Cádiz CF
La puerta cerrada gana enteros en una hipotética vuelta liguera
LaLiga se muestra optimista de cara a reiniciar la competición aunque sea sin aficionados en las gradas
Muchas veces, aunque entre tanto ruido y tantas opiniones apenas se le escuche, el que acaba imponiéndose con el paso del tiempo en todas las situaciones es el sentido común. Pasan los días y se leen artículos de especialistas en la materia, se escuchan a expertos y no se tiene otra que ir haciendo el cuerpo para lo que puede llegar. Entre medias, directivos, políticos, periodistas y todo aquel que tenga un altavoz en alguna web con cantidad ingente de dudosos seguidores suelta su verborrea y crea un estado de caos que en la mayoría de las ocasiones tiñe la claridad del escenario que marcan quienes saben. Y eso, como en todos los sectores, está pasando también en el mundo del fútbol, donde todo el mundo habla, todo el mundo se reúne, todo el mundo planifica, en definitiva, todo el mundo hace ruido.
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Pero hoy por hoy lo único que cierto que se sabe es que todo se desconoce. Lo mejor, sin duda, es que debido al largo y sacrificado trabajo de confinamiento que está llevando la población se están reduciendo el número de contagios y la dichosa curva parece consolidarse para ir tomando un camino descendente. Como no puede ser de otra forma, el mundo del fútbol observa con suma atención este pico de contagios con la esperanza de que las autoridades sanitarias puedan albergar esperanzas en un tiempo relativamente cercano de abrir la mano y dejar 'respirar' a una sociedad encerrada ya en su cuarta semana de aislamiento.
De momento, los datos que manejan tanto LaLiga como la Federación es el que la vida (y el fútbol) quedan detenidos hasta el próximo 25 de abril, fecha en la que se acaba el estado de alarma. Una fecha que, sin embargo, tiene toda la pinta de ser prorrogada una vez escuchadas las palabras del presidente del Gobierno a finales de la pasada semana en las que abría la puerta a alargar el estado de confinamiento. Y aquí, donde la lógica y el sentido común indica que parece muy poco probable que el Gobierno levante la mano justo antes del puente de primeros de mayo en donde lo normal, y más después de dos meses de encierro, es que el personal salga desbocada hacia segundas residencias en busca de sol y playa.
Y es que a nadie se le escapa, tal y como advierten los expertos, que la salida de la crisis se tendrá que realizar, como por otro lado ya se observa en China e Italia, de una forma progresiva, paulatina y ordenada. Dicho de otra forma, en el justo momento en el que las autoridades dejen salir a las personas a la calle de una manera libre se hará pero con muchas y precisos matices. Y entre ellos, la cancelación de todos aquellos actos o celebraciones donde pueda existir riesgo de aglomeraciones como pueden ser manifestaciones, procesiones, ferias y derivados, conciertos y, como no, partidos de fútbol.
La idea firme de LaLiga y también de la Federación es acabar sí o sí las competiciones aunque con una salvedad. El organismo que preside Javier Tebas persigue que la competición se acabe antes del 3 de agosto, ficha límite puesta por la UEFA para cerrar el calendario 2019/20, o en el caso de Rubiales, del que depende todas las categorías desde Segunda B hacia abajo, que si fuera por él se acabaría cuando se pudiera y aunque se fuera a final de año. Y es que si a Tebas, con tal de acabar antes de agosto, le da igual que el resto de las jornadas, once, se jueguen a puerta cerrada, algo por lo que no quiere pasar ni en broma ni Rubiales, ni la AFE, que hace nada emitió un comunicado priorizando la salud a todo lo demás.
Por tanto, y a menos que LaLiga pueda llegar a un acuerdo con la AFE, y debido a que los ingresos televisivos son clave para que los futbolistas no se vean lastrados en su nómina, todo indica que, de proseguirse las competiciones, se haría una vez que el Gobierno saliese del estado de alarma y diera luz verde a ciertos eventos en los que se vería reducido notablemente el número de aficionados en la grada, esto es, a puerta cerrada.
