Cádiz CF

El enfado callado en mitad de una fiesta

Cervera tuvo que ahogar su cabreo para no deslucir una victoria fantástica y precisa en Balaídos

la alegría volvió al vestuario cadista. CCF

Puede que los cerveristas estén más contentos que el propio Cervera. No puede, lo están. Es lo que tienen las masas, que suelen ser más papistas que el papa. Pero está claro que Cervera no se marchó muy contento de Balaídos a pesar de la importantísima victoria de su equipo ante un Celta en un mal momento y con solo un punto en su casillero pero que acabó con dos cabezazos a la madera y acosando a un Cádiz CF al que no le duraba dos segundos el balón en sus pies.

Y sí, el Chacho Coudet no podía tener más razón en su análisis del partido. La suerte, tan lejana y frontal en el descuento ante el Osasuna en Carranza, le fue esquiva a los gallegos y esta vez se alió con el Cádiz CF, que ya tocaba.

Pero el cabreo de Cervera ante las cámaras de Gol nada más concluir el partido era morrocotudo. Tanto, que prefirió morderse la lengua para no cargarse una fiesta de sus pupilos lograda con grandes dosis de sacrificio y garra, pero cero fútbol.

La entrevista comenzó con una pregunta a bocajarro y para romper el hielo. El periodista buscaba la lógica y se encontró la sorpresa. «Imagino que contento con esta victoria tan importante, ¿no?», le vino a decir, a lo que Cervera, atusándose la barba, meditó antes de contestar que «sí, estoy contento pero...». Y llegó un silencio en el que técnico del Cádiz CF lo pensó dos veces para tampoco hacer algo sangre en su equipo después del derroche físico demostrado por unos titanes que iban de amarillo. «Sí, sí, estoy contento», resolvió escapando de sus críticas.

A huevo, el periodista no tuvo otra que insistir y cuestionarle por ese silencio tenso. «No, no, de verdad que estoy contento», volvió a zanjar para más adelante y mucho más calmado y reflexivo comentar el partido como lo que fue: un auténtico asedio en determinados minutos de un Celta ante un Cádiz CF que ni contragolpeó, ni mantuvo la posesión, ni hizo grandes méritos para acabar ganando. Lo primero más importante es reconocerlo y Cervera no tiene otra que quedarse con los tres puntos y seguir machacando en sus hombres formas para mantenerse en pie sin necesidad de la madera de las porterías.

Prefirio el entrenador del Cádiz CF ahogar su cabreo, disfrutar de la victoria y callar su enfado antes que avinagrarse en una noche tan dulce para el cadismo. Eso sí, la autocrítica es extraordinaria en un equipo que ya tiene cinco puntos y que incluso jugando mal sabe recomponerse en mitad de una batalla.

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