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El riesgo llama a la puerta de Pellegrino
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A nueve jornadas para el final, el momento de ir a por los partidos desde el minuto uno ha lllegado más que nunca, dejando en parte de lado el orden y la sobriedad
Ahora o nunca. Quedan nueve jornadas para el final de La Liga, dos meses mal contados como quien dice y el Cádiz se encuentra en una situación delicada, muy delicada. A cinco, seis y siete puntos de los equipos que preceden al cuadro cadista en la clasificación, el problema realmente ya no son los puntos, que también, sino que de 29 jornadas el Cádiz solo ha saboreado la victoria en tres. Números muy pobres para un equipo que se quiere quedar en Primera División.
Así la cosas, el reto es complicado pero no imposible. No lo es porque aún quedan 27 puntos en litigio y ni hace una semana el Cádiz estaba salvado, ni ahora descendido. Cuando dicen que el fútbol es un estado de ánimo es tal cual, hace unos días el cadismo estaba relativamente tranquilo y ahora es un mar de pesimismo.
Sin embargo, la única realidad es que el Cádiz debe afrontar lo que queda de temporada teniendo en cuenta que aún lo puede conseguir pero que no puede permitirse más fallos que sus rivales. No se puede ir mirando lo que hacen los demás cuando tus deberes no los cumples. El Cádiz debe centrarse en sí mismo, en ganar el mayor número de partidos y a partir de ahí ya se verá si se puede o no, pero como no se va a quedar nunca en Primera es ganando de vez en cuando o malviviendo de una racha terrible de 23 jornadas sin vencer que hace poco llego a su fin.
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El Cádiz debe hacer en nueve jornadas lo que no ha hecho anteriormente y de ahí radica la complejidad del asunto. Es por ello por lo que ahora más que nunca ha llegado el momento de llamar a la puerta del riesgo y dejarlo pasar. Este Cádiz de Pellegrino ha demostrado que con orden y sobriedad no le da. Debió ganar a rivales como Celta y Rayo y no lo hizo, fue capaz de vencer al Atlético pero luego llegó la derrota ante la Real. Ha llegado el momento de que este Cádiz sea un equipo valiente, no le queda otra.
Pellegrino debe entender que ahora mismo su equipo debe ir a por los partidos desde el minuto uno independientemente del rival que tenga enfrente. Ya no vale hacer cábalas sobre el partido al que toca visitar o recibir. Muchos equipos de abajo suelen dar sorpresas en la recta final de la competición y lo hacen porque en muchas ocasiones van con todo y sin nada que perder. Este Cádiz debe dar un giro de tuerca y buscar el riesgo como elemento de compañía en las jornadas que quedan.
Cuestionado por ello hace unas semanas el entrenador cadista mandó un mensaje de calma en ese sentido. El técnico apelaba a ser un equipo ordenado por encima de todo, cuestión que solo le ha funcionado para ganar un partido. Es por ello por lo que este Cádiz debe ser un equipo más valiente y que vaya a por todas desde que el balón comienza a rodar. Frente a la Real se vio un equipo más timorato que otra cosa, que solo fue a por la portería rival de verdad cuando se vio por detrás en el marcador.
No mirar el calendario
Y el Cádiz debe ser un equipo valiente sin mirar el calendario. Es verdad que tras recibir al Granada vienen dos partidos duros ante FC Barcelona y Girona, pero este Cádiz ahora mismo no tiene derecho a especular dónde y cuándo puede sacar puntos o ganar partidos. Ahora mismo y viendo lo que queda debe aspirar a ganar a cualquier rival y en cualquier campo.
Se ha visto esta jornada con las victorias de Celta y Rayo frente a Sevilla y Betis, o incluso el Getafe ganando al Girona. Ahora mismo el Cádiz y el cadismo debe entender los puntos que se escapen son un hundimiento más en la clasificación, de ahí que con los puntos que hay juego no queda otra que ir a por los nueve partidos sin mirar el rival que haya enfrente cada semana.
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Valentía y riesgos que deben verse ya ante el Granada el próximo Viernes Santo. Es un encuentro vital para un equipo que solo puede entender que la victoria es el resultado válido frente al cuadro nazarí. Un rival que tiene pie y medio en Segunda y que si no se va de vacío de Carranza podría tener en el cuadro cadista un compañero de viaje para la próxima temporada.
Es la hora de afrontar los partidos con más riesgos, de hacer cambios ofensivos antes, de poner en el campo a los jugadores con más gol. No queda otra para un equipo que ya lo hizo, con Sergio, hace dos campañas. Y por entonces el resultado final fue la salvación.
