El secreto de las zonas azules, los lugares con las personas más longevas y saludables

Permanecer activos físicamente, evitar el estrés, primar los alimentos frescos y confiar en la sabiduría de los ancestros son algunas de las claves que contribuyen a la longevidad de su población

Cala Luna, en Cerdeña.
Niklas Gustafson

Niklas Gustafson

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cerdeña , la isla griega Icaria , Okinawa , la península de Nicoya en Costa Rica y la comunidad de Adventistas del Séptimo Día de Loma Linda , en California (Estados Unidos) parecen lugares aparentemente aleatorios, pero tienen algo en común. Son lo que los científicos llaman Zonas Azules , ¿has oído hablar de ellas? Se trata de los lugares donde las personas son, en general, más longevas (superando los 100 años) y saludables. Científicos de todo el mundo están cautivados por este fenómeno y tratan de estudiar y entender qué diferencia realmente a estas personas y qué podemos aprender de ellos los demás.

En España la esperanza de vida es, en general, alta. La media actual está en los 82 años, a la par con otro de los países famosos por su longevidad: Japón. Sin embargo apenas el 0,04% llega a los 100 años. Según la ciencia, la genética es responsable hasta en un 30% de que vivamos más o menos tiempo, pero no es la única. Por supuesto el entorno (contaminación, acceso a agua y alimentos), y el estilo de vida (alimentación, ejercicio…) también cuentan, y mucho, ¡y la felicidad ! O, más bien, la falta de estrés . Veamos en detalle algunas de las claves para llegar a ser 'azules’' o al menos acercarnos al siglo de vida en las mejores condiciones posibles:

El movimiento es crucial

En estas zonas azules la gente no necesita ir al gimnasio porque el ejercicio forma parte de su día a día: las personas realizan tareas como jardinería o cuidar a los animales, y el medio de transporte más habitual es caminar. Está comprobado que el sedentarismo puede matar, y que el estado de salud general mejora con el ejercicio regular moderado. No hace falta correr maratones, pero sí pasear cada día, y estar lo más activos posible, dependiendo de nuestra edad y condición física.

Isla griega de Icaria, otro de los lugares con personas longevas y saludables.

Alimentos locales y poco procesados

No es sorprendente que la dieta en esas zonas se base en productos locales y poco o nada procesados. Es especialmente relevante el alto contenido en fibra (hortalizas, verduras, frutas…), que mantiene al intestino elástico y en forma, y por tanto al resto del cuerpo. Intentemos tener en nuestra despensa productos que nuestras abuelas reconocerían y que podamos cocinar nosotros mismos.

Un grupo cohesionado

El sentido de la comunidad y la familia son fundamentales, y no solo hablamos del bienestar psicológico, también ayuda de manera física. Se está estudiando, aunque hay indicios claros que lo constatan, que las personas que tienen relaciones (de pareja, familia y amigos) saludables muestran menores tasas de enfermedades crónicas. Así, tratemos de buscar la risa y el sentido de pertenencia. Son grandes terapias que nos hacen no solo sentirnos mejor, sino también de hecho estar mejor.

Respeto a los ritmos circadianos

Sabemos que el descanso es fundamental para la regeneración y recuperación del cuerpo, así que dormir o, al menos, descansar cuando nos lo pide el cuerpo, puede ser una excelente práctica. Esto va más en línea con respetar los ritmos circadianos de cada uno y la climatología (en zonas muy calurosas, por ejemplo, se limita la actividad física en las horas de más calor) o los ciclos solares.

Enclave en la península de Nicoya, en Costa Rica, otra zona caracterizada por la longevidad de sus habitantes.

Aprender de la experiencia

Estas personas que viven en zonas azules han vivido muchas décadas y pasado por muchas etapas y circunstancias, no solo en su propia vida, sino también en el mundo. Han salido adelante y han logrado superarlas, por tanto deberíamos aprender de ellos, confiar en su sabiduría y seguir sus pasos en la medida de lo posible.

Si miramos a nuestro alrededor vemos más bien que el estilo de vida moderno no es, de hecho, compatible con la evolución humana. Al contrario que estas recomendaciones, nos impulsa a comer peor, ser más sedentarios y basar nuestras relaciones más en los canales digitales que en los físicos (ojo, pueden ser un magnífico apoyo cuando nos encontramos lejos de seres queridos, pero no deberían ser el único).

Por otro lado la ciencia y la medicina avanzan a pasos agigantados y curan o alivian enfermedades que antes resultaban mortales. En este complejo equilibrio debemos movernos los seres humanos, y poner de nuestra parte todo lo que nos sea posible para, si no llegar a la centena, al menos sentirnos bien todo el tiempo posible.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación