Entrevista

«Los WhatsApp de los padres inspiran humor absurdo»

El autor onubense Juan Gorostidi ha hecho un libro con uno de los momentos más temidos de la paternidad: el grupo de WhatsApp del cole.

Juan Gorostidi ABC

L. M. R.

El onubense Juan Gorostidi creó un hilo de conversación en Twitter ironizando sobre los grupos de WhatsApp de los padres de un colegio. Este breve relato se convirtió en uno de los virales más exitosos y graciosos en redes sociales, con más de 2,8 millones de visualizaciones. Así ha nacido un libro que refleja con humor uno de los momentos más temidos de la maternidad y paternidad contemporánea: los grupos de WhatsApp del cole.

¿Cómo nació esta idea?

El año pasado escribí una pequeña conversación ficticia de un grupo de WhatsApp de padres de un colegio que discutían sobre los disfraces del Belén para la fiesta de Navidad y tuvo mucho éxito. Lo publiqué en Twitter con la idea de que lo leyeran mis amigos y, en pocos días, había alcanzado más de dos millones de visualizaciones. Aquello fue una locura. Vamos, que se hizo viral y salió en medios de comunicación nacionales y se compartió mucho por WhatsApp, Facebook, etc. Hice muchas entrevistas en prensa y radio en esos días. Al poco tiempo, me llamó un editor de Penguin Random House para decirme que le había encantado el texto y ofrecerme publicar con ellos. Yo siempre había querido escribir un libro de humor y ya me había atrevido con relatos cortos, así que aproveché la oportunidad. Ha sido una experiencia estupenda. Todo nació de un «Que se mejore».

¿Los grupos de WhatsApp de padres pueden ser más surrealistas que tu libro? ¿Se ha inspirado en conversaciones reales?

Todo lo que aparece en el libro es ficción, pero muchas de las historias se basan en hechos reales. Los grupos de WhatsApp son el tema perfecto para un libro de humor absurdo. Una historia de humor, como todas las historias, se desarrolla en base a la resolución de algún conflicto por parte de varios personajes. En un grupo de WhatsApp del cole tenemos padres, niños y profesores que dan mucho juego como protagonistas de la trama y, en ese contexto, surgen un montón de conflictos y divertidas confusiones que hacen muy fácil estructurar el cuerpo de la historia. También tengo que confesar que conozco anécdotas auténticas que han sucedido en estos grupos y que no he incluido en el libro porque eran demasiado surrealistas e inverosímiles hasta para la ficción.

¿Le han hecho algún comentario los otros padres de su colegio?

Tengo mucha suerte con los padres del cole, son gente estupenda. Se lo han tomado con mucho humor. Hace poco estuvimos celebrando el cumpleaños de uno de los niños de la clase y estuve firmando un montón de libros. Es curioso porque en el colegio se ha ido corriendo la voz y es muy normal que me encuentre con algún padre o madre del cole y me acabe contando una conversación de WhatsApp divertida por si me atrevo con una segunda parte.

¿La generación de los padres anteriores a Whatsapp habría estado preparada para aguantar un grupo?

Nosotros fuimos al colegio en una época en la que no existían los teléfonos móviles ni había nada parecido al WhatsApp. Se esperaba entonces que si el profesor decía, por ejemplo, que el miércoles había que traer una cartulina azul, era el alumno quien tenía la responsabilidad de recordarlo… Y, no sé, no creo que en aquellos años mi madre o mi padre terminara llamando a otro padre del cole para preguntar si la cartulina tenía que ser azul eléctrico o azul azafata y les dieran tantas vueltas a las cosas. Creo que estamos cometiendo un error al descargar a nuestros hijos de responsabilidades y llevarles la agenda. Muchas veces, además, el WhatsApp es más un instrumento de desinformación que algo útil.

Ha hecho un libro de humor muy original, porque imita en todo el formato de un grupo, ¿te ha sorprendido la buena acogida que está teniendo?

El libro lo escribí bajo la premisa de que tenía que hacerme gracia a mí. Si algo no lo encontraba lo suficientemente bueno, lo eliminaba. Me lo he pasado muy bien escribiéndolo, me he reído mucho e imagino que eso se transmite en el resultado. La acogida está siendo increíble. Está gustando mucho a los profesores y hasta a gente que no tiene hijos. El otro día me escribió una chica para contarme que no podía leer el libro donde hubiera más gente porque le daban ataques de risa… Está gustando tanto que estamos estudiando hacer una versión en alemán. Estoy muy contento y creo que puede ser un regalo estupendo para Navidad.

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