuras elecciones. La previsible victoria del PSOE, con Susana Díaz al frente, será un balón de oxígeno para los socialistas, la derrota del PP será inocua para éstos dado que la misma se da por descontada. El resultado emergente de Podemos y la previsible entrada de C´s en el Parlamento andaluz dejarán tocados a IU/IC y a UPYD.

Para ERC y CiU estas elecciones son una mala noticia porque sea cual sea el resultado las mismas ponen de manifiesto que Catalunya lejos de ser una realidad social o política aislada del resto de España es parte fundamental de la misma, que influye y lo que sucede le influye. La presencia activa de Albert Rivera estos días en Andalucía o la futura presencia de Susana Díaz apoyando a candidatos de su partido en Barcelona y el área metropolitana son un síntoma de normalidad y también del irremisible y, cada días más evidente, decaimiento del «procés».