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Creer, creer y volver a creer

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El cuadro de Pellegrino sigue mejorando pero aún si lo más importante, una victoria que cambie la dinámica, y aunque el tiempo se acaba las opciones siguen vigentes

Los jugadores celebran el gol de Javi Hernández en Vallecas l.v.
Rubén López

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Decía Luis Aragonés aquello de «ganar, ganar y ganar, y volver a ganar». Una frase, cuando dirigía al Atlético de Madrid, que se grabó a fuego resaltando que en el fútbol prácticamente lo que único valido es la victoria, sobre todo para los equipos grandes. En el caso de los más pequeños la filosofía es igualmente aplicable aunque la exigencia pueda ser mucho menor.

No es el caso del Cádiz actual, viendo la situación deportiva que afronta el conjunto de Mauricio Pellegrino. Quedan once jornadas por delante, 33 puntos en juego, y está a cinco de salir del descenso. Y rememorando al Sabio de Hortaleza, el Cádiz se aferra a lo de creer, creer y volver a creer.

Con los números en la mano el objetivo es totalmente posible, otra cosa es la rémora, el bagaje y los antecedentes que pesan una barbaridad para un equipo que parece otro, juega mejor, crea ocasiones pero sigue sin ganar.

Y es que ahí está un poco la clave de todo. El Cádiz ha mejorado con Pellegrino, el balance de los seis partidos es positivo en cuanto a juego del conjunto gaditano. Sin embargo, los resultados dicen que toda esa mejoría solo ha servido para sumar 4 de 18 puntos posibles, números totalmente insuficientes para un equipo que lleva la friolera de 23, el número de Michael Jordan, jornadas sin conocer la victoria.

Porque para quedarse en Primera hay que ganar, no queda otra. De nada vale la mejoría de este equipo, el bueno juego, las ocasiones y las sensaciones si finalmente los resultados no llegan. A este Cádiz no le queda tiempo para vivir de sensaciones y buen juego, no tiene margen de saborear empates. En otra situación valdrían, pero ahora mismo vivir de puntos sueltos es condenarse a bajar dentro de unos cuantos meses.

Dos goles salvadores

Así las cosas, y con esa necesidad de victoria, el equipo sigue su curso con dos empates in extremis que, a lo tonto, le han mantenido con vida. De no haber empatado ante Celta y Rayo Vallecano en el descuento la distancia con la permanencia sería de nueve puntos, una barbaridad. En esa situación el Cádiz estaría con 17 puntos y el Celta, el primero en marcar la permanencia, con 26 y el 'goal average' a su favor. Y como el que no se consuela es porque no quiere, los tantos de Machis y Javi Hernández han permitido al menos que el enfermo siga latiendo y que tenga aún opciones de salir del hospital.

Quedará para otro día el análisis del porqué el Cádiz ha llegado a una situación en la que solo ha sido capaz ganar 2 de 27 encuentros en Liga. Números que condenan al descenso. Será harina de otro costal eso, entendiendo que en los 11 encuentros que quedan debe ganar entre cinco y seis para salvarse. Las cuentas de la lechera que de nada sirven si no consigue para empezar un triunfo. ¿Es capaz este equipo de hacerlo? Parece complicado pero viendo la mejoría de las últimas semanas está claro que el Cádiz se acerca y merece ya una victoria.

Otro tema de análisis será la oportunidad perdida en el mercado invernal. Solo tres fichajes para un equipo en caída libre, de los cuales dos apenas han jugado y uno ni ha debutado. ¿Era cuestión de conocerlos más o menos, o de trajer jugadores, como se ha hecho en las temporadas anteriores, que aseguraran rendimiento inmediato? Juanmi responde a lo último, mientras que Ossou y Samassekou no están por el momento, algo que un equipo como el Cádiz en su situación no se puede permitir.

No perder la esperanza

Y a todo esto, el vestuario cree. No le queda otra. Los jugadores piensan que es posible, junto con un entrenador que lamenta que no hayan llegado esas victorias salvadoras. Los jugadores amarillos ven que el equipo ha mejorado, ha dado un paso adelante pero le siguen lastrando errores en las dos áreas que condenan a no sacar un resultado más positivo.

Leer o escuchar a los jugadores es hacerlo con mensajes de ánimo. Está claro que ellos son los que tienen que alentar a la gente, entendiendo que todo no está perdido. Lo hace Víctor Chust en sus redes sociales: «Aquí nadie va a bajar los brazos. ¡Juntos, Cádiz CF!».

Rominigue Kouamé, titular ante el Rayo Vallecano, deja también un mensaje similar. «Un partido muy difícil, pero conseguimos un punto con valentía. La pelea no ha terminado, vamos cadista». Y otros como Jorge Meré también se suben al carro del optimismo. «El equipo va a creer hasta el final, hasta que lo consigamos. La afición tiene que estar con nosotros. Vamos a darlo todo por conseguir el objetivo, es nuestro único reto«.

Para rematar este relato de optimismo hay que echar un vistazo alrededor. En Granada, a diez puntos de la permanencia, piensan que todavía es posible salvarse. Al menos eso recuerda su entrenador, Cacique Medina. Si en Granada tienen esa fe, el Cádiz no puede ser menos en ese sentido. Hay que seguir creyendo porque en el fútbol nada está escrito, esto no ha terminado y al final se trata de seguir compitiendo. Nadie sabe qué pasará.

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