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A las tablas como vía de salvación

Sergio González encadena tres empates consecutivos para seguir con la misma vida que salvó en su primer año en el banquillo cadista

Sergio, en el área técnica de Son Moix. l. v.

Alfonso Carbonell

Han sido distintas, pero han valido igual; escenarios diferentes, resultados repetidos; sensaciones distintas, conclusiones idénticas. La situación por la que atraviesa el Cádiz de Sergio es algo parecida a la que tuvo que sufrir en sus primeras semanas al frente del banquillo gaditano. Recuerden: Sergio justo después de que el once de Cervera caiga en Pamplona en el primer encuentro de enero del 22. Se estrena en Copa pasando por penaltis en El Molinón y a la semana siguiente recibe en casa al Espanyol, donde gracias a Negredo y Alejo suma un punto tras empatar a dos. No, ahí no empiezan sus empates. A la jornada posterior, llega su primera y salvadora victoria en el campo del Levante por 0-2 con un juego 'made in gafas', al que le da las gracias en rueda de prensa. El Cádiz sigue anclado en puestos de descenso cuando visita Son Moix y se topa con un arbitraje puñetero que le priva de sumar al caer 2-1 tras adelantarse en el marcador con un golazo de Alcaraz. La cosa se pone fea, muy fea, pero en el horizonte esperan tres encuentros vitales y en los que el persona hace sus cuentas para sacar, mínimo, seis puntos de nueve. Al final, solo se suman tres tras tres empates, dos de ellos en casa y seguidos ante Celta y Getafe, y un tercero y no menos decepcionante en Los Cármenes ante un Granada que jugó la mitad del partido con uno menos. Fue ese encuentro, sin duda alguna, el que más críticas le costó a un entonces don Sergio 'nadie' González minúsculo ante la sombra arrolladora de Cervera.

Efectivamente, los tres empates frenaron en seco las aspiraciones de permanencia del Cádiz CF. Para más inri, y en un caso parecido a la derrota reciente en Getafe contra uno menos, las tablas ante el Granada le acarrearon no pocos y duros reproches de conservadurismo al técnico catalán. Sin embargo, y a pesar de todo, el equipo, su equipo, estaba creciendo. Y eso, a pesar de que muchos no lo vieran tal y como tampoco vieron lo que estaba armando Cervera cuando ató en cortó el primer empate sin goles ante el Racing de Ferrol en el play off de ascenso. Mentes opacas que no ven más allá del resultado.

Efectivamente, tras intentar ganar los tres encuentros ante Celta, Getafe y Granada y no conseguirlo, Sergio aprobaba en su foro interno lo más importante: El Cádiz CF seguía vivo. Fue a por la victoria en los tres encuentros, pero fue con una responsabilidad y un sentido común elogiable puesto que cualquier resbalón contra alguno de esos rivales podría haber supuesto la catástrofe. Poquito a poquito, se fue ganando a un vestuario loco por agradar al nuevo tras años y años de servidumbre al viejo. Y en efecto, su moderación, su sumo cuidado, su prudencia y su saber estar le valieron lo que ya sí debía buscar con ahínco. Además, a todo ello, el equipo comenzaba a jugar; los jugadores se pasaban el balón de uno a otro y no como con el anterior entrenador. Y llegó la visita del Rayo Vallecano del 6 de marzo del 22 -con Carnaval ilegal incluso- y los de Sergio dieron ese paso adelante con una victoria por 2-0 con goles de Alcaraz e Idrissi. Y claro, Carranza explotó y ya no paró de arder hasta que se consiguió la permanencia en la última jornada y a lo Irigoyen en Mendizorroza. Cierto que fue producto de una carambola, pero nunca la suerte fue tan justa.

Ha pasado una temporada y media desde aquellos empates que a la postre le sirvieron al Cádiz CF para ir creciendo poquito a poquito hasta convertirse en el equipo que acabó siendo. Aquellas tablas le sirvieron al once amarillo para mantenerse con vida mientras se esperaba a la ola vencedora que le llevaría a la orilla. Pues bien, pasado ese tiempo, el once de Sergio ha vuelto a sumar tres empates consecutivos y que también les ha servido para mantenerse erguido. Además, dichos empates se han sucedido tras el batacazo en Getafe similar al vivido en Mallorca. Se jugaba el puesto Sergio y de nuevo puntito a puntito lo ha vuelto a salvar a pesar de que las circunstancias no son las mismas.

El primero de los mismos llegó con un pésimo encuentro ante un mal equipo como el Mallorca sin Muriqi. El punto se daba por bueno a pesar de una imagen más que preocupante. Se mejoró la misma en Vigo gracias a un buen primer tiempo que se acabó eclipsando por la expulsión de Víctor Chust para terminar remontando a base de coraje, solidaridad y raza. Si los dos primeros empates de la 21/22 se produjeron en casa, estos fueron a domicilio. El remate se dio en Carranza ante el Osasuna, donde de nuevo el VAR se puso por medio para ensombrecer la buena primera mitad de los de Sergio, que otra vez acabaron sucumbiendo en la segunda mitad para firmar el definitivo 1-1.

En definitiva, que Sergio, cual naufrago, ha vuelto a sujetarse en tres tablas para mantener con vida a un equipo que, por el contrario a la 21/22, no da señales de ir creciendo. Sí es verdad que se ha dado un sensible mejoría, pero aún al fútbol se le espera. Muchos cadistas cruzan los dedos para que esta avance no signifique la mejoría del muerto. Eso sí, en la UVI, por lo que se ve, hay tres pacientes con peores síntomas y dos más que vienen en camino. La mediocridad acecha a la Liga española y esto solo hay que verlo desde un punto de vista optimista,

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