Cádiz - Villarreal

La pizarra del Cádiz 1-0 Villarreal

Fe, coraje, lucha, entrega, pero sobre todo fútbol; los de Sergio ponen todos los ingredientes para conseguir una victoria que se hace de rogar pero que hace justicia a lo visto en el terreno de juego

Los jugadores del Cádiz celebran la victoria ante el Villarreal LA VOZ

Rubén López

Sí, se puede

Cuando un equipo pone todo lo que tienen el campo, pero además lo hace con juego, fútbol y ocasiones, la victoria debe ser un hecho y eso es lo que ocurrió en el Cádiz - Villarreal. El equipo que más empujó y llegó a la portería contraria logró el premio de un triunfo vital y más que merecido.

Cierto es que se hizo mucho de rogar y hubo que esperar al minuto 90 en un partido que parecía condenado al empate. Los amarillos lo intentaban una y otra vez pero no lograban esa victoria que hiciera justicia al bueno juego que están mostrando en las últimas semanas. El tanto de Rubén Sobrino no es más que la recompensa al enorme trabajo de un equipo que, además de dejarlo todo en el campo, ofrece argumentos reales para pensar que la permanencia puede ser un hecho.

1. Alejo, única novedad

El once de Sergio presentaba una única novedad en el inicio, la vuelta de Iván Alejo. Curiosamente el de Valladolid fue titular en detrimento de Rubén Sobrino, que a la postre sería el gran protagonista del partido ante el Villarreal . El resto del equipo amarillo parece intocable a día de hoy, con una pareja de centrales solvente y un centro del campo que rinde a la perfección.

Y desde el inicio ese equipo titular demostró querer ganar el partido. Emery plantaba un equipo con hasta ocho cambios respecto al conjunto que goléo a la Juventus, aun así muchísima calidad sobre el terreno de juego. El Cádiz se hacía con la pelota y generaba cierto peligro sabiendo que no podía perder su espalda ante la calidad arriba del cuadro de Castellón. Un Espino muy activo, no perdía de vista a Chukwueze, uno de los grandes peligros del Villarreal.

2. Ocasiones amarillas ante un Villarreal que mete pólvora

El paso de los minutos dejaba una posesión de la que se adueñaba el Villarreal pero sin hacer apenas daño al Cádiz. La sensación era al descanso que el equipo de Sergio iba al filo de la navaja, es decir, con esa necesidad imperiosa de ganar que le obligaba a mirar hacía delante, pero sabiendo que cualquier despiste le podía causar un gol en contra.

Emery viendo el panorama metía dinamita tras el descanso con jugadores como Danjuma o Capoue. Un rival que finalmente acabó con todos sus titulares sobre el campo . Sin embargo, el esfuerzo de la 'Champions' pesaba y el Cádiz seguía generando ocasiones de gol. Unas veces claras y otras menos, pero se veía que más allá de acabar cansado el partido, el Cádiz quería ganar como fuera.

3. Recompensa y gasolina al final

Y la recompensa llegó al final con el gol de Sobrino. Antes, Sergio metía cambios que tadaron en llegar porque realmente el Cádiz no estaba mal sobre el terreno de juego. Dominaba y tenía ocasiones, solo faltaba el gol. Lucas Pérez entraba por el Choco Lozano, otro cambio decisivo, mientras que Sobrino lo hacía por Alejo. También José Mari entraba por un trabajador Fede San Emeterio.

Con el cambios el Cádiz encontró ese impulso definitivo para lograr la victoria. Si en otros partidos se había visto al equipo sin gasolina en los últimos minutos, en esta ocasión Sergio encontró esa llave para abrir el baúl del Villarreal . El tanto de la victoria, en el 90', con el centro duro de Lucas y el pie de Sobrino que suponía el regalo para un equipo y una afición que tiene argumentos de sobra para pensar en la permanencia.

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