Trabajos de mejora en el crucero 'Allure' de Royal Caribbean en el astillero de Cádiz
Trabajos de mejora en el crucero 'Allure' de Royal Caribbean en el astillero de Cádiz - Antonio Vázquez
INDUSTRIA

Navantia reduce pérdidas y obtiene el mejor resultado de los últimos cinco años

El balance de explotación de los astilleros en 2014 arroja un déficit de 29 millones de euros frente a los 57,7 millones que registró en 2013

JAVIER RODRÍGUEZ
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La cuenta de explotación de los astilleros públicos españoles mejora lentamente aunque sigue en números rojos, sin embargo, la tendencia crítica que ha experimentado durante los últimos ejercicios empieza a remitir o, por lo menos, a rebajar su gravedad. Navantia cerró el año 2014 con un déficit contable de 29 millones de euros, el más bajo de la última década. El resultado pone de manifiesto que las medidas de ajuste en materia de compras, la reducción de las subcontratas, la optimización de los recursos y la entrada de algunos contratos permiten a la empresa afrontar el futuro con cierto optimismo.

El objetivo de Navantia es lograr el equilibrio económico en 2016 y, de momento, la empresa va por buen camino para abandonar los números negativos el año que viene.

Cabe recordar que el déficit que arrojaron los astilleros en 2013 fue de 57,7 millones de euros. El balance ha pasado el primer filtro del consejo de administración.

No ha sido fácil llegar a este punto de inflexión. La situación de Navantia se fue de las manos en 2012 cuando arrojó pérdidas por valor de 78,2 millones de euros. La cuenta de resultados de la compañía pagaba así los efectos de la inactividad en las plantas y ausencia de contratos de construcción naval. La Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), responsable de esta empresa pública, se vio obligada a tomar medidas para taponar la hemorragia y evitar una nueva reconversión naval. El Gobierno de la Nación tenía muy claro que los astilleros son un sector estratégico y, por tanto, solo había que aplicar recetas específicas para garantizar su supervivencia y aguantar hasta que pasara el temporal de la crisis.

Los planes de ajuste dan los primeros resultados al optimizar recursos

Una de las iniciativas que salió de los despachos de sus gestores fue la diversificación de su actividad. La compañía no podía seguir anclada en la construcción y reparación de barcos militares, sobre todo, cuando la Armada Española, su principal cliente, le cerró el grifo en 2008 por motivos presupuestarios. Así, los astilleros empezaron a meter cabeza en el negocio ‘offshore’ y en la reparación de cruceros.

Navantia ha gozado de cierta tranquilidad entre 2004, cuando abandonó la antigua estructura de Izar, y 2008. En esta época amasó buena parte de los contratos que la han mantenido con vida hasta que en 2009 empezó a sufrir los primeros golpes de la crisis económica. Entre 2005 y 2011, los astilleros gaditanos construyeron 14 barcos; el mayor encargo fue de Venezuela, con la adjudicación de siete patrulleros.

La actividad empezó a languidecer a partir de 2010, cuando las factorías entraron en la recta final de construcción de los proyectos contratados cinco años antes. Navantia perdió en 2010 un total de 46 millones de euros y más de 43 en 2011. Mientras las plantillas de los distintos centros tomaban las calles en demanda de carga de trabajo la dirección de la compañía daba un golpe de timón y se reinventaba, pero aún quedaba mucho por hacer. ç

La compañía prevé equilibrar las cuentas en 2016

La primera radiografía de la situación de Navantia la expuso en febrero de 2014 en el Congreso el presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, que no dudó en reconocer ante los diputados que la situación de la constructora naval era «crítica». La empresa se asomaba al abismo tras casi seis años sin firmar un contrato de construcción y con sus plantas paralizadas desde 2012. La situación ha mejorado y se advierte un cambio de tendencia.

Diversificación de la actividad

Precisamente el oxígeno para los astilleros públicos y en especial para las tres factorías de la Bahía llegó a lo largo de 2014. Los malos presagios o los temores del presidente de la SEPI se han diluido, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. Las expectativas para los astilleros públicos son, en estos momentos, mejores que hace un año.

Así, el primer espaldarazo lo encontraron en el anuncio que hizo en marzo del año pasado el ministro Montoro al confirmar la construcción de un barco para la Armada española. El Gobierno rescató así las inversiones en construcción naval, paralizadas desde 2008, con la construcción de dos BAM.

Otro de los proyectos que ha paliado la inactividad en las factorías gallegas ha sido la construcción de un barco-hotel (flotel) para la mexicana Pemex. Navantia derivó parte de la carga de trabajo de este proyecto a la planta gaditana de Puerto Real.

El tercer contrato que ha servido para despejar dudas sobre el futuro de los astilleros públicos ha venido de la mano de Iberdrola. Puerto Real se encarga de la construcción de las estructuras metálicas que precisa la eléctrica para el parque eólico-marino que promueve en Alemania. El año 2015 tampoco va del todo mal para los planes de Navantia. A primeros de mayo, Turquía confirmó la construcción por transferencia tecnológica de un portaaviones similar al ‘Juan Carlos I’ y el pasado viernes se anunció el contrato para la construcción en Puerto Real y Ferrol de cuatro petroleros para el grupo Ibaizabal.

Ver los comentarios