El joven fallecido en Manilva murió de un golpe en la parte trasera de la cabeza
El deceso ocurrió durante una reyerta en una fiesta de la primavera en el pabellón municipal de la ciudad y a cien metros de la Policía Local
El joven fallecido en Manilva murió por una hemorragia interna a consecuencia de una fractura craneal en la parte trasera de la cabeza, según revela el informe preliminar de la autopsia. El mismo documento hace referencia a que tiene golpes en la parte delantera. La principal hipótesis, según ha podido confirmar ABC, sería que hubo una trifulca y el fallecido recibió uno o dos golpes en la cara que le hicieron caer . «En principio no se sabe si participó, medió o pasaba por allí», señalan fuentes de la investigación.
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Tras recibir los impactos en el rostro, se cayó al suelo y se dio un golpe en la cabeza. Los servicios sanitarios desplazados al lugar del deceso «ya no pudieron reanimarlo». Se encontraba en una fiesta en el pabellón municipal de Manilva. Según relata el alcalde, Mario Jiménez, este tipo de celebraciones se organizan 4 ó 5 veces al año desde la concejalía de Juventud, que suele ceder la explotación a asociaciones, clubes deportivos o empresas interesadas. En esta ocasión, Juventud colaboraba con una empresa del municipio, que era la que se había hecho cargo.
Fue una discusión por celos
El alcalde de Manilva asegura que, según el relato de los testigos, la pelea pudo producirse por una discusión por celos. «Uno le dijo algo a la novia de otro y se desencadenó la reyerta», explica Jiménez. La investigación de la Guardia Civil sigue abierta para esclarecer las acusas por las que se produje la pelea a la salida de la fiesta. El joven que propinó los golpes al difunto se entregó a las autoridades, por lo que no se le intuye previamente un perfil de delincuente o narcotraficante.
Según el Ayuntamiento, la reyerta se produjo a unos 250 metros de la fiesta. «No fue en el interior», remarca el alcalde, quien asegura que en el pabellón había 11 miembros de una compañía de seguridad privada contratada por la empresa que explotaba la celebración y que, a sólo 100 metros del lugar donde cayó y murió el joven, había dos agentes de la Policía Local de Manilva.
