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Siete años y medio de cárcel por prenderle fuego a la casa de su exmujer en Jerez

El condenado provocó un incendio en el inmueble, que no causó heridos, porque no aceptaba la separación de la pareja

silvia tubio
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Un vecino de Jerez ha sido condenado por la Audiencia Provincial a siete años y medio de cárcel por un delito de amenazas y otro de incendio con riesgo para las personas, ya que prendió fuego al domicilio de su exmujer porque no aceptaba la ruptura sentimental. El inmueble, situado en la zona sur de Jerez, quedó muy dañado.

El 2 de noviembre de 2011, el acusado que sufría un estado depresivo, acudió al domicilio familiar provisto de un bidón de gasolina de 20 litros. Roció la mitad del contenido entre varias estancias de la casa y en elementos que arden con facilidad como colchones y ropa.

Con un mechero prendió fuego y éste terminó alcanzándole. El condenado sufrió quemaduras de primer y segundo grado en cuello y miembros superiores, según detalla la sentencia dictada por la Sección Tercera.

Fue el único herido en el siniestro porque los magistrados subrayan que éste acudió al domicilio y provocó el fuego cuando sabía que no había nadie de su familia ni tampoco la persona que se encargaba de las labores de limpieza.

Sin embargo, tres inmuebles cercanos al escenario de las llamas (uno de ellos el de su hija) sí resultaron dañados por el efecto del humo y por la explosión que destrozó la vivienda familiar. En la sentencia se detalla cómo la onda expansiva provocó el desplazamiento de un muro medianero y que las ventanas saltaran por los aires. Algunos de esos elementos acabaron en los patios de otras casas.

Cuando las llamas comenzaron a consumir la vivienda, el condenado se cruzó con una vecina a quien le dijo que se había declarado un fuego. De allí, relata la sentencia, se trasladó a la comisaría de Jerez donde confesó lo que acababa de ocurrir.

Este violento episodio estuvo precedido por la amenaza verbal. Meses antes de incendiar la casa, el condenado, que por entonces temía 64 años, telefoneó a su expareja con la que había contraído matrimonio hacía 38 años y la amendrentó. Le dijo que si la veía con otro hombre, la mataría. Unas amenazas que corroboró la víctima, una hija y un yerno.

Pese a las amenazas y al incendio que destrozó la vivienda familiar, la exmujer no quiso ejercer acusación en el juicio. Un detalle que tuvo en cuenta el tribunal para reforzar la verosimilitud de su testimonio porque demostraba que no demostraba que tuviera intereses espurios que afectaran al que había sido su marido.

Uno de los hijos del condenado reconocía a este medio nada más producirse el siniestro hace más de tres años, que sabían que su progenitor estaba bajo tratamiento psicológico y que no atravesaba por un buen momento, pero "jamás" pensaron que fuera capaz de prenderle fuego a la casa.

La Fiscalía pedía once años y nueve meses de prisión porque consideraba que el procesado había sometido a un riesgo importante a los vecinos. El grado de peligrosidad fue el debate principal del juicio celebrado hace unos meses en la Audiencia, después de que el acusado no negara la autoría de los hechos.

El tribunal entiende que el riesgo no fue tan elevado, ya que el desalojo de vecinos fue preventivo y no resultó nadie herido. De ahí que imponga una pena inferior a la solicitada por el Ministerio Fiscal.

Por su parte, la defensa modificó su escrito de acusación al finalizar el juicio, pidiendo que el procesado fue condenado por un delito de daños, pero atenuado por dos circunstancias: que había confesado y que sus actos fueron la consecuencia de un arrebato irracional. Los magistrados solo tuvieron en cuenta la primera atenuante porque el condenado reconoció lo que había hecho inmediatamente después de provocar el fuego.

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