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Lección del profesor Vettel
Actualizado: 10:32

FÓRMULA 1

Lección del profesor Vettel

26.12.13 - 10:32 -
Lección del profesor Vettel
Vettel celebra con Adrian Newey y Christian Horner su cuarto Campeonato del Mundo. / Archivo

Hace unas semanas, Sebastian Vettel acudía por cuarta vez consecutiva a la gala de FIA como uno de los invitados de honor de la Federación que rige y arbitra el automovilismo deportivo en el mundo. Él y Sebastien Ogier, en calidad de campeones del mundo, se llevaron buena parte de los focos. Si bien el del Mundial de Rallies se estrenaba en estas lides, a Vettel se le veía suelto ya. No en vano, lleva desde 2010 de manera ininterrumpida acudiendo presto a una cita a la que, por muchos intentos de sus rivales, está empeñado a no faltar.

Y eso que la campaña 2013 no empezó tan bien para Vettel como cabía esperar. Quién iba a imaginar que iba a acabar arrasando, récords incluidos, al final. Fernando Alonso, por su parte, esperaba que este año sí. Ya tocaba. En 2012 llegó hasta el final con opciones, y las sensaciones de la pretemporada hacían pensar en un buen año.

Del ‘Multi 21’ a los estallidos de Silverstone

Melbourne encendió los semáforos de la temporada 2013. Kimi Räikkönen golpeó primero, en toda una demostración de las altas aspiraciones con las que Lotus arrancó, con Fernando Alonso y Sebastian Vettel acompañando al finlandés en el podio. Esta primera victoria parcial para el español frente a su archirrival, que había arrancado desde la ‘pole’, supuso un buen golpe de moral inicial. En Red Bull no estaban satisfechos por cómo el monoplaza se estaba comportando, y el nerviosismo se trasladó a la pista en la siguiente carrera. Con Alonso fuera de pista en la primera vuelta por accidente, Mark Webber parecía encaminado hacia la victoria. En Red Bull habían establecido un protocolo, llamado ‘Multi 21’, en el que el australiano no debía recibir ningún ataque por parte de su compañero. Sin embargo, Sebastian Vettel se saltó la disciplina interna y no dudó en pasar a su vecino de box. La bronca entre los pilotos de Red Bull en el antepodio de Malasia, con Lewis Hamilton como invitado de excepción, es una de las imágenes de la temporada.

En medio de este río revuelto, Alonso pescó en China su primera victoria de la temporada, dejando además a Vettel fuera del podio. El alemán, pese a estos problemas, mantenía el liderato. Tras solventar sin mucho problema una nueva victoria en Bahrein, Vettel aterrizó en España para la primera carrera europea del año con un Alonso fortísimo. Los Mercedes se iban alternando en la ‘pole’, pero sus neumáticos duraban lo justo. Se vio obligado a vigilar al piloto español, que lejos de amedrentarse volvió a dar una lección ante su público. La victoria de Alonso, con Vettel fuera del cajón, le daba esperanzas para todo. El mejor momento de la temporada para Ferrari se vio abruptamente roto en Silverstone, unas cuantas carreras después.

Pirelli ya estaba en el punto de mira, debido a la volubilidad de sus elecciones. Mientras que Lotus o Ferrari estaban, más o menos, satisfechos con el resultado que estaban obteniendo, en Red Bull -pese a ser líderes- y sobre todo en Mercedes, comenzaron a presionar al fabricante italiano para que volviese a una construcción más dura de sus neumáticos, a imagen de la temporada 2012. En el Gran Premio de Gran Bretaña obtuvieron el argumento definitivo: hasta siete pilotos sufrieron problemas, como reventones o pinchazos. La seguridad se convirtió en el argumento principal para que la FIA llamase al orden a Pirelli, que obedeció hasta el extremo. No es casual que desde Alemania en adelante, el rendimiento de los Red Bull creciese exponencialmente y el del resto de equipos bajase. Ferrari fue uno de esos equipos que no supo adaptarse a esas Pirelli más duras. En Hungría, en palabras del propio Fernando Alonso, tocaron su punto más bajo. Todas las novedades que llevaron al trazado magiar funcionaron mucho peor de lo previsto, y la Scuderia entró en una espiral de la que no se recuperó en toda la temporada.

Un piloto de récord

Durante el parón veraniego, en las oficinas de Maranello se empezó a plantear dejar atrás ya el desarrollo del F138. El monoplaza de 2013 no estaba a la altura del rendimiento del RB8 de Vettel, ya no sólo en clasificación, sino que en carrera cada vez costaba más tapar las deficiencias. Fernando Alonso no se mordía la lengua ya, e incluso tuvo que ser llamado al orden por el presidente Luca Cordero di Montezemolo por sus constantes quejas.

Mientras tanto, en el box del campeón, todo era un remanso de paz. La brecha abierta en Malasia entre Sebastian Vettel y Mark Webber se saldó con la confirmación de la retirada del australiano hacia las carreras de resistencia, con Porsche. A Vettel, por tanto, se le quitaba de en medio un estorbo en dirección a su cuarto título. Alonso, Hamilton, Rosberg, Räikkönen o un recuperado Grosjean intentaron arrebatarle la gloria, pero se han visto incapaces. Desde el Gran Premio de Bélgica hasta el final, Vettel no ha cedido ni un milímetro, consiguiendo así el récord de nueve victorias consecutivas en una sola temporada.

Alonso, Räikkönen y Hamilton se tuvieron que conformar con pelear entre sí por el subcampeonato. Entre su innato talento, un óptimo -que no bueno- rendimiento del Ferrari y una pizca de suerte, Alonso sumó al final un nuevo subcampeonato, tercero de su cuenta personal. Mientras, Vettel consumaba su cuarto título en el Gran Premio de India, celebrado con unos ‘donuts’ que van camino de convertirse en uno de sus sellos personales. Vettel iguala los cuatro títulos de Alain Prost, y su dominio empieza a asustar. ¿Hasta dónde podrá llegar su absoluto control?

El inicio de una nueva era

El absoluto dominio de Red Bull y Vettel convirtieron el final de la temporada 2013 en un mero trámite. No sólo para los pilotos, que se quedaron demasiado pronto sin posibilidades para la victoria, sino también para los aficionados. Los abucheos a Vettel salpicaron varios podios de esta campaña, pese a que no era tanto una queja hacia el piloto, sino hacia en qué se había convertido esta temporada.

No obstante, la afición encontró un nuevo foco de atención en el mercado de fichajes. La marcha de Mark Webber ha provocado el ascenso de Daniel Ricciardo, pero este ha sido el movimiento más natural de los que se han producido y aún se van a producir. El fichaje que más convulsión ha provocado ha sido el de Kimi Räikkönen por Ferrari. El finlandés vuelve a Maranello como el hijo pródigo para formar una de las parejas más fuertes del próximo año. Además, Kimi se garantiza que va a cobrar su sueldo, lo que ha sido el detonante para dejar Lotus. Felipe Massa es el sacrificado en la escuadra italiana: la paciencia tiene un límite y los pobres resultados del brasileño han pesado más que esa supuesta lealtad que tenían con él. En esta maremagnum de nombres hay que introducir el de Pastor Maldonado, que sale de Williams para dejar paso a Massa y que coge el asiento que deja el propio Räikkönen. Nico Hülkenberg y Sergio Pérez pasan a Force India, Sutil se va a Sauber, McLaren asciende al joven Kevin Magnussen.... Y lo que aún queda. La parrilla de la temporada 2014 será una de las más cambiadas de los últimos años.

Si los cambios de pilotos prometen emoción para el año que viene, la nueva normativa asegura que cualquier parecido con 2013 será pura coincidencia. Nuevos motores V6 turbo, dorsales fijos para los pilotos, nuevas carreras, puntos dobles para la última... Visto lo que se viene para 2014 y cómo se ha escrito la temporada 2013, sólo queda una cosa por hacer: tachar los días que faltan para el próximo y seguro que emocionante Gran Premio de Australia.

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