Cádiz CF

(Vídeo) Fali, al desnudo

El defensa del Cádiz vuelve a mostrar su versión más íntima en un reportaje de LaLiga en el que no deja de sorprender

A. C.

Fali Jiménez ha vuelto a mostrar lo que ha sido y es . Al desnudo por enésima, vez el defensa del Cádiz CF ha vuelto a enseñar su cara más noble, humilde y sincera. No hay vez que el jugador valenciano no sorprenda cada vez que habla con un micro delante y en un entorno propicio a abrirse. Esta vez lo ha hecho ante las cámaras de LaLiga y ha vuelto a no dejar indiferente a nadie.

«Siendo futbolista es tener una privilegios espectaculares, eso es así; siendo futbolista cuando no tienes nada y te ves con todo esto se te puede ir muchísimo la cabeza y eso le pasa a muchísismo futbolistas y es normal, eh», relata con sinceridad.

Con los pies en el suelo, pero no quiere despertar. «Veo mi futuro que mis hijas, mis padres y mi mujer tengan lo máximo posible. Por desgracia yo no he estudiado; lo he aprendido aquí, en el vestuario, con mis compañeros. Ellos son los que me han enseñado a hablar. En el Levante, Juanma, que era el que tenía a mi lado se me volvía y me enseñaba a hablar. Y me corregía y yo se lo decía que lo hiciera, que no pasaba nada, que yo lo que quería es que no se rían de mí. Que es muy jodido ir a un lado y no entender».

Se remontó Fali a su infancia en Valencia, en un barrio humilde cerca del puerto y se crio con sus primos. «Como en todos esos barrios, hay cosas que se tienen que ver y otras que no», sostiene. Y fue allí, en un barrio de al lado, donde empezó a jugar al fútbol hasta que a los diez años le fichó el Villarreal, donde estuvo hasta los 16. Y de ahí al Levante, donde con 17 años fue padre.

«Era muy complicado porque es verdad que los del filial tenían un sueldecito bien, pero yo era juvenil», por lo que a él le tocaba entrenar y a la tarde trabajar junto a su padre en la chatarra. «Tenía que alimentar a mi hija», recuerda.

Recuerda unos inicios muy duros en los que tenía que «chatarrear, hacer portes, vacías viviendas» y entrenar. Pero fue a partir de que lo fichó el Huracán y más tarde el Nàstic, donde le cambió la vida. «Ahora ya sí; ahora ya me puedo dedicar yo las 24 horas a ser futbolista», confesaba antes de agradecer el primero contrato profesional que le hizo la entidad tarraconense en Segunda B.

«Yo nunca he tenido nada y para un padre es muy jodido porque cuando iba a una juguetería y mis hijas me pedían juguetes y nunca podía. Entonces, con el primer sueldo que tuve dije '¿qué cómo? Cogí a las niñas, les di un carro a cada una y les dije que tirasen hasta llenarlo cada una. Me volví loco. Es verdad que a los niños hay que saber educarlos, pero ese día me di y les di el capricho por todos esos años que no podía gastarme ni 20 euros. las lágrimas me las bebía yo porque al final fue un sueño cumplido más mío que las de mis hijas», rememora orgulloso.

También se acuerda de cuando estuvo en el Barça B y Valverde lo llamó para entrenar en el primer equipo. Otro sueño. Y no tardaría en cuplir otro, precisamente cuando estaba a punto de descender a Segunda B y recibió la llamada del Cádiz CF, que estaba para meterse en los play off de ascenso a Primera.

No olvida su debut en Carranza. «Yo nunca había jugado con 20.000 personas; me temblaban hasta las piernas. Yo conocía de nada al Pacha y le dije 'Pacha, ¿tú no te pones nervioso con tantas personas?'. Yo estaba cagado. Yo lo que quería era encontrar a alguien igual para al menos entre los dos quitarnos los nervios», dice riéndose a cámara.

En el mismo sentido, le confesó a su mujer que él estaba viviendo un sueño , que no podía imaginar jugar ante tante gente y que para colmo tanto Cervera como el presi confiasen en él para renovarlo tras jugar los cuatro partidos últimos de la temporada.

Se detiene en Cervera para alabarlo. «He aprendido mucho con él. Yo cuando vine aquí, al mes y acostumbrado al Barça, le metí a Aketxe dos pases por dentro y me corrigió que por dentro no, por allá. Pero veía que todo lo que te decía, salía y daba resultados. Fue espectacular vernos en Primera y al siguiente ganas al Madrid, al Barcelona y a cuatro partidos del final ya estamos salvados. Increíble. La primera parte en Valdebebas es para ponérsela a nuestros hijos», dice.

«Al final, cuando consigues un sueño lo valoras mucho. A mí me ha costado tanto, tanto que cuando he llegado a esta situación y ya lo tengo ahora para quitármelo me tienen que matar », comenta con brillo en los ojos un jugador que se queda con el momento actual, donde espera un año más poder salvarse del descenso un año más.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación