Tribuna de Juan Manuel Pérez-Dorao, portavoz Cs en el Ayto de Cádiz

Balance de la acción o inacción del Gobierno

La situación fue de tal desbarajuste que obligó al equipo de gobierno a entregar al PSOE, cuyos votos necesitaba, la redacción de un nuevo presupuesto

Juan Manuel Pérez-Dorao

A medida que el mandato de la Corporación Municipal se acerca a su fin siento como va recrudeciéndose una inquietante sensación de frustración cuando paso revista a los efectos que la acción de gobierno –o quizás debiéramos llamarla inacción– ha tenido para el interés general de los gaditanos.

No es remordimiento. Considero, atendiendo a los datos objetivos, que hemos hecho infinidad de propuestas, sugerencias y ofrecimientos cuya ejecución hubiera redundado en mejora de los servicios que el Ayuntamiento presta a los ciudadanos. Prácticamente todas nuestras propuestas, sobre todo las planteadas en el Pleno, tienen un ámbito de aplicación exclusivamente municipal. Nuestro interés, fieles al mandato recibido, ha sido, y sigue siendo, solo el de la ciudad.

Ciertamente que partíamos de un diagnóstico que coincidía en muchos aspectos con el que decían tener quienes, por capricho del juego político, se encontraron asumiendo la responsabilidad de gobernar el Ayuntamiento. Esto nos hizo concebir la esperanza de que los asuntos municipales pudieran discurrir por cauces que desembocaran en el beneficio de todos. Sin embargo, ya desde el principio el Alcalde nos hizo un anuncio que, aunque inicialmente no valoramos en su justa medida por parecernos más una pose que una posibilidad real, al final se ha revelado como una regla de comportamiento que ha presidido la actuación del regidor: no tenía intención de contar con Ciudadanos –ni siquiera de hablar con nosotros, dijo– ni con el PP. Es decir, la voluntad de la mitad de los ciudadanos-votantes sería despreciada por la acción de gobierno. El perjuicio de esta conducta sectaria ha sido para todos y constituye una de las causas de la falta de avances en la gestión de la ciudad.

Una segunda línea de actuación puesta en práctica por nuestros dirigentes locales que, considero, constituye también causa del limitado alcance de su acción de gobierno ha sido la depuración de la mayor parte de los funcionarios de mayor categoría profesional del Ayuntamiento, que fueron destituidos y apartados de sus cargos con la argumentación discriminatoria de haber prestado servicios para sucesivos equipos de gobierno del Partido Popular. Injusto y altamente perjudicial. Los recién llegados, carentes de formación y experiencia no estaban capacitados para suplir la aptitud de aquellos a los que defenestraban. El efecto de esta acción ha sido la degradación del funcionamiento de la mayor parte de los servicios prestados por los distintos departamentos municipales.

Y por último, se ha producido un hecho que entiendo esencial en orden a la obtención del pobre balance que considero puede ofrecer el Gobierno de la ciudad. Reside en la escasa intensidad que han imprimido a su acción de gobierno. Poco tiempo y poco esfuerzo del equipo de gobierno en general, que ha propiciado una actuación carente de energía y dinamismo.

Transcurridos los primero ocho meses del mandato ya fuimos conscientes, y así lo expresamos públicamente, de que el gobierno que se había compuesto gracias al apoyo del PSOE, no tenía la calidad que precisaba la situación de la ciudad y que la Corporación ofrece posibles alternativas que, si se consideran poniendo por delante el interés general y no el particular de ningún partido, podían garantizar a la ciudad una acción de gobierno mucho más eficaz y efectiva. Pero eso exigía un ejercicio de generosidad que no fuimos capaces de concitar.

El balance es, como ya hemos adelantado pobre. Revelador de un déficit de gestión que se manifiesta en prácticamente todos los ámbitos de la competencia municipal. Podemos revisar a vista de pájaro algunos de ellos para concretar esta percepción general.

Empezaremos por el departamento económico, porque consideramos que la programación presupuestaria es la base o el sustrato sobre el que cimentan todas las políticas de competencia local. La gestión en este ámbito no puede calificarse sino como desastrosa. Aprobar un presupuesto, el del año 2016, mediante un procedimiento que fue declarado por el Tribunal Constitucional contrario a la Constitución por antidemocrático; incluir en el presupuesto partidas de ingresos ficticias y dudosas, contraviniendo el principio básico de la prudencia contable; prorrogar el presupuesto en los dos ejercicios siguientes, con la clara intención de estirarlo hasta el final del ciclo, desatendiendo el mandato legal de aprobar un presupuesto para cada ejercicio económico; y, por fin, obtener como corolario de esa conducta una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que declaró la nulidad de ese presupuesto, dejando a la hacienda municipal desarbolada a merced del presupuesto del año 2014, no puede calificarse más que como desastre.

La situación fue de tal desbarajuste que obligó al equipo de gobierno a entregar al PSOE, cuyos votos inexcusablemente necesitaba, la redacción de un nuevo presupuesto para el 2018 que, solo dos meses después de su aprobación ya ha tenido que ser modificado.

El departamento de personal también acusa la carencia de gestión, pendiente de una auditoría previa a la aprobación de la RPT que se hace de rogar desde hace dos años, imposibilitando la puesta en marcha de oferta pública de empleo.

El departamento de contratación, colapsado por las circunstancias derivadas de la falta de liderazgo y la incapacidad de coordinación, que acumula, pendientes de la necesaria gestión, contratos fundamentales para la prestación de servicios esenciales.

El departamento de asuntos sociales, bandera de la coalición de gobierno, que ha tardado tres años en redactar un plan estratégico que, principalmente, ha puesto de relieve que la actuación realizada en ese ámbito ha recogido como resultado un incremento de la dependencia que es precisamente lo que se persigue superar.

El servicio de deportes que tiene las instalaciones municipales desatendidas en cuanto a mantenimiento, conservación y renovación de equipamientos. Y que además tiene vencidos los contratos de servicios técnicos desde casi el principio del mandato sin haberse renovado por la desidia de sus principales responsables.

El departamento de medio ambiente, con su principal contrato, el de limpieza viaria y recogida de basura, que es además el principal contrato del ayuntamiento por cuantía de su coste, vencido y en situación de continuidad alegal.

En fin un escenario que propicia como decimos un sentimiento de frustración.

Frente a esto, la expectativa del final del mandato y la esperanza de que, de la misma forma que parece ocurrirá en Andalucía, podamos ofrecer a los ciudadanos en el próximo periodo una alternativa de gobierno que permita superar la falta de eficacia en la gestión experimentada en este periodo que vamos a terminar. Mi ánimo está en que así pueda ser. Y mis esfuerzos los concentraré en conseguirlo. Por el interés de todos los gaditanos.

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