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Griezmann, felicitado por Torres después de marcar el segundo gol del Atlético - REUTERS
LIGA BBVA

Al Atlético le bastó con madrugar

Dos goles en los diez primeros minutos bastan para tumbar a una floja Real Sociedad (2-0)

Actualizado: Guardar
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El Atlético resolvió el duelo con la Real Sociedad mostrando un perfil madrugador: un arranque fulgurante le proporcionó un botín que resultó insalvable para los blanquiazules, que no obstante lo intentaron después de despertar del mal sueño inicial. En el segundo acto, desaparecieron. Antoine Griezmann y Koke volvieron a ser los mejores valores de un equipo que, sin alardes, ha vuelto a coger el pulso a la Liga después de varios titubeos [ Narración y estadísticas].

Las jugadas a balón parado del Atlético resultan un psicodrama para los rivales, que ya no saben cómo defenderlas; llega a tal punto la ofuscación que incluso acaban metiendo la pelota en su propia portería. Así llegó el primer gol de la tarde cuando la gente se estaba acomodando (casi lleno en el Calderón a pesar del martes y de la hora).

Como aperitivo, un minuto antes, un saque de falta de Koke llegó a Arda, solo en el segundo palo, que remató a la madera. El trance acabó en córner, y con el vallecano de nuevo al saque el servicio voló a la nube de cabezas, encontrando la de Mikel, que se hizo un autogol.

Seguramente Rulli pudo hacer más en la salida, pero el meta se reservaba un fallo más vistoso. Disparó Koke desde lejos y el guardameta despejó mal, dejando el balón muerto a Griezmann, que no se apiadó de su exequipo. El francés, que no exageró en la celebración por el tema sentimental, vuelve a estar de dulce, y casi consigue el tercero con un cabezazo. En apenas diez minutos, la Real Sociedad se había metido en un lío de aúpa.

El 2-0 trajo un efecto nocivo en el Atlético, que bajó las revoluciones, como pensando en la tralla que le espera en abril. Los donostiarras se apropiaron del balón, agarrados al buen criterio de Rubén Pardo y Zurutuza. Un disparo cruzado del Chory Castro exigió a Oblak, y Simeone empezó a revolverse en la banda, pidiendo a los suyos que recuperaran cuanto antes del plan original. Una volea de Gámez y un centro envenenado de Koke que se comió Rulli y acabó dando en el travesaño, volvieron a reactivar a los rojiblancos, pero las sensaciones con las que llegaron al descanso estaban lejos de las primeras.

Mala segunda parte

Después del entreacto el Atlético volvió a controlar la situación. El sentido común de Tiago (bien acompañado en las coberturas por Mario), la maestría de Koke, las buenas subidas por el carril de Gámez (un comodín que se mueve sin problemas a babor y a estribor, y que cada día se gana más el puesto en el once) y la chispa de Griezmann, bastaron para entretener al personal, que además tiene su propio protocolo. Por ejemplo, aplaudir de pie a Fernando Torres cuando fue sustituido; da igual que despachara una tarde gris, el de Fuenlabrada disfruta de salvoconducto. Por ejemplo, cantando una nueva coplilla a Oblak, que está aprovechando la lesión de Moya para mostrar su nivel. Hizo un paradón a disparo de Granero.

La Real Sociedad, el equipo que ha ganado esta temporada a los tres grandes con tres entrenadores distintos, dimitió en la segunda parte, blando a más no poder. Si no recibió más castigo fue porque al Atlético le bastó con madrugar para atrapar los puntos

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